Músico, rockero y religioso. Así es Daniel Poli, profesor del Centro Educativo Loreto, al cual tuvimos la suerte de poder entrevistar en esta ocasión. Él nos cuenta un poco sobre su vida, cómo se introdujo en el mundo de la música, cuáles son sus músicos y bandas favoritas, cómo se relaciona para él la música con la religión y mucho más. Dejemos que Poli nos lo cuente mejor…
J: Julián Sanchez (entrevistador)
D: Daniel Poli
D: Soy Daniel Poli, profesor del Loreto hace miles de años. Desde chiquito, siempre quise ser músico porque mi abuelo era músico y, aunque él falleció antes de que yo naciera, se ve que cuando era chico hablaban de él y de que tocaba el violín. Yo tengo su violín colgado en el living de mi casa, como recuerdo.
Desde los 6 años quise ser músico y, con el tiempo, también me interesaron las cosas de Dios, así que estudié música y estudié teología. Sigo aprendiendo un montón de ambas, son dos pasiones en mi vida.
J: ¿Qué artistas te inspiraron a agarrar la guitarra?
D: Principalmente, mi abuelo. Él tocaba tango y jazz. Aunque yo nunca escuché su música, me influenció mucho.
Empecé a cantar a los 12 o 13 años porque mi hermana, que tiene un año menos, tenía un montón de compañeras que eran fanáticas de Sandro… Entonces, empecé a cantar para caerles bien a ellas (se ríe). Después, empecé a escuchar Spinetta “Muchacha Ojos de Papel”, escuché a Arcoiris, Papo y Sui Generis, después llegaron Charly y León Gieco. Un poco más tarde descubrí a los Beatles, aunque la primera banda en inglés que conocí fue Creedence Clearwater Revival, ese fue el primer disco que me regalaron. Pero fue el rock en español, a partir de Sui Generis, lo más fuerte.
J: Esta pregunta es un poco polémica: ¿Crees que el rock está muerto?
D: No, no está muerto, porque llena estadios todavía. Yo creo que el rock hasta ahora asimiló otras músicas y las fue incorporando. No sé todavía cómo será qué pasará con la música urbana, el trap, el rap y cómo va a ser la mezcla, pero viene muy fuerte esa onda. De todas maneras, hay un gran mercado del rock, especialmente los traperos o raperos que más me gustan son los más rockeros y, generalmente, son los que la gente dice que tienen más calidad, como por ejemplo Wos o Ca7riel, que son bastante rockeros.
J: Y ahora que lo mencionas, ¿Qué opinas de la música actual y sus artistas?
D: La verdad, creo que hay todo un ambiente comercial que tiene que ver con el reggaetón que me parece muy berreta. En cambio, hay otros artistas que son de alta gama. Entonces hay gente buena que hace las cosas bien. De Duki me parecían muy originales las texturas que tenía, novedoso el tipo de música y los instrumentos, aunque en realidad de esa camada me gustan mucho más Trueno, Wos o Ca7riel.
J: ¿Cómo relacionas la música con la religión?
D: Hay varios puntos de vista.
El primero es que todos los artistas cuentan lo que hay en su corazón, sus penas, sus dolores, lo que creen, lo que piensan, lo que está bien o mal. Así que yo creo que un verdadero artista tiene que desnudar su corazón. Ojo, hay mucha gente que está en el negocio de la música que no es un verdadero artista y se fija más lo que vende en el momento.
Yo no lo mezclo, porque intento tener fe y me sale natural en las canciones. Igual, no me gusta la gente que solamente hace canciones para la misa y habla de Dios en todas ellas. Es algo que no me encanta porque siento que a veces se puede hablar de Dios sin hablar de Dios. Por ejemplo, cuando miras el cielo o los árboles, no tienen un cartel que dice “Hecho por Dios”. Entonces, yo creo que se puede hacer una canción hermosa que hable de Dios sin tener que mencionarlo.
Yo al principio tenía cierto prejuicio, porque pensaba que en el mundo del rock no se podía mencionar a Dios, hasta que ví que George Harrison se hizo Hindú y empezó a hacer canciones religiosas, acá Raúl Corcheto también hizo un disco dedicado a Jesús. Con el tiempo se me fue todo el prejuicio.
J: ¿Tenés alguna anécdota graciosa sobre algún show o tour que hayas vivido?
D: Sí, una vez estuve en Monterrey en un evento muy grande. Yo estaba en el camarín y un hombre de seguridad dijo “¡Cuánta gente vino! Desde que tocó Phil Collins que no había tanta gente”. Yo le pregunté emocionado si Phil había estado en el mismo camarín que yo porque no lo podía creer. Lo gracioso es que, cuando tuve que salir al escenario, me caí en un pozo. Ese día canté con dolor en la pierna pero también con la emoción de estar cantando en el mismo escenario que Phil Collins.
J: Y si tuvieses la oportunidad de revivir a un músico para ver en vivo, ¿quién sería?
D: Ahora se me viene a la mente Lennon, John Lennon.
J: ¿Qué preferís: los Beatles o los Stones?
D: Los Beatles, toda la vida. No vi mejor concierto en mi vida que el de Paul McCartney en La Plata. Creo que es el concierto más memorable y mirá que vi cientos de conciertos: fui a ver a Bob Dylan, a Charly, a Spinetta… Pero ver a McCartney me dio gloria. Por eso cuando me dijiste un músico que reviviría lo elegí a Lennon.
J: En tu faceta de profesor, ¿Qué metodología usas en tus clases?
D: Bueno, yo intento utilizar todos los métodos posibles. Uso cuentos, videos, música; también la biblia y la tecnología. Me parece que, como profesores, y yo personalmente, tenemos que estar aprendiendo constantemente. Veo que en muchas escuelas, la catequesis está catalogada como la materia más aburrida de la historia y pienso: "¡Qué cosa! Somos los que explicamos lo más interesante de la historia (el creador del universo), vendemos un producto maravilloso, ¡y no tenemos marketing!”(se ríe). Además del esfuerzo por cambiar la metodología, creo que uno debe amar lo que enseña, querer mucho a sus alumnos y eso requiere mucha empatía, porque ningún pibe aprende de alguien que no le cae bien. Por eso, hay que tratar de ser muy entretenido.
J: Para terminar, ¿algún consejo que tengas para los jóvenes?:
P: Que se atrevan a soñar SUEÑOS con mayúsculas, porque hay sueños con minúsculas, que son los sueños egoístas que tiene la mayoría de la gente, como cambiar el auto, ganar un poco más, irse de vacaciones o tener una casa más grande. Ese materialismo es el sueño común que tiene todo el mundo, pero también hay otra gente que tiene sueños con mayúsculas… Que el mundo pueda ser mejor, que uno pueda hacer algo para luchar contra la discriminación, el hambre o la falta de educación.
Generalmente veo que la gente que tiene sueños con mayúsculas sigue siendo joven toda la vida, en cambio cuando un chico es joven y empieza a tener sueños con minúsculas, envejece pronto.
Equipo de Música y expresiones Artísticas junto al profesor Daniel Poli.
Por Macarena Moure, Rodrigo Pérez, Sofía Reyes, Julián Sánchez, y Bianca Saettone.
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