La Pandemia

Si bien existieron muchas pandemias a lo largo de la historia, la globalización nos condujo a un estado de cuarentena global con cierres de fronteras y controles internos. Este escenario es nuevo en comparación con pandemias anteriores.

 

La pandemia de COVID-19 tuvo múltiples consecuencias en diversos ámbitos. Entre las más mencionadas se encuentran el impacto económico, social y el incremento exponencial de la pobreza. Además, se aceleró el desarrollo tecnológico en comparación con el ritmo anterior. Asimismo, también ha tenido repercusión en otras esferas menos mencionadas habitualmente, como el inicio de hambrunas sin precedentes que tendrán efectos en las generaciones futuras, cambios en las estructuras laborales que contribuyen negativamente a los índices de desocupación y el nivel más bajo de ingresos por persona en muchos años.

Además, es importante mencionar las repercusiones ambientales, como el aumento en el uso de medios de transporte privados y sus efectos negativos, así como las consecuencias sanitarias asociadas.

La pandemia ha provocado transformaciones permanentes en la educación, el trabajo y la atención médica. Se ha producido una adopción masiva de actividades a distancia, que inicialmente surgieron como única alternativa y ahora se mantienen como una opción elegida por los usuarios. De la misma forma, durante los tiempos de aislamiento aumentaron los casos de violencia familiar, se evidenciaron problemas de salud mental y sufrimientos psicológicos, como la depresión, la ansiedad y el estrés.

Otro protagonista muy importante ha sido y continuará siendo la incertidumbre, dado que aún no conocemos certeramente los efectos a largo plazo de la enfermedad o cómo podría ser la próxima pandemia que afecte al planeta.

A continuación, presentaremos las opiniones acerca de la pandemia de cada una de las integrantes que conforman el equipo:

 

Según Julieta, “si bien la pandemia ha dejado muchos aspectos negativos, como la mayoría de los puntos antes mencionados, quiero destacar la capacidad de adaptación que el ser humano ha tenido ante la situación para aclimatarse a una forma de vida distinta, también al grado de solidaridad que nos ha ayudado a atravesar las situaciones más difíciles, como la pérdida de vidas humanas, los momentos de aislamiento, la incertidumbre de la que fuimos parte durante muchos meses.

También quisiera mencionar que muchas personas hemos tomado conciencia sobre la importancia de cuidar el planeta y tratamos de replicar las costumbres que teníamos en tiempos de las restricciones más duras, como utilizar medios de transporte que no afecten al medio ambiente y dedicar tiempo a la investigación sobre las formas de colaborar con instituciones que buscan prevenir la contaminación.”

 

Denise opina: “La pandemia resultó ser un espacio para estar en contacto conmigo misma y mejorar mis hábitos. No fue molesto para mí, aunque debo admitir que fue un poco difícil adaptarme al nuevo método educativo y no poder compartir tiempo con amigos y familiares. Sin embargo, siempre nos mantuvimos comunicados. Aunque algunos días resultaran más pesados que otros, siempre buscaba la manera de mantenerme activa, empecé a entrenar y comer mejor, por ejemplo. Además, me entretenía viendo series en Netflix y hablando con amigos.

Definitivamente, la parte más difícil fue no poder salir y juntarme con mis seres queridos. Los primeros días fueron como unas mini vacaciones y creo que todos nos lo tomamos de la misma manera, pero después empezaron a acumularse y parecía que nunca iba a terminar. Luego, cuando llegaron las vacunas, surgió una nueva esperanza para todos y comenzamos gradualmente a regresar a la normalidad, aunque con restricciones.”

 

Giselle nos da el siguiente punto de vista: “Mi experiencia durante la pandemia de coronavirus fue impactante en muchos sentidos. Los cambios en mi vida diaria han sido significativos, desde el repentino cambio a clases virtuales hasta la cancelación de grandes eventos como mi fiesta de quince y visitas familiares. Al principio me costó mucho adaptarme a esta nueva normalidad, pero poco a poco me fui acostumbrando. Aprendí a valorar mi salud y bienestar y la importancia de las relaciones virtuales con amigos y familiares. 

Sin embargo, una de las experiencias más impactantes que tuvimos como familia ocurrió a fines de 2021, justo antes de Navidad y Año Nuevo, cuando todos, incluyéndome a mí, contrajimos COVID-19. Desafortunadamente, mi padre sufrió lo peor y terminó en el hospital con problemas respiratorios. Este evento fue particularmente doloroso para todos nosotros, porque la vida de mi padre estaba en peligro. Recuerdo que mi madre me explicó que, si su condición empeoraba, existía la posibilidad de que lo entubaran. Fue una experiencia aterradora y estresante, pero finalmente se recuperó y fue liberado en febrero de 2022.”

 

Lourdes tiene la siguiente opinión: “A mi parecer la pandemia fue un antes y un después en la vida de las personas. Desde su rutina, sus hábitos, sus espacios, hasta su forma de reunirse… Todo cambió.

En muchos casos fue una adaptación difícil. Pasamos de vernos frente a frente a estar encerrados en pantallas de cristal con un Wifi sobrecargado y lento.

En mi caso, fue complicado el cambio entre el movimiento continuo y la inactividad, pero, a su vez, la cantidad de tiempo disponible era algo tentador. De repente podía dormirme tarde, leer lo que quería y realizar todo tipo de entretenimiento.

Actualmente, camino por el shopping y recuerdo aquella etapa de dos años, casi tres, cuando veía las flechas que indicaban el modo de circular; ir a una plaza y verlas vacías; salir a la calle y encontrarla desolada. Sin embargo, todo ha vuelto a ser como era años atrás: la gente cerca sin miedo al contagio, lugares repletos de personas y con los rostros completamente descubiertos. Me sorprende la capacidad del ser humano para sobrevivir a aquel desastre y cómo logramos superarlo.

 

 

Por Denise Bolontrade, Lourdes González, Julieta Roca y Giselle Tinta.

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