Odisea de amores rotos

Desde la sección literaria les entregamos está primera edición de la antología literaria con textos de toda la comunidad educativa, esperamos que disfruten y recuerden que la literatura es más hermosa cuando es compartida.

 

  Herida caminando por desiertos rojos,

  El arrastre se siente bien, como si el dolor me proporcionara morfina del placer.

  Ahora que lo pruebo, jugar con fuego se siente increíble, cuanto más huelo peligro algo dentro mío revive, mi amante, esto que arde es lo más cercano a entenderte.

  En donde estamos vivos, en el lado oscuro y sordo de lo racional.

  Amante oyente en las sombras, sos demasiado bueno para ser duradero, al menos el dolor prolonga tu tiempo cerca mío.

  No las ahogo, no las mato, solo se convierten en malas mariposas, es la esperanza de los desesperanzados.

  Bailo en esto, en el vaivén de pesadillas, en lo nuestro, si es que un título tenemos.

  Casa de los recuerdos, donde hoy no quedan nuevos.

  De tanto jugar se prendieron fuego, solo quedan cenizas y vagos destellos.

  “Voy a estar ahí para vos”, todo el mundo dice estupideces, pero yo me sobrepase de ese dichoso lujo.

 No te culpo, ate a un monstruo en un castillo de vidrio, tal vez con la calma podía controlarlo, en lugar de protegerlo lo astillaste a golpecitos.

  Rompiéndome, y yo sin decirte adiós, dando vueltas y vueltas. Dentro de todo, no podía darme la modestia de olvidarte, eras el dolor más hermoso, la morfina de placer que me daba tenerte cerca.

  Mala vida, malas mariposas.

  Como estrellas en un cielo de medianoche, brillo más cuando tu oscuridad me envuelve. No me llames ángel que mis demonios son celosos, aunque te tenga enfrente, le tengo miedo a las bestias que puedo ver y reconocer.

  Soy prisionera de la realidad, drógame, nada más importa.

  Si no es amor, sin mí, drógame con tu presencia que tal vez me recuerde como era yo.

  El corazón quiere lo que quiere.

¿Hice algo malo? ¿Te llamé oasis cuando moría de sed? ¿Te volviste necesario? ¿debería quedarme o debería irme?

  Es misterioso como me pierdo en mis propios acertijos.

  Casa de los recuerdos, guíame a tus brazos, que ahora estoy sola en la nada, y el delincuente de las sombras, ya no necesita mi cuerpo.

 

  Viento, llévate mis restos, déjame en la odisea de amores rotos, donde al menos soy consciente que ahí por tu culpa y la mía hoy pertenezco.

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