Mons. Marcelo Julián Margni, un pastor con olor a oveja

¡La Diócesis de Avellaneda-Lanús tiene un nuevo Obispo! Tras la renuncia de nuestro Obispo emérito Mons. Rubén Oscar Frassia, el Papa Francisco ha nombrado un nuevo pastor para la iglesia que peregrina en Avellaneda-Lanús.

Mons. Marcelo Julián Margni, un pastor con olor a oveja

Por Morena Martínez Godoy y Santiago Corrado.

La Diócesis de Avellaneda-Lanús, recibe con gran alegría a su nuevo Obispo Diocesano, quien por mandato del Papa Francisco ocupa hoy la sede episcopal que se mantuvo vacante desde que nuestro Obispo emérito Mons. Rubén Oscar Frassia presentó su renuncia en virtud de sus 75 años.

Antes de hablar propiamente del momento en que asumió como Obispo, vamos a conocerlo un poco a profundidad:

Marcelo Julián Margni, conocido como el “Padre Maxi”, nació el 12 de setiembre de 1971, en Avellaneda, Provincia de Buenos Aires. Desde sus primeros años vivió en la ciudad de Berazategui, donde cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 9 y sus estudios  secundarios en el Instituto Diocesano “Manuel Belgrano”, de la misma ciudad.

Su comunidad de origen es la Parroquia Sagrada Familia de Berazategui. Ingresó al Seminario Mayor María Reina de los Apóstoles en 1992. Cursó sus estudios filosóficos y pedagógicos en el Instituto del Profesorado Espíritu Santo, en 1996, en Quilmes, obteniendo el título de Profesor en Filosofía y Ciencias de la Educación con orientación en Pastoral Juvenil y concluyó sus estudios en Teología en el Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos de Quilmes Santo Toribio de Mogrovejo en 1998. Incardinado en la Diócesis de Quilmes, fue ordenado Sacerdote por el siervo de Dios Mons. Jorge Novak SVD, el 24 de setiembre de 1999. En el 2005, obtuvo la Licenciatura en Teología Pastoral con especialización en Pastoral Juvenil y Catequética en la Pontificia Universidad Salesiana, en Roma.

También desempeñó distintos servicios pastorales en calidad de Vicario Parroquial de Sagrada Familia de Berazategui, San Cayetano de Bernal Oeste, San Martín de Porres de Florencio Varela, Exaltación de la Santa Cruz de Quilmes e Iglesia Catedral de Quilmes. También fue Administrador Parroquial de Virgen de Caacupé de Berazategui, Párroco de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa de Bernal Oeste  y actualmente Director Pastoral de Nuestra Señora de Itatí, en el barrio de Villa Mitre de Berazategui.

Entre los encargos diocesanos, fue Director del Instituto de Catequesis San Pablo Apóstol y Presidente de la Junta Diocesana de Catequesis, desde el 2005 hasta el 2012; Vicario episcopal de Evangelización en el 2012; Rector del Centro de Estudios Filosóficos y Teológicos de Quilmes Santo Toribio de Mogrovejo desde el 2013 hasta el 2017; Profesor del Instituto Espíritu Santo desde el 1998 y Rector del Seminario Mayor María Reina de los Apóstoles desde el 2013, ambos cargos hasta la fecha.

Además, fue miembro del Consejo presbiteral y del Colegio de Consultores de la Diócesis de Quilmes y miembro de la Comisión de Memoria al Padre Obispo Jorge Novak y miembro de la Junta Regional de Educación Católica de Quilmes.

El 5 de diciembre de 2017 el Papa Francisco lo designó como Obispo Auxiliar de Quilmes. Es así que el 16 de marzo de 2018, en memoria de San José Gabriel Brochero, es consagrado Obispo por Mons. Carlos J. Tissera, Obispo de Quilmes, junto con los co-consagrantes, Mons. Marcelo D. Colombo, Obispo de la Rioja, y Mons. Luis T. Stöckler, Obispo emérito de Quilmes.

Y por último, el 7 de agosto del corriente año, el Papa Francisco lo designó Obispo de la Diócesis de Avellaneda-Lanús. El Padre Obispo Margni tomó posesión como Obispo de la Diócesis de Avellaneda-Lanús el 24 de septiembre, en una ceremonia realizada en la Iglesia Catedral de Avellaneda-Lanús, frente a una incontable cantidad de personas que se acercaron para darle la bienvenida. En su homilía, el prelado afirmó:

“Aquí estoy. Vengo a estar entre ustedes, a caminar con ustedes, en medio de esta Iglesia diocesana en la que el Señor Jesús, hoy como ayer, sigue anunciando su Buena Noticia y a la que compromete, con la fuerza y la dulzura de su Espíritu, a unirse en su misma misión. Aquí estoy. Quisiera que estas palabras bíblicas sean la expresión sincera de mi disponibilidad a las llamadas de Dios y al ministerio que me confía. Vengo con los pies descalzos para conocer y enamorarme de las comunidades de Lanús y Avellaneda; para hacer aquí mi casa. Soy consciente de que no podría ser pastor para esta comunidad diocesana, si no tengo aquí mi corazón. Quiero hundir raíces entre ustedes; quiero en verdad que estas sean las calles que camino, la comunidad en la que viva concretamente el amor del Evangelio. Entonces, aquí estoy. Mi disponibilidad ante Dios y ante ustedes es también una respuesta de comunión sentida y franca con el Papa Francisco que me ha convocado. En la comunión del Colegio episcopal, quiero hacerme eco de su ministerio y su enseñanza en esta porción del pueblo de Dios”.

De esta manera se continúa con la sucesión apostólica, demostrando que la Iglesia es un cuerpo vivo y que Avellaneda-Lanús forma parte de ese cuerpo que, teniendo a Cristo por cabeza, permanece vivo a lo largo de la historia. Dios, en virtud de su amor hacia su pueblo, sigue enviando pastores que responden con docilidad y que como María abrazan la llamada de Dios en su vida. 

“Yo soy la servidora del Señor, hágase en mi según tu Palabra” (Lc. 1, 38).