En esta nueva nota, nos disponemos a contar la historia y funcionamiento de los grupos misioneros de la parroquia. Así mismo, detallamos la relación de estas actividades con el Padre Jhanny, tanto en cómo interviene en los jóvenes y en las acciones solidarias.
Desde hace algunos años, varias personas de la comunidad donan su tiempo para acercarse a hacer pequeñas actividades y así ayudar a los más necesitados. Las actividades se dividen en tres grupos de servidores: Cáritas parroquiales, La Noche de la Misericordia y el merendero Tacitas Azules.
A continuación mencionaremos el origen y las actividades diarias del merendero Tacitas Azules de la parroquia Nuestra Señora de Loreto:
Comenzó con la idea de una profesora del Centro Educativo Loreto. El merendero fue cambiando y muchas personas han pasado por allí brindando ayuda. En el año 2015, éste tomó el nombre de “Tacitas Azules”, el cual se debe a que las tazas eran en su mayoría de color azul. A partir de ese momento, es abastecido de donaciones del colegio, comunidad, la fundación “El 4to Deseo”, y de quienes deseen brindar alimentos como: leche, mate cocido, azúcar, agua, galletitas, cacao en polvo, jugos, salsas, aceite, té, fideos, arroz, ropa, calzado y útiles escolares.
Tacitas Azules funcionando en pandemia.
Este grupo, cuenta con el servicio de alrededor de 30 personas, las cuales son encargadas de llevar adelante el proyecto y durante el año de actividad enfocarse en fechas claves como el día del niño y navidad.
Además, esta actividad no solo es vista como el hecho de ir a servir una merienda, o un plato de alimento; sino como un momento de acercarse al prójimo, sentir lo que siente y acompañarlo de la manera más cercana posible.
Durante los días martes y viernes de 17:00 hs a 18:00 hs, se reciben a más de 60 personas, entre ellos niños, jóvenes, adultos y ancianos.
Preparación de regalos para el día del niño.
A su vez, Cáritas Parroquiales comenzó a ejecutarse en 1996, asistiendo y brindando su servicio a más de 20 familias de la zona. Hoy en día, llevan sumado 70 de las mismas, a las cuales se les entrega ropa, alimentos y útiles escolares.
En relación con este grupo, el segundo domingo de cada mes, en la institución, se realiza una colecta a favor de la colaboración y donación.
Como tercer grupo, nombramos a “La Noche de la Misericordia”, la cual consiste en un grupo de misioneros que todos los viernes, durante el horario de la cena, reparten alimentos y abrigo. Este servicio cuenta con voluntarios que al atardecer se reúnen a cocinar y recorrer la zona de Avellaneda.
Como párrafo aparte, continuando con la idea de las acciones solidarias, nos atrevemos a contar que el día 14 de mayo, en el Centro Educativo Loreto, se llevó a cabo un Bingo Solidario. El mismo tenía como fin recaudar la mayor cantidad de fondos posibles para realizar la misión a Añatuya en Santiago del Estero.
Relacionado con esto, queremos mencionar específicamente al Padre Jhanny, donde en diversas fechas se ve cómo él logra generarle a cada una de las personas que asisten a la celebración de la Santa Misa una sensación divina.
Él estuvo presente en la bendición de camperas tanto de 6to año de secundaria como de 6to grado de primaria ya que estos últimos están comenzando a transitar el cambio de un nivel al otro. Para esto, se trata de generar un clima de integración al patio, aulas y compañeros, y tener presente la intención de lograr confianza y ánimo.
En cuanto al día del bingo, el Padre Jhanny estuvo totalmente integrado a los misioneros, y así logró demostrar que todo lo que se haga con amor y dedicación, trae una buena recompensa. Luego de ver el gran trabajo de cada uno de ellos, se vió el gran fruto de solidaridad de la comunidad de Loreto, reflejando el gesto de ayudar, colaborar con lo que uno desea y acercar elementos materiales para trasladar a Santiago del Estero.
Charla previa al comienzo del bingo solidario del Centro Educativo Loreto.
Como reflexión, queremos remarcar cómo pequeñas acciones, tales como acercar un paquete de galletitas, participar de un bingo solidario, donar ropa o útiles que ya no necesitemos, hacen la diferencia. De esta forma logramos hacer visible la posibilidad de ayudar al más necesitado juntos.
Por Lucía Ernst y Abigail Ccaccya Rodríguez.
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