Entrevista a Diego Alejandro Vazquez

En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de entrevistar a Diego Alejandro Vazquez, empleado del Ministerio de Economía de la Provincia de Buenos Aires, con el fin de conocer sobre su trabajo e interiorizarnos con el empleo en el exterior.

E: ¿Qué sistema administrás en tu trabajo?

D:  El sistema que yo manejo en el laburo se llama SIGADE. Es un sistema internacional que lo venden las Naciones Unidas. Administra la deuda pública, por ende, está instalado en muchos países deudores o pobres, por ejemplo, en países de Sudamérica, de Centro América, de Asia y de África. Actualmente está instalado en 65 países. Como el equipo de las Naciones Unidas, informático y técnico, no es tan grande, contrata a consultores externos con experiencia en el sistema para poder realizar consultorías en el exterior, y ahí es cuando nos contratan a nosotros.

 

E: ¿Cómo y de cuantos días son las consultorías?

D:  Yo viajo como consultor técnico. Siempre las consultorías son de 15 días, por lo cual tenemos una semana de reinstalación de la nueva versión. Dejo todo funcionando tanto en el servidor como en los clientes, para que todos se puedan conectar y en la segunda semana me quedo capacitando a los administradores del sistema y a los usuarios informáticos que se quedan a cargo de la administración. Una vez que la parte técnica funciona correctamente, el consultor funcional le explica el uso del sistema a los usuarios, ya que tiene muchos términos financieros, contables, que los informáticos no administramos y los consultores funcionales no saben instalar, configurar y administrar base de datos, entonces siempre se necesita de los dos, además realizan un testeo exhaustivo, si hay algo que no funciona me lo pasan y lo arreglo.

 

E: ¿Qué países conociste?

D:  Fui tres veces a Ginebra en Suiza (Europa); a Mongolia (Asia) dos veces, es tan largo el viaje que siempre hacía escala en Ginebra para preparar el material, ahí me quedaba dos días y luego partía para Mongolia; también viajé dos veces al Salvador (Centroamérica); a Angola (África), y a Ecuador (América del Sur). Y bueno, en cada viaje que fue de trabajo en la vuelta aprovechaba y conocía otros países. Por ejemplo, cuando volví de Mongolia hice escala en China y me quedé en Beijing, ahí recorrí la Muralla China. También estuve en Alemania, España, Francia, Rusia, Dubai e Italia.

 

E: ¿Qué país o ciudad te llamó la atención?

D:  Frankfurt en Alemania es una ciudad muy moderna, las que son más casco histórico es por ejemplo Roma, es lindo para recorrer pero es una ciudad muy antigua, no viviría ahí, además no es seguro tampoco, no hagamos el mito de que Europa es la salvación por que no es así, la terminal de tren de Roma es Constitución (risas) uno sale con miedo, lo mismo cuando llegué a París a las 12 am, tuve que hacer combinación de subte y no es fácil sobre todo para una persona que no es de ahí, es mucho más peligroso. En Angola y Mongolia, me dijeron explícitamente que no camine solo en horas que no son de movimiento, porque se nota que uno no es de ahí y te afanan. También te recomiendan contratar siempre excursiones del hotel, te salen más caras, pero nunca contratar nada de la calle porque te desvalijan o te secuestran. Además, antes de viajar te exigen hacer un curso online de seguridad sobre el terreno, es un requisito que hay que presentar antes de hacer la consultoría, es válido por 3 años.

 

E: ¿Qué complicaciones te suelen surgir en los viajes?

D:  La complicación extra que se suma siempre es el idioma, por ejemplo, en Mongolia es mezcla del idioma y cultura. Obviamente yo me comunicaba en inglés, la capacitación la daba en inglés, pero al ser otra cultura y otro idioma cerrado, porque no es lo mismo el inglés de allá que el de acá, siempre trataba de hablar despacio. También mucha diferencia horaria, eso influye, te golpea los primeros días, yo llegué de noche y era la mañana de acá, obvio no tenía sueño, cuando me entro a agarrar el sueño ya eran las 7 am y tenía que ir a trabajar, así que todo el primer día de laburo estuve sin dormir. Me costó acostumbrarme, estas con los nervios del inglés de otro idioma, con el sueño totalmente cambiado, llega un momento que es estresante.

 

E: ¿Tuviste alguna dificultad a la hora de trabajar en algún país?

D:  No, fue siempre llevadero porque, bueno, siempre se trabaja con personas de oficina que están en el rubro, así que problemas o malentendidos de ese estilo no.

 

E: ¿Y problemas externos?

D:  Sí, por ejemplo, perder vuelos; al hacer tantas combinaciones, eso suele pasar. Una vez salió atrasado el vuelo de Frankfurt y claro que cuando llegué a Moscú perdí el vuelo hacia Mongolia. Me tuve que comunicar, cambiar los pasajes, la valija quedó perdida, además me dijeron que el próximo vuelo salía en tres días, me quería morir (ríe), para todo esto me tenía que presentar el otro día a la oficina. Y ahí está la importancia del inglés, para los trámites, para todo, me comuniqué en inglés mientras el idioma era ruso.

En ese viaje recorrí 5 idiomas distintos y me manejé de punta a punta con el inglés, recalcó la importancia, es universal y te sirve en todos lados, te abre muchísimas puertas. Yo, por ejemplo, todos estos viajes no los hubiese aceptado si no fuera porque sé inglés, hubiese hecho las consultorías de Centroamérica, que se habla en castellano. Así que es muy importante, si pueden, estudiar inglés en paralelo al colegio.

 

E: Y en estas situaciones, de perder vuelos, ¿Cómo pasás la noche? ¿En dónde te hospedas?

D:  Cuando te pasa esto, sos pasajero en tránsito, osea vos estas con combinación, pero no podés salir del país, porque los Argentinos en Moscú necesitamos visa, como sos pasajero en tránsito te mandan del aeropuerto a un hotel cerca que lo cubre la compañía. Tenía a un ruso de dos metros en la puerta para que no salga de la habitación. No pude ir ni al lobby del hotel a desayunar, me trajeron ellos a la mañana el desayuno, todo esto solo, nervioso y comunicándome para que avisaran que estaba un día retrasado.

 

E: Para ir cerrando la entrevista, ¿Alguna anécdota que quieras compartirnos de estos viajes?

D: (ríe) Sí, cuando iba para Dubai, en el avión había árabes, viste que en determinado horario tienen que rezar… bueno, de la nada se pararon todos en el medio del avión, y yo pensé “Uh, acá volamos todos” (ríe), pero pusieron una alfombra en el piso, se arrodillaron y se quedaron ahí rezando, fue raro porque nadie se lo esperaba.

Otra cosa rara también que me pasó, ¿viste que te dije que siempre a una consultoría va el consultor técnico y el consultor funcional? Bueno, el consultor funcional en ese viaje era de Egipto, religión musulmana también, justo en ese mes me tocó el mes de Ramadán, ¿Qué es el mes de Ramadán? Es un mes en el año donde ellos no comen ni beben nada desde que cae el sol hasta que sale. Entonces, cuando volvíamos de la consultoría, e íbamos para el hotel, no le podía decir “Che, vamos a tomar un café” porque se iba a su habitación, se apuraba a comer antes de que se vaya el sol, y se encerraba ahí hasta la mañana siguiente, así que no pude compartir absolutamente nada con él.

 

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