Entrevista a Laura Lapenta

Laura nos cuenta qué se siente ser psicopedagoga y su experiencia ejerciendo.

                                                                                        Entrevista a Laura Lapenta 

                                                                                      ¿Ella? Resuelve Problemas

                                                             Por Iturri Maite, Gonzales Llorca Morena y Louzan Antia

En esta oportunidad entrevistamos a Laura Lapenta, licenciada en psicopedagogía y también profesora. Actualmente trabaja en el Equipo de Orientación del Instituto Nuestra señora de Loreto, en el cual cursó dicha profesión y donde por las noches también ejerce en el terciario. Además trabaja en la escuela de Bellas Artes de la localidad de Quilmes, específicamente en el área de música, donde su orientación es la instrumental. Laura nos va a hablar un poco sobre su carrera, su trayectoria, y sus motivaciones.

E: Entrevistador.

L: Laura Lapenta.

 

 

E⎯¿Cómo te diste cuenta que querías ser psicopedagoga?

 

L⎯No fue de golpe que elegí esta carrera sino que yo ya venía vinculándome con la posibilidad de ser profesora; y después quería hacer algo más que no sea ligado a la enseñanza. Entonces me parecía que la psicopedagogía resolvía esto de estar en la escuela y al mismo tiempo no me dejaba solo sujeta a la tarea de señorita o profesora. Entonces empecé a averiguar; tenía una amiga cuya hermana estaba estudiando esta carrera y lo que me contó me pareció que tenía mucho que ver con lo que yo quería; y luego empecé a estudiar.

 

E⎯¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?

 

L⎯La realidad es que nunca me arrepentí de haber estudiado psicopedagogía. Con el tiempo me fui ampliando, estudié psicopedagogía como carrera de base y después hice la licenciatura y la carrera de docente vinculada a las materias de psicopedagogía. Está carrera te permite trabajar clínicamente, es decir, en un consultorio, que ahí es donde se empareja con la psicología, viene un paciente y trabajás individualmente con él; también hay otros sectores en los que personalmente no me involucré, pero en los que también uno se puede desempeñar, como en empresas, por ejemplo, y finalmente, tenés la posibilidad de trabajar en la escuela, que es el espacio donde yo más me encuentro. Personalmente lo que me interesó, es esta idea original relacionada a la docencia, por eso hice el profesorado a nivel superior, para poder dar clase con las materias que tienen que ver con mi formación. Actualmente, además de trabajar en el equipo de orientación, soy profesora, doy clases en la carrera del terciario, y también en Bellas Artes, en Quilmes, que es un instituto también de formación superior que instruye profesores en las materias artísticas. Por un lado aprenden música y se hacen expertos en ese tema, y por otro lado aprenden las materias pedagógicas. Finalmente, así como yo me formé, también puedo ayudar a formar a otros. Así que lo que más me gusta son estas dos opciones de estar dentro de la escuela, en el Equipo de Orientación; y la otra posibilidad de la docencia, me gusta la idea de estar siempre viendo cómo alguien puede aprender mejor. Está buenísimo.

 

E⎯¿Qué quisieras modificar de tu trabajo?

 

L⎯A esta altura de la vida uno entiende que todos los trabajos tienen cosas que te son más fáciles y más difíciles. No siempre el trabajo tiene su correlato en el sueldo ya que el sueldo de profesor no es uno de los más altos. Estoy cómoda con mi trabajo, personalmente lo hablo con amigos y familiares y realmente es algo que me apasiona hacer y que me gusta.

 

E⎯¿Cómo te afecta saber que ayudás a muchas personas?

 

L⎯Me gusta porque siempre aprendés. Una vez que salís al ruedo, la vida del otro, o una consulta o entrevista, te invade completamente. Te preocupa más allá de lo que te recomiendan que te preocupe; creo que ustedes lo deben saber, uno tiene que encontrar un equilibrio entre estar cerca de la persona para poder ayudarla y, al mismo tiempo, regular la distancia para poder intervenir. Por ejemplo, si vos venís angustiada a contarme algo y me pongo a llorar con vos, probablemente poco pueda hacer; pero, por otra parte, si no me conmueve algo de lo que te pasa, también es probable que pueda hacer pocas cosas. Hay situaciones que se aprenden del oficio, y con el propio proceso que hace uno terapéuticamente. Cuando estoy trabajando con personas, dos cosas son importantes: una es que uno esté formado académicamente, que sepas y que tengas “categorías” mentales para poder escuchar al otro. Yo pienso que alguien cuando aprende es con la inteligencia y las emociones, que la biología hace su parte y la escuela hace la suya. Tengo una mirada más amplia y voy a aprender mejor, pero además de saber el otro requisito de cuando trabajás con gente es que hay que tener disponibilidad psíquica; ósea, tener tu aparato psíquico en condiciones, porque si no es muy fácil meter la pata y hacer lío, y eso uno lo aprende con el recorrido y la experiencia. Por lo que es muy importante tener nuestro propio proceso terapéutico y tener los patos acomodados jajaja.

Laura en su lugar de trabajo, en el Instituto Nuestra Señora de Loreto.


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