Tecnología, ¿avance o retroceso?

En este artículo se tratarán los puntos positivos y negativos de la tecnología y cómo impactan en la humanidad.

Por: Mateo Zukauskas y Tamara Ávila

  Hoy en día, no es un secreto que la gran mayoría de personas tengan acceso a Internet. Si usted camina por la ciudad, se dará cuenta que la tecnología está más presente y forma una parte esencial de nuestras vidas.

  En estos últimos años, se convirtió en una de nuestras necesidades primarias. Pero… ¿Realmente todo es inequívoco en este gran avance de la red en tan poco tiempo?  ¿De qué forma nos afecta?

  La tecnología nació como una herramienta para facilitar las tareas de las personas. Hace 50 años atrás, si usted necesitaba escribirle a alguien que se encontraba en otro país, debía mandar una carta, la cual podría tardar meses en llegar al destinatario. Esto dificultaba mucho la conversación: el escrito era tan viejo, que todo aquello que había expresado la persona, quizás no tenía nada que ver con su actualidad.

  Sin embargo, tener contacto con gente en todas partes del mundo de manera instantánea, hoy es posible gracias a los dispositivos digitales. Se puede saber lo que esa persona está haciendo diariamente, sin importar la distancia o el idioma, ya que ante cualquier duda podemos utilizar Google.

  Otro punto para destacar, es que cualquiera de nosotros, sin importar su educación previa, puede tener acceso a una formación académica con el enfoque específico para sus necesidades. Este es uno de los grandes beneficios de la tecnología: cualquiera puede capacitarse e informarse si tiene internet a su alcance.

  Esto tiene un gran potencial, debido a que en el futuro podremos tener algoritmos que entiendan la manera de aprender de cada usuario. Así, se ofrecerán alternativas superiores de estudio que mejorarán el rendimiento escolar. Por esto, es fundamental que los jóvenes vean las nuevas carreras universitarias que se prometen y que podrían llevar a un cambio global.

  Existen muchos recursos tecnológicos que facilitan y promueven la creatividad en ámbitos como el artístico, el musical, entre otros. Si bien, antes acceder a dichas formaciones era muy costoso, en estos tiempos comienza a ser cada vez más factible. Esto ayuda a estimular la imaginación, fomentar nuevos espacios y promover novedosos formatos de creación.

  Sin embargo, la tecnología no sólo trajo consecuencias positivas a nuestra cotidianeidad. La globalización de Internet cada vez abarca más espacios; digitalizando medios de información, entretenimiento, educación y trabajo, por ejemplo. Con el paso del tiempo, la concurrencia en los cines va disminuyendo, así como la producción de diarios o revistas. Los más jóvenes acceden al material de forma gratuita e ilimitada a través de una simple pantalla. Los trabajos de modalidad virtual son cada día más comunes, y ya miles de estudiantes asisten a sus clases por medio de sus computadoras.

Teniendo en cuenta esta realidad, que cada vez se hace más presente, es lógico deducir que en unos años dichos bienes dejarán de ser ofrecidos de la forma tradicional, y serán completamente opacados por la digitalidad. ¿Cuáles son las posibles consecuencias negativas de esto? Constantemente queremos pertenecer, ya sea comprando el último IPhone, teniendo la última actualización de la nueva App o, simplemente, formando parte activa del mundo de las redes sociales. ¿Y qué sucede cuando, por razones económicas, por ejemplo, no es posible ser parte de este sistema? Esto se observó perfectamente durante los tiempos de cuarentena. Miles de chicos en todo el país perdieron sus lecciones todos los días por no tener una computadora o acceso a Internet en su zona.

  Lo mismo sucede con el mundo laboral, los medios de comunicación y el entretenimiento. El no tener un celular en el bolsillo te aísla del mundo, te vuelve anacrónico, te mantiene al margen de nueva información.

Siguiendo con las grandes desventajas de la globalización de la tecnología, ahora nos centraremos en cómo la misma también afecta negativamente a los que sí pueden formar parte de este y poseer diversos dispositivos electrónicos.

Las familias les regalan su primer celular a niños cada vez más pequeños.     Muchos de ellos, sin revisar su actividad en la red y exponiéndose a potenciales peligros o a contenido no apto para su edad. Es común ver a infantes de tan solo 3 o 4 años con la cara completamente pegada a una pantalla por horas.

  Estos hábitos traen, sin lugar a duda, incontables consecuencias físicas, mentales y emocionales para dichas personas en plena etapa de desarrollo.     Aunque no son el único grupo afectado por la adicción a los dispositivos digitales.

  Alteración en el horario de sueño, estrés, ansiedad, vista irritada, baja autoestima, mala postura y dolores musculares son solo algunos de los efectos secundarios de esta conducta.

  La tecnología moderna está creada para ser adictiva, los celulares están diseñados para no durar más de 4 años, y las aplicaciones tienen, como principal función, realizar acciones que antes eran completamente independientes del mundo digital.

 

  Por eso, nuestra conclusión es que la era digital nos empuja a una sociedad cada vez más consumista y sedentaria, donde la línea entre lo "real" y lo virtual se desdibujan, y los límites morales se desintegran en el mundo de Internet.

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