El Campito de Villa Corina: Un proyecto persistente del Loreto

Desde hace algunos años, el Centro Educativo Loreto se esfuerza por cumplir metas para colaborar con la Casa del Niño y la Niña, “El Campito” de Villa Corina.

 

En esta foto podemos ver a los chicos del campito vestidos de sus princesas y héroes favoritos

Casi siempre, el grupo misionero realiza una visita durante el Día del Niño, donde los jóvenes participan y ayudan a los que manejan la festividad. Los chicos del barrio van al comedor para pasar el día con sus familias, realizar juegos en comunidad y tomar la merienda.

 

    Servicio a la Comunidad

    En esta ocasión, entrevistamos a Cecilia Papa, exalumna del colegio y gran colaboradora de la Iglesia. Participó varios años en el Campito y nos comentó lo siguiente:

E: Entrevistador

C: Cecilia Papa

 

E: ¿Cuál es la misión del Campito?

C: La misión del Campito es colaborar con los niños y las familias del barrio. Este se encuentra justo en el límite de tres barrios: Villa Luján, El Dínamo y Villa Corina, que son lugares con personas en situación de vulnerabilidad social. Un poco es la motivación de brindar un espacio de contención a los niños, donde se puede acompañar el tiempo de su crecimiento para que no estén en la calle en los horarios de contraturno de la escuela. Las actividades son de lunes a viernes, en dos turnos: mañana y tarde.

 

E: ¿Sabés cuándo comenzó este servicio?

C: Las monjas consagradas pertenecientes al grupo de las “Hermanas de la Caridad'' lo fundaron hace más de 20 años. Cuando iniciaron este proyecto, solo era un lugar vacío con tierra donde los niños iban a jugar. Con el tiempo empezaron a servir la merienda y a dar comidas. También, fueron recibiendo donaciones y materiales para construir salones y canchas, donde los más pequeños realizan actividades diversas por medio de los educadores.

 

E: ¿En qué año empezaste a ayudar a los niños de allí?¿Por qué?

C: Empecé a trabajar en el 2015 como psicóloga y educadora. Los chicos eran muy revoltosos en sus formas de expresarse unos con otros y con los educadores, y siempre con dificultad para responder de una manera adecuada a la autoridad. También brindaba apoyo como psicóloga, yo formaba parte de un equipo técnico junto a un trabajador social, e íbamos orientando a las familias y a los niños, abordando las situaciones que iban surgiendo como necesidad de la institución. Por último, hacía talleres para los chicos, trabajando distintas cuestiones según lo que se iba necesitando.

 Desde que me recibí de psicóloga, siempre tuve la inquietud de intervenir en situaciones de vulnerabilidad  social, y el Campito fue para mí una especie de trabajo y voluntariado, donde pude estar varios años desarrollando mi profesión y brindando un servicio a la Comunidad. Fue un tiempo muy lindo.

 

E: Contanos un día inolvidable que recuerdes con cariño

C: Para mi algo que es muy lindo de recordar es el Día del Niño, donde se reciben a 300 chicos, en el cual los educadores y algunas personas del barrio nos organizamos con tiempo y juntamos donaciones con las que después armamos bolsas de caramelos y juguetes para que cada uno de los niños se puedan llevar un regalito en su día. Por lo general, los que vienen son de diferentes zonas del barrio, además de los que están todos los días en el Campito, para participar en los festejos grandes. Hacemos actividades tipo kermesse, y es un espacio muy lindo para que todos puedan sentirse acompañados y brindarles un espacio de contención, aunque sea a esos chicos que no pueden venir en lo cotidiano (ya que no entran en el cupo o porque no están interesados). También, son momentos donde el barrio se reúne y se valora el tiempo compartido.

 

E: ¿Qué tipos de juegos y actividades realizan?

C: Las actividades suelen ser educación física, música y arte, solía haber taekwondo, telas, circo, teatro. También hay actividades de apoyo escolar, hay psicopedagogas que ayudan a los chicos.

 

E: ¿Qué días tienen actividades en el Campito?

C: Las actividades son diversas y van cambiando a lo largo del tiempo ya que los coordinadores no son los mismos. Siempre hay dos educadoras fijas que son las referentes de los chicos. Se los divide en grupos según las edades, de 6 a 8 años, de 9 a 11 (constructores, son los que tienen un poco más de experiencia en el campito, la etapa escolar, van tomando criterios). Lamentablemente, no suelen venir chicos más grandes de 14 y 15 años (los guardianes, acompañan a los chicos más pequeños y custodian un poco todos los valores que fueron incorporando)  porque no les interesan las propuestas del campito.

 

E: ¿Qué suelen hacer durante las fechas festivas?

C: Se suelen plantear actividades integrando a las familias y proponiendo muy sencillamente alguna propuesta religiosa, más que nada es para poder integrar más a la familia para que pasen más tiempos juntos.

  Un evento que se suele llevar a cabo es la fiesta de fin de Año, que une a las familias para mostrarles todo lo que realizaron sus hijos durante el año; y se agradece a los colaboradores que hicieron donaciones y contribuyen para sostener el lugar. Es un espacio para que los niños se sientan valorados por sus familias por todo su esfuerzo durante el año. Hubo, además, un tiempo donde se invitaba a los “ex campitos”: jóvenes que ya habían pasado por la institución y, que al día de hoy, tienen un hermoso vínculo con la cocinera que está desde siempre. Por lo general, pasan el tiempo y la ayudan a cocinar. Es muy emocionante ver cómo se acercan con cariño a la institución. Algunos de ellos se volvieron educadores y otros dan talleres esporádicos o semanales para

devolver un poquito de lo que recibieron.

 

E: ¿Sabés si hay otros colegios que participan?

C: El Loreto es el único colegio que aporta donaciones como institución escolar. También, aportan los movimientos scouts, empresas, organizaciones, familias del barrio.  Ya sea ropa, comida, juguetes, lo más mínimo siempre ayuda.

 

E: ¿Quiénes pueden ir y ayudar?

C: Cualquiera que quiera puede colaborar. Muchas personas del barrio suelen ayudar, algunos colegios, familias, y las madres de los chicos también suelen venir.

 

 

En esta foto podemos observar a algunos chicos realizando actividades para Halloween

 

Manos a la obra

 

 Durante el año, en la institución se reciben distintos productos de acuerdo a las necesidades de cada ocasión. Por curso se piden donaciones que, por lo general, son alimentos no perecederos.

 

 Este año, el grupo misionero del Loreto organizó ventas de rifas, a fin de que los chicos del “Campito de Villa Corina” pudieran celebrar Pascuas con un huevo de chocolate, una manera dulce de manifestar cariño y colaboración.

 

 

 Es por eso que desde el día uno, los integrantes del grupo misionero comenzaron a recorrer las distintas aulas de primaria y secundaria, para comentarles a todos el objetivo de la recaudación con las rifas, proponiendo distintos premios. La venta de estas no se limitó a los estudiantes, sino que también se extendió a los preceptores, empleados de administración, gente del kiosco e incluyó a las familias de los alumnos.

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