Nuestros genios de la escritura

¿Alguna vez tuviste ganas de conocer a los genios de la escritura argentinos? En este artículo te contamos un poco sobre ellos, su escritura, y te guiamos para que comiences a leerlos.

 Nuestros genios de la escritura

Por Ignacio Cuello.

 

En el artículo de hoy vamos a exponer una biografía, y recomendaciones para arrancar con su lectura, de los escritores más fabulosos del país. Entre ellos el mismísimo Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares, y Silvina Ocampo.

“Yo solo quería ser un hombre invisible”, dijo alguna vez Borges.

Jorge Luis Borges.


Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo nació el 24 de agosto de 1899, en la calle Tucumán 840, pero su infancia transcurrió al norte de su casa natal, en la calle Serrano 2135 del barrio de Palermo. Era hijo de Jorge Guillermo Borges, un abogado y profesor de psicología con aspiraciones literarias y de Leonor Acevedo Suárez, uruguaya, traductora. En su casa se hablaba en español e inglés, así que desde su niñez Borges fue bilingüe, y aprendió a leer inglés antes que castellano, a los cuatro años. Estudió primaria en Palermo y tuvo una institutriz inglesa. En 1914 su padre se jubiló por problemas de visión, y la familia se trasladó a Europa. Para refugiarse de la Primera Guerra Mundial se establecieron en Ginebra, donde el joven Borges estudió francés y cursó el bachillerato en el Lycée Jean Clavin. Tras la Primera Guerra Mundial la familia Borges pasó tres años en Lugano, Barcelona, Mallorca, Sevilla y Madrid y participó del movimiento literario ultraísta que luego encabezaría en Argentina. Colaboró en esta época en las revistas Ultra, Grecia, Cervantes, Hélices y Cosmópolis.

El 4 de marzo de 1921, la familia embarcó en el puerto de Barcelona en el Reina Victoria Eugenia rumbo a Buenos Aires. En Buenos Aires publicó en la revista Cosmópolis, fundó la revista mural Prisma (de la que sólo se publicaron dos números) y también publicó en Nosotros, dirigida por Alfredo Bianchi.

Se enamoró de Concepción Guerrero.

En 1922 visitó a Leopoldo Lugones junto a Eduardo González Lanuza con la excusa de entregarle el segundo número de Prisma. En agosto de 1924 fundó la revista ultraísta Proa junto a Ricardo Güiraldes, Alfredo Brandán Caraffa y Pablo Rojas Paz.

En 1923 Borges publicó su primer libro de poesía, Fervor de Buenos Aires. Instalado definitivamente en su ciudad natal a partir de 1924 publicó Luna de enfrente e Inquisiciones. Cansado del ultraísmo, intentó fundar un nuevo tipo de regionalismo, enraizado en una perspectiva metafísica de la realidad.

Escribió en la revista Martín Fierro.

En 1928 su hermana Norah se casó con Guillermo de Torre, que Borges había conocido en Madrid.

En 1929 con Cuaderno San Martín ganó el segundo Premio Municipal de Poesía de Buenos Aires.

En 1930 se produjo el golpe militar a manos del general Uriburu. En esa misma época Borges conoció al que sería su gran amigo: el escritor Adolfo Bioy Casares,

En 1931 se publicó el primer número de Sur, dirigida por Victoria Ocampo; en este primer número Borges colaboró con un artículo dedicado al Coronel Ascasubi. Publicó en 1935 su célebre Historia universal de la infamia. Colaboró con la revista quincenal El Hogar, donde publicó en la columna de crítica Libros y autores extranjeros, hasta 1939.

En 1938 consiguió un empleo en la biblioteca municipal Miguel Cané del barrio de Almagro. Ese año Borges sufrió un grave accidente, al golpearse la cabeza con una ventana, lo que lo llevó al borde de la muerte por septicemia, esta experiencia fue el germen del cuento El sur, en la convalecencia escribió Pierre Menard, autor del Quijote.

En 1940 se publicó su Antología de literatura fantástica, escrita en colaboración con Bioy Casares y Silvina Ocampo, quienes ese mismo año contrajeron matrimonio, y Borges fue el testigo de boda. En 1944 conoció a Estela Canto, de quien se enamoró sin ser correspondido.

En 1946 Juan Domingo Perón fue elegido presidente, venciendo así a la Unión Democrática. Borges se declaró abiertamente antiperonista. Dictó conferencias en la Universidad de Montevideo, donde presentó su ensayo “Aspectos de la literatura gauchesca''.

Tras la derrota de Perón fue nombrado director de la Biblioteca Nacional, cargo que ocupó durante dieciocho años y fue elegido miembro de la Academia Argentina de Letras.

Tras varios accidentes y algunas operaciones, un oftalmólogo le prohibió leer y escribir, aunque en un principio todavía distinguía luces y sombras, pero en 1955 se quedó ciego por la enfermedad congénita que había dejado también sin visión a su padre.

En 1956 fue nombrado catedrático en la Universidad de Buenos Aires y recibió un doctorado honoris causa de la Universidad de Cuyo.

Publicó en esa época el Manual de zoología fantástica y reapareció, bajo su dirección, la segunda época de la revista La Biblioteca.

En 1961 compartió con Samuel Beckett el Premio Internacional de Literatura otorgado por el Congreso Internacional de Editores en Formentor, Mallorca. Este importante galardón le dio el espaldarazo internacional y le ofreció la posibilidad de ser traducido a numerosos idiomas. Viajó a Estados Unidos, invitado por la Universidad de Texas y por la Fundación Tinker, de Austin, para impartir conferencias y cursos sobre literatura argentina durante seis meses.

Asistió en Berlín a un congreso internacional de escritores, al año siguiente, y en la Unesco participó en un homenaje a Shakespeare. Visitó Inglaterra, Suecia y Dinamarca, y en el 67 obtuvo la cátedra de Literatura Inglesa en la Universidad Católica Stella Maris de Mar del Plata.

El 21 de septiembre de 1967 Borges se casó con Elsa Astete Millán, el matrimonio duró tres años. Viajó a Estados Unidos con su mujer como profesor de poesía de la Universidad estadounidense de Harvard, invitado por la Fundación Charles Eliot Norton. En 1968 fue nombrado miembro de la Academia de Artes y Ciencias de los Estados Unidos. Fue nombrado miembro de la The Hispanic Society of America, en Nueva York.

En 1971 fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Columbia, Nueva York. En abril viajó a Londres, invitado por el Instituto de Arte Contemporáneo que lo incorporó como miembro de su cuerpo docente. La Universidad de Oxford le confirió el título de doctor honoris causa como Doctor en Letras. Publicó en Buenos Aires el cuento largo titulado El Congreso.

En 1975 falleció su madre a los noventa y nueve años. María Kodama se convirtió en secretaria y acompañante de sus viajes, se casaron finalmente el 26 de abril de 1986.

En 1976, bajo la dictadura de Videla, publicó La moneda de hierro. Participó, junto con otros intelectuales, de una entrevista con el general Videla reclamando por los arrestos clandestinos. En 1977 recibió el título de doctor honoris causa por la Universidad de La Sorbona.

1979 fue un año de homenajes: la Academia Francesa lo distinguió con una medalla de oro. Recibió la Orden al Mérito de la República Federal Alemana y la Cruz Islandesa del Halcón en el grado de Comendador con estrella. Se le hizo un homenaje nacional en el Teatro Cervantes, con motivo de cumplir los ochenta años. Viajó con María Kodama a Japón.

En 1983 visitó España por última vez para recibir la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y participó en los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. En París, el presidente Miterrand le hizo entrega de la Legión de Honor.

Fueron los últimos años de viajes ya que a finales de enero de 1986 fue internado en el Hospital Cantonal de Ginebra. El 14 de junio murió en Ginebra. Fue enterrado en el cementerio de Plainpalais.

 

Borges se ha convertido en uno de los autores fundamentales del siglo XX, y uno de los más reputados escritores de relatos breves. Supo dar a éstos una dimensión atemporal, a caballo entre la ficción y la no ficción, que inició un nuevo estilo.

Si bien la poesía fue uno de los fundamentos de su quehacer literario, el ensayo y la narrativa fueron los géneros que le reportaron el reconocimiento universal.

Recomendamos para iniciar con su lectura su libro de cuentos “Ficciones”; “El libro de arena”; y sus poemas. En especial “Instantes”, poema donde remarca un arrepentimiento de su forma de haber llevado a cabo la vida.

 

Julio Cortázar y la magia de lo cotidiano.

Julio Cortázar.


Julio Florencio Cortázar nace en Bruselas en 1914. El propio Cortázar relata los primeros años de su vida en una carta enviada desde París en 1963: “Nací en Bruselas en agosto de 1914. Signo astrológico, Virgo; por consiguiente, asténico, tendencias intelectuales, mi planeta es Mercurio y mi color el gris (aunque en realidad me gusta el verde). Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia; a mi padre lo incorporaron a una misión comercial cerca de la legación argentina en Bélgica, y como acababa de casarse se llevó a mi madre a Bruselas. Me tocó nacer en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes, a comienzos de la primera guerra mundial. Tenía casi cuatro años cuando mi familia pudo volver a la Argentina; hablaba sobre todo francés, y de él me quedó la manera de pronunciar la «r», que nunca pude quitarme. Crecí en Banfield, pueblo suburbano de Buenos Aires, en una casa con un gran jardín lleno de gatos, perros, tortugas y cotorras: el paraíso. Pero en ese paraíso yo era Adán, en el sentido de que no guardo un recuerdo feliz de mi infancia; demasiadas servidumbres, una sensibilidad excesiva, una tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados”.

Cursó estudios en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta (cuya atmósfera recreará en el cuento “La escuela de noche”). En 1932 obtiene el título de Maestro Normal, que lo habilita para ejercer el magisterio. Ese mismo año intenta sin éxito viajar a Europa en un buque de carga, con un grupo de amigos (fracaso que podemos encontrar explicitado en lugar llamado Kindberg). Ese mismo año, en una librería de Buenos Aires, descubre el libro Opio, de Jean Cocteau, cuya lectura cambia "por completo" su visión de la literatura y le ayuda a descubrir el surrealismo. En 1935 obtiene el título de Profesor Normal en Letras e ingresa en la Facultad de Filosofía y Letras. Aprueba el primer año, pero como en su casa había muy poco dinero y  quería ayudar a su madre, abandona los estudios para iniciarse en el profesorado. Dos años después es designado profesor en el Colegio Nacional de una pequeña ciudad de la provincia de Buenos Aires, Bolívar. Lee infatigablemente y escribe cuentos que no publica.

En 1938 publica su primera colección de poemas, Presencia, con el seudónimo de Julio Denis. En julio de 1939 fue trasladado a la Escuela Normal de Chivilcoy.

En 1941, con el seudónimo Julio Denis, publica un artículo sobre Rimbaud en la revista Huella, que junto con la revista Canto fueron importantes vehículos de expresión para los jóvenes escritores. Se traslada a Cuyo, Mendoza, y en su Universidad imparte cursos de Literatura Francesa. Publica su primer cuento, Bruja, en la revista Correo Literario. Participa en manifestaciones de oposición al peronismo. Cuando Juan Domingo Perón gana las elecciones presidenciales presenta su renuncia.

Reúne un primer volumen de cuentos, La otra orilla. Regresa a Buenos Aires, donde comienza a trabajar en la Cámara Argentina del Libro.

En 1946 publica el cuento “Casa tomada” en la revista Los ananes de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges. Ese mismo año publica un trabajo sobre el poeta inglés John Keats. Colabora en varias revistas, Realidad, entre otras. Publica un importante trabajo teórico, Teoría del Túnel.

En 1948 obtiene el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en apenas nueve meses estudios que normalmente insumen tres años. El esfuerzo le provoca síntomas neuróticos, uno de los cuales (la búsqueda de cucarachas en la comida) desaparece con la escritura de un cuento, Circe, que junto con Casa Tomada y Bestiario (aparecidos en Los anales de Buenos Aires) será incluido más adelante en Bestiario.

Publica su primer libro de cuentos Bestiario. Obtiene una beca del gobierno francés y viaja a París, con la firme intención de establecerse allí. Comienza a trabajar como escritor en la UNESCO.

En 1953 se casa con Aurora Bernárdez.

En 1959 publica “Las armas secretas” (Ed, Sudamericana), que incluye el cuento largo “El perseguidor”. Este cuento supone un sesgo en la narrativa de Cortázar. Allí aborda "un problema de tipo existencial, de tipo humano, que luego se ampliará en Los Premios y sobre todo en Rayuela (Los nuestros, Luis Harss)

En 1961 realiza su primera visita a Cuba, ese mismo año la editorial Fayard publica “Los Premios”, primera traducción de una obra de Cortázar.

Publica “Historias de cronopios y de famas”, en la editorial Minotauro, de Buenos Aires y en 1963 aparece Rayuela (Ed. Sudamericana), de la que se vendieron 5.000 ejemplares en el primer año. Ese mismo año participa como jurado en el Premio Casa de las Américas, en La Habana.

Viaja a Chile, en 1970, invitado a la asunción del gobierno del presidente Salvador Allende. La editorial Sudamericana publica el libro Relatos, en el que se incluye una selección de cuentos de Bestiario, Final del juego, Las armas secretas y Todos los fuegos el fuego.

En abril de 1974 participa en una reunión del Tribunal Russell II reunido en Roma para examinar la situación política en América Latina, en particular las violaciones de los derechos humanos. Realiza una visita clandestina a la aldea de Solentiname, en Nicaragua.

En 1981, en uno de sus primeros decretos, el gobierno socialista de François Miterrand le otorga la nacionalidad francesa, el 24 de julio.

Entre el 30 de noviembre y el 4 de diciembre de 1983 viaja a Buenos Aires, para visitar a su madre después de la caída de la dictadura y la asunción del gobierno por el presidente Raúl Alfonsín. Las autoridades ignoran su presencia, pero es calurosamente recibido por la gente, que lo reconoce en las calles.

El 12 de febrero Julio Cortázar muere y es enterrado en el cementerio de Montparnasse, en la tumba donde yacía Carol Dunlop, su última esposa.

Recomendamos para iniciar con su lectura su primer libro de cuentos: “Bestiario”. Además de “Final del juego” e “Historia de cronopios y famas”. Lecturas que les dejarán un flash en la cabeza, después de poder admirar el maravilloso sentido de lo fantástico expresado por Cortázar en sus cuentos.

 

Adolfo Bioy Casares, pionero de la literatura fantástica en nuestro país.

Adolfo Bioy Casares.


Nacido en Buenos Aires, un 15 de septiembre de 1914, Adolfo Bioy Casares fue uno de los más destacados autores de la literatura fantástica universal. Miembro de una familia de hacendados bonaerenses, en 1929 escribió “Prólogo”, manuscrito que revisó y mandó a imprimir su padre. Su temprana vocación por las letras fue estimulada por su familia, y ya en 1933 publicó el volumen de cuentos Diecisiete disparos contra lo porvenir.

Pronto se vinculó culturalmente al círculo cosmopolita de la revista Sur; su amistad con Jorge Luis Borges sería decisiva en su carrera literaria. En 1932 conoció a Borges en casa de Victoria Ocampo, y también a su hermana Silvina Ocampo, quien se convirtió en su esposa en 1940. La estrecha amistad con Borges duró hasta la muerte de éste en 1986 y dio origen a una serie de obras escritas en colaboración y firmadas con los seudónimos de B. Suárez Lynch, H. Bustos Domecq, B. Lynch Davis y Gervasio Montenegro: Seis problemas para don Isidro Parodi (1942), Dos fantasías memorables (1946), Un modelo para la muerte (1946), Crónicas de Bustos Domecq (1967) y Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977). Escribieron también dos guiones cinematográficos, Los orilleros y El Paraíso de los creyentes (ambos de 1955).

El mismo año de su boda publicó La invención de Morel (1940), su obra más famosa y un clásico de la literatura contemporánea. Narrada en primera persona y ambientada en una isla desierta, en la trama se entrecruzan el delirio, la pasión amorosa y la idea de inmortalidad. Un fugitivo, cuyo nombre no se conoce, llega a una isla en la que vive Faustine, mujer de la que se enamora, aunque se limita a observarla escondido en los atardeceres. Allí el científico Morel había inventado una máquina capaz de reproducir las impresiones de todos los sentidos, pero para poder recrear un ser humano, éste antes tiene que morir. El fugitivo pone en marcha la máquina y se graba durante siete días al lado de Faustine. Como estaba sentenciado, el protagonista muere, aunque será inmortal en la eterna reproducción de su imagen.

Para entonces Bioy Casares había renegado de sus escritos anteriores, entre ellos las narraciones “La estatua casera” (1936) y “Luis Greve, muerto” (1937). En la fructífera década de 1940 publicó los volúmenes de relatos “La trama celeste” (1944), “El perjurio de la nieve” (1948) y “Las vísperas de Fausto” (1949), además de la novela “Plan de evasión” (1945), que relata una diabólica propuesta del Dr. Castel, gobernador de la isla del Diablo y discípulo de William James, consistente en practicar sobre unos prisioneros una nueva teoría de la percepción. En colaboración con su mujer escribió la novela policíaca “Los que aman, odian” (1946); co dirigió con Jorge Luis Borges la prestigiosa colección del género “El Séptimo Círculo” y los tres compaginaron la “Antología de la literatura fantástica” (1940).

En el decenio de los cincuenta publicó los cuentos de “Historia prodigiosa” (1956) y “Guirnalda con amores” (1959). “El sueño de los héroes” (1954), quizás su mejor novela, narra cómo una pandilla de amigos recorre los suburbios de Buenos Aires durante los tres días del carnaval de 1927 en busca de aventuras y diversiones; años después el protagonista, Gauna, intenta regresar al pasado ignorando que el viaje puede originar el despliegue de posibilidades anteriormente evitadas.

En esta obra la geografía del barrio porteño está inmersa en un clima alucinante que vuelve a encontrarse en “Diario de la guerra del cerdo” (1969), sobre la guerra de los jóvenes contra los viejos, y en “Dormir al sol” (1973), centrada en el informe que Lucio Bordenave escribe en un sanatorio frenopático en el que ha sido confinado. Humor, ironía y parodia aparecen en los cuentos de “El lado de la sombra” (1962), “El gran Serafín” (1967) y “El héroe de las mujeres” (1978). Por otra parte, Breve diccionario del argentino exquisito (1971) es una observación sobre el lenguaje.

Obras posteriores de Bioy Casares son las novelas La aventura de un fotógrafo en La Plata (1985) y los cuentos de Historias desaforadas (1986) y Una muñeca rusa (1991). En la década de los noventa publicó la novela Un campeón desparejo (1993); los libros de recuerdos Memorias. Infancia, adolescencia y cómo se hace un escritor (1994) y De jardines ajenos (1997), y el volumen de cuentos Una magia modesta (1998).

Junto con Jorge Luis Borges y los escritores más asociados al «Boom» de los años 60 (Julio Cortázar, Ernesto Sábato), Adolfo Bioy Casares ha sido justamente apreciado como uno de los autores más relevantes de la literatura argentina del siglo XX. Su obra narrativa le valió diversos galardones, como el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) en 1975 y el Premio Cervantes en 1990. Se lo distinguió como Miembro de la Legión de Honor de Francia (1981) y Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires (1986). Fueron llevadas al cine El perjurio de la nieve (con el título de El crimen de Oribe), Diario de la guerra del cerdo (dirigida por Leopoldo Torre Nilsson) y El sueño de los héroes (con dirección de Sergio Renán).

La narrativa de Bioy Casares se caracteriza por un racionalismo calculado y por un anhelo de geometrizar sus composiciones literarias. El contrapunto a este afán ordenador viene dado por un constante uso de la paradoja y por un agudísimo sentido del humor. Para Bioy, el mundo está hecho de infinitos submundos, a la manera de las muñecas rusas, y la barrera entre verdad y apariencia es sumamente endeble, como se revela especialmente en las ya citadas obras “La invención de Morel” (1940), “Plan de evasión” (1945), “La trama celeste” (1948) o “El sueño de los héroes” (1954).

La aparición de “La invención de Morel” situó inmediatamente a Bioy Casares entre los primeros que en la Argentina abordaron con maestría el género fantástico; de hecho, esa novela actuó como referencia insoslayable para las siguientes generaciones de escritores, que se interesaron por conocer y profundizar en las estrategias del género. “La invención de Morel” es una historia de amor en la que los enamorados viven vidas incompatibles, que transcurren en ámbitos y tiempos enfrentados. Uno de ellos, el fugitivo, es un hombre real de carne y hueso; el otro, Faustine, es un fantasma, el repertorio de apariencias de una mujer grabadas por la máquina de Morel y proyectadas sin cesar. Años más tarde, en “La trama celeste”, Bioy insistirá en entablar curiosas relaciones entre realidades en principio incompatibles, dibujadas sobre un tejido de espacios y tiempos paralelos.

En general, en las novelas y los relatos de Bioy se cuestionan de modo obsesivo y recurrente los estatutos del orden espacial y temporal. Sus personajes se presentan atrapados por fantasmagóricas tramas, obligados a descifrar la compleja estructura de las percepciones, en las que las misteriosas combinaciones entre realidad y apariencia rigen sus existencias cotidianas. Además de un hábil y exquisito manejo del humor y la ironía, la prosa de Bioy Casares suele ser considerada como una de las más depuradas y elegantes que ha dado la literatura latinoamericana.

Recomendamos para iniciar con su lectura “La invención de morel”. Novela de ciencia ficción que nos adelanta lo que hoy en día serían los hologramas, junto con una trama magnífica, abarcando temas como la inmortalidad, el amor, etc.

 

Fantástica y misteriosa Silvina Ocampo. Dominante en la literatura del siglo XX.

Silvina Ocampo.


Silvina Ocampo (Buenos Aires, 1906 - 1993). Autora deslumbrante por la calidad literaria de sus cuentos, ha pasado a la historia de la literatura argentina del siglo XX por la crueldad desconcertante que supo imprimir en algunos protagonistas de estos relatos.

Nacida en el seno de una familia hondamente arraigada en los círculos culturales argentinos, su primera vocación artística la orientó hacia el cultivo de las artes plásticas; pero, tras recibir lecciones de pintura de Giorgio de Chirico, abandonó los pinceles y se adentró en el mundo de las letras.

Su irrupción en el panorama literario argentino vino de la mano de un libro de cuentos, Viaje olvidado (1937), que al cabo de los años acabaría siendo objeto del desprecio de la propia escritora. Tras este mediocre estreno en la narrativa, volvió a las librerías con su primer libro de versos, titulado “Enumeración de la patria” (1942), en el que se sumaba a la tendencia de recuperar los modelos clásicos de la antigua poesía castellana. Idéntico esfuerzo realizó en su siguiente poemario, Espacios métricos (1945), al que siguieron, dentro del campo de la lírica, otras publicaciones como las tituladas “Poemas de amor desesperado” (1949), “Los nombres” (1953) y “Pequeña antología” (1954).

Tras un largo período de silencio poético en el que el cultivo de la prosa ocupó sus quehaceres literarios, en 1962 volvió a dar a la imprenta otro poemario, “Lo amargo por lo dulce”, que enseguida quedó considerado como uno de sus mejores logros en el género de la lírica. Finalmente, en 1972 publicó su última entrega poética, titulada “Amarillo celeste”.

Pero las mayores cotas literarias las alcanzó con sus incursiones en el género de la narrativa de ficción, al que contribuyó también con valiosas aproximaciones en forma de ensayos y antologías. Dentro de una de las tendencias congregadas en torno a la revista Sur, y constituida por autores de la talla de Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Manuel Peyrou y Enrique Anderson Imbert. Silvina Ocampo apostó por la elevación de la literatura fantástica y policíaca a la categoría de géneros de primer orden.

En compañía de su esposo y del mencionado Borges, preparó una Antología de la literatura fantástica (1940) que se convirtió en una de las piezas emblemáticas de la mencionada corriente. Además, aquel mismo año los tres autores presentaron una Antología poética argentina. Posteriormente, volvió a colaborar con Bioy Casares, pero ahora en una obra de creación, la novela policíaca titulada “Los que aman, odian” (1946).

A partir de entonces se enfrascó en la escritura de numerosos relatos, que fueron viendo la luz en sucesivas recopilaciones: en 1948 apareció el volumen titulado “Autobiografía de Irene”, al que siguieron los relatos de “La furia y otros cuentos” (1959), “Las invitadas” (1961), “El pecado mortal y otros cuentos” (1966), “Informe del cielo y del infierno” (1969), “Los días de la noche” (1970), “Y así sucesivamente” (1987), y “Cornelia frente al espejo” (1988). Los cuentos de todos estas recopilaciones están poblados de seres fantásticos que aparecen enfocados desde la ironía y el humor negro de que hace gala su autora, o bien deformados por la extraña percepción de unos narradores incompetentes, incapaces de establecer cualquier pauta ética que les permita separar el bien del mal.

Por medio de este recurso en la composición estructural de sus relatos, Silvina Ocampo consigue dejar plasmada una corrosiva crítica de las convenciones sociales de su tiempo, ya que su exagerado distanciamiento de cualquier pauta social establecida y de la realidad circundante pone un contrapunto de desasosiego -y a veces, de explícita crueldad- que amenaza con destruir el lenguaje y las estructuras tradicionales. Además de las obras ya mencionadas, Silvina Ocampo colaboró con el dramaturgo Juan Rodolfo Wilcock en la redacción del drama titulado “Los traidores” (1956).

Recomendamos para iniciar con su lectura de sus cuentos “Cielo de claraboyas”. Un universo caótico y diferente del espacio infantil como suele ser, con bastante crueldad de por medio.

 

¡Muchas gracias por leer el artículo, esperamos que les haya gustado!

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