La historia de la Virgen de Loreto

Para despedir el proyecto editorial de este año, ¿Qué mejor tema que la Virgen de Loreto? Te contamos en esta nota su historia y su celebración.

Por Ariana Videla y Victoria Moretti

   Dice la tradición del siglo XIII que la Santa Casa, aquella donde vivían María y José cuando el ángel Gabriel le anunció a María que sería la madre del Salvador, fue elevada por los ángeles y transportada por los cielos desde Nazaret hacia Tersato. Un pequeño pueblo de Croacia, en el año 1291 para evitar que fuera dañada en las Cruzadas; los Sarracenos querían conquistar Tierra Santa y acabar con la historia del cristianismo y sus lugares sagrados. La Casa ya había sobrevivido dos ataques previos en los años 1090 y 1263, de ambos salió totalmente ilesa ya que el daño lo recibió únicamente la Basílica construida sobre ella.

 

   Unos días después, los pastores croatas notaron la inusual presencia de un hogar que había aparecido de la nada. De inmediato se dirigieron al sacerdote local, que se encontraba gravemente enfermo, y le comentaron lo que vieron.  El sacerdote fue hasta la Casa y dentro se le apareció la Virgen María, quien le reveló que esa misma era la casa donde creció y se dio la Anunciación, que el altar trasladado junto con la casa fue puesto por San Pedro, y que la estatua de la Virgen con Jesús en sus brazos y una esfera de oro fue esculpida por San Lucas. Para confirmar la verdad de la visión, María lo sanó y el sacerdote fue a compartir el milagro. Así fue como comenzaron las peregrinaciones a la Santa Casa.

 

   En efecto, se trataba de la auténtica vivienda de la Sagrada Familia. Algunos presbíteros viajaron a Nazaret para confirmar que el sitio esté vacío y no se tratara de una réplica. Allí encontraron solo los cimientos, que eran de la medida exacta de la casa en Tersatto, y varios testigos oculares que les dijeron cómo la vieron salir volando.

 

   En Croacia se quedó tres años y medio, para luego desaparecer para siempre del pequeño pueblo. El 10 de diciembre de 1294, la Casa fue trasladada a la ciudad italiana de Loreto. Los pobladores de Tersatto, si bien se sentían tristes por la repentina partida de la Virgen, no dejaron de adorarla. Uno de sus residentes construyó una réplica en el mismo lugar, y la devoción de estas personas era tanta que el Papa Urbano V les envió una escultura de María (se cree fue hecha por San Lucas).

 

    Algunos pastores italianos notaron una edificación flotando sobre el mar, sostenida por ángeles y con María y Jesús en el techo. La casa tuvo que ser relocalizada tres veces por temas de seguridad, ya sea por robos o por conflictos por quién era el dueño. Desde hace 700 años se encuentra instalada en un cerro en Loreto.

 

    Los habitantes de este pueblo no conocían la historia de la Casa hasta que la Virgen se le apareció a un ermitaño para contarle de dónde venía. El religioso, de nombre Pablo, entonces salió a relatar lo que le reveló María. En ese momento comenzó un proceso de verificación, como hicieron los presbíteros croatas, para constatar que esa era realmente la Santa Casa (y lo era efectivamente).

 

   Cuando la Santa Casa fue transportada de Nazaret a Loreto, los fieles adoraron inicialmente un ícono pintado sobre la mesa. A principios del siglo XVI, el icono fue reemplazado por una estatua de la Virgen tallada en madera de un árbol conocido como cedro del Líbano y fue pintada suavemente. El humo de las lámparas de aceite y velas que iluminaban la casa fue absorbido por la imagen a lo largo de los siglos, lo que le dio un tinte muy oscuro. Además, a pesar de que la estatua fue destruída en el incendio de 1921 y fue reconstruida en 1922, la pintaron con un tono aún negro más oscuro que el anterior. Aún hoy como se hace tradición en 1924, el 10 de diciembre, recordando la llegada de la Santa Casa a Loreto, se encienden las hogueras durante la noche para recordar ese acontecimiento. Entonces hoy en día, Loreto es el destino de muchos fieles y peregrinos que se deciden a visitar esta reliquia, ahora contenida dentro de una basílica erguida en el siglo XV. 

 

   Hay quienes creen que en realidad no fueron los ángeles quienes transportaban la Casa en aquellos tiempos inciertos, sino el comerciante Nicéforo Angelo. Aún así, hay algo que no queda claro… si realmente fue movilizada piedra por piedra, ¿cómo es que no se dañó en lo absoluto?, ¿cómo la movieron tan rápido para que nadie notara que la desarmaban de a poco?. Nada puede comprobarse a ciencia cierta, solo es cuestión de fe.

 

Santuario de la Santa Casa en Loreto, Italia

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