Antología Literaria

Poesía, relatos cortos y más… ¿Estás preparado para sumergirte en esta antología? 

Antología Literaria

Por Marianella Tobio y Federico Boggiero.

 

Desde la Sección Literaria los invitamos a leer algunos de los escritos de varios de los estudiantes de la institución, en esta primera edición de la Antología Literaria del Centro Educativo Loreto. Esperamos que, como nosotros en la sección, puedan disfrutar de estos bellos escritos, ¡buena lectura!

 

La mansión y sus secretos

 

En una mansión ubicada en España en el año 1990 había una familia con una economía alta y con muchos lujos, esa era la familia Ramo, una familia compuesta de cinco personas; esas eran el papá Julio, la mamá Sofía y sus tres hijos: Julieta, Martina y Tomas. Ellos eran una familia muy unida y casi sin peleas, siempre que salían juntos se cuidaban unos a otros.

Un día se fueron de viaje a París, ya tenían todo preparado para el día siguiente levantarse, desayunar e irse rumbo al aeropuerto. En el aeropuerto ya estaban esperando a la familia con su avión privado. Cuando ya empezó a despegar el piloto no se sentía del todo bien, tenía un poco de dolor de cabeza y de estómago, aunque estaba en esas condiciones no le quiso decir a nadie porque sabía que si cancelaba el viaje lo iban a suspender por un mes, porque a Julio no le gustaban los retrasos y menos que no se hagan las cosas como él dice. En el medio del viaje los chicos se quedaron dormidos, en ese caso Julio y Sofía también aprovecharon y se durmieron, el piloto se empezó a quedar dormido y el avión fue perdiendo la estabilidad y empezó a descender tan rápido que cuando cayó, explotó y lamentablemente murieron todos. Esta noticia salió por todos los medios comunicativos: televisión, internet, redes sociales y diarios. La casa quedó deshabitada por varios años, hasta que en el 2010 un grupo de jóvenes llamados Bautista, Julia, Sara y Carlos decidieron entrar para jugar y grabar videos. A Julia no le gustaba mucho la idea pero para no quedar como la miedosa del grupo no dijo nada. Carlos y Bautista sabían que Julia tenía miedo por eso tenían un plan para hacerle una broma, cuando entraron sintieron una vibra negativa pero a ninguno le importó empezaron a revisar las habitaciones primero la de Julio y Sofía y después la de Martina, Tomas y Julieta. En la pieza de Julio y Sofía encontraron una llavecita en el cajón de Sofía y afuera de la casa había un laberinto de arbustos que si sabias llegar hasta el final había una puerta que nunca nadie pudo entrar excepto Sofía porque lo que había adentro de ese cuarto era terrorífico, adentro de ese cuarto había un cuerpo ese cuerpo era de la mamá de Sofía muerta. Todos cuando vieron eso se preguntaron para que Sofía quería tener a su mamá muerta en un cuarto y la verdad era que no eran de trabajar mucho pero la mamá de Sofía era billonaria por eso vendía sus joyas a grandes valores. A los chicos no les llamó mucho la atención entonces decidieron entrar para seguir buscando cosas. Mientras que los chicos buscaban cosas, las chicas empezaron a grabar un video en un pasillo bailando, cuando terminaron de bailar se fijaron en el video a ver si salieron bien y con lo que vieron se quedaron paralizadas… Lo que vieron era que cuando ellas bailaban una señora anciana estaba atrás saludando con cara de mala. Rápidamente, cuando terminaron de ver el video, se dieron vuelta para ver si la tenían detrás de ellas, como no vieron nada decidieron buscar a ver si la veían pero primero les fueron a decir a los chicos, se empezaron a reír a carcajadas. Las chicas les dijeron que las acompañaran a buscar pero todos juntos iban a tardar más, por eso se separaron en dos duplas. En una iban Bautista y Julia, y en otra dupla Sara y Carlos. Empezaron a buscar por todos lados hasta que Sara y Carlos encontraron un taller donde los niños supuestamente “jugaban” pero Sara encontró una marca en la pared que decía ayuda y contaban todo el maltrato que le hacían cuando vieron eso salieron corriendo a decirle a los demás pero cuando llegaron ya no estaban. ¿Qué les habrá pasado? ¿Se los habrá llevado la señora anciana? ¿Se habrán perdido y no encontrarán la salida?

 

Moraleja: nunca veas las cosas como alguien te las dice.

 

– Jazmín Cardona Vidal de 1ºC

 

Una princesa diferente

 

Hace muchos años, existía un pueblito, reinado por el respetado rey y la no tan respetada reina. Y seguro se preguntarán: “¿por qué no tan respetada?” Ahora les cuento. El rey y la reina tenían una hija encantadora de dieciséis años, llamada Olivia. Olivia y su madre, así como todas las mujeres del pueblo, no eran respetadas, ya que solo los hombres tenían el derecho de cazar y otras cosas que requieren de mucha fuerza, de la cual, según ellos, carecían las mujeres, por lo tanto los hombres al ser los únicos que podrían traer comida, leña y otras cosas necesarias para vivir, al hogar, debían ser servidos por sus mujeres e hijas, de igual forma con los pequeños. Obvio Olivia estaba completamente en desacuerdo con estas actitudes.

Una tarde cuando terminó de asear las habitaciones decidió ir al bosque a juntar flores para decorar su habitación, llegó y comenzó a recoger flores con su peculiar canastita amarilla, de pronto chocó con un joven aldeano y cayeron las flores dispersas por todo el pasto, el joven ayudó a Olivia a juntarlas, lo cual le pareció raro ya que generalmente los hombres no lo solían hacer, el joven se presentó como Gustavo, caminaron por el bosque y charlaron mucho hasta que estaba oscureciendo y Gustavo se ofreció a acompañarla a casa. Cuando llegaron se despidieron con un beso en la mejilla  y la princesa entró al gran castillo, dónde su padre furioso la esperaba, ya que había visto todo por las grandes terrazas del reino, el rey le advirtió que no tuviera nada con ese aldeano ya que era de las familias más precarias de la aldea. 

Desde ese entonces Gustavo y Olivia se encontraban a escondidas en el bosque.. hasta que una de esas veces Jordan, quien controlaba cada movimiento de el castillo para informarle al rey, los vio desde uno de los ventanales y decidió seguirlos, en un momento, Olivia y Gustavo comenzaron a caminar de la mano, Jordan volvió rápido al castillo a contarle al rey lo sucedido, cuando la princesa llegó, el rey, colmado de furia, le comentó que la obligaría a casarse con Antonio, hijo de una de las mejores familias económicamente posicionadas y que usaría vestido, zapatos y corona, lo cual Olivia odiaba, prefería algo más cómodo e informal.

La princesa no iba a dejar que la separaran de Gustavo, ya que era a quien más amaba. Ahí fue cuando ideó un plan con ayuda de todas y cada una de las mujeres del pueblo. Al llegar el día de la boda, ya tenían todo preparado, las mujeres que se especializan en el aseo pusieron fragancias de vainilla en la sala donde se realizaría la boda, ya que el rey tenía una gran alergia hacia ellas, las cuales provocan grandes mareos. Y las mujeres que se especializan en cocinar hicieron el plato preferido del rey pero, con un polvo venenoso que lo llevaría a la muerte, y finalmente así pasó, todo salió como lo planeado y la reina quedó a cargo del pueblo.  

Y así comenzó un gran cambio para el pueblo, gracias a las charlas para los aldeanos que dirigía la princesa, sus habitantes comenzaron a respetarse entre todos sin importar ni el género, ni la fuerza que cada uno contenga. Gustavo y Olivia, poco después se casaron y juntos siguieron acompañando al pueblo en este gran cambio. Poco a poco el pueblo se colmó de alegría, respeto y empatía, gracias a Olivia... una princesa diferente.

 

– Ciara Piñeiro de 1ºC 

 

Dos mil veinte y en pandemia

 

Dos mil veinte y en pandemia

algunos salen de fiesta

algunos toman conciencia

porque esta realidad

es muy siniestra.

 

Llegó el verano y se relajaron

algunos vacaciones tomaron

otros se vacunaron

parece incluso

que del Covid se olvidaron.

 

Volvieron las clases

burbujas separaron

todos se emocionaron

pero al poco tiempo

aislados quedaron.

 

Barbijo y aislamiento

alcohol en gel y distanciamiento

si entre todos nos cuidamos

al Covid lo superamos.

 

– Santiago Alvarez Juliani  de 2° A

 

Cartas

 

La mañana para Michael había sido un poco complicada, pero después de dejar a sus problemáticos hermanos, pudo volver la paz a su ser, llegando más tranquilo al colegio.

–¿Así que había que hacer tarea?

–Sí–Afirmó Mike.

–Ufff.

El chico pelimarrón abrió su casillero como de costumbre, pero al hacerlo, un sobre sellado con un corazón había caído de este.

–¿Ah? ¿Qué es eso?–Preguntó su amigo.

–Una carta–Habló mientras sacaba lo que contenía el sobre.

–A ver, lee–Le ordenó.

–“Tus ojos celeste al brillar son como dos perlas preciosas.”–Leyó en voz alta.

–Uhhh–Se burló Jeremy.

–No creo que sea algo para burlarse, al contrario me parece un gesto lindo de la persona que lo escribió–Habló feliz.

Jeremy achicó los ojos en modo de confusión por las palabras salidas de la boca de Mike.

–¿Estás bien? ¿Tienes fiebre?–Preguntó fingiendo preocupación.

–¡Oye!

–Está bien, ya paro–Afirmó.

–Eso espero.

 

“Me gusta tu cabello, ¡tan radiante delante el sol!”

ATTE: Admiradora Secreta.

 

“Me gusta tu voz, me tranquiliza y me asegura que todo estará bien.”

ATTE: Admiradora Secreta.

 

“Me gusta tu risa, es contagiosa y lo mejor es reír junto una persona especial para ti.”

ATTE: Admiradora Secreta.

 

“Me gusta tu valentía, es una de las cosas que te envidio, realmente yo no soy tan valiente.”

ATTE: Admiradora Secreta.

 

“Me gusta tu sonrisa, es tan brillante y llena de vida.”

ATTE: Admiradora Secreta.

 

Estas eran las frases recibidas mediante cartas por una admiradora secreta para Mike, que sin darse cuenta le había empezado a tener cierto cariño a estas, dándole así su propio espacio en una carpeta especial.

Aunque había algo que se preguntaba seguido: “¿Quién era la persona escribiendo detrás?”

Bueno, ¡¡¡entonces ese sería su nuevo objetivo desde ahora!!!

Encontrar a su Admiradora Secreta. Sería difícil, pero lo lograría.

 

“Me gusta todo de ti, tanto físicamente como sentimentalmente”

ATTE: Admiradora Secreta.

 

Esta carta le había llegado al corazón a Michael, aunque sean unas pocas palabras había captado más su curiosidad por ella, necesitaba conocerla lo antes posible.

El día había terminado para comenzar otro, siendo que tuvo que correr desesperado por desvelarse la noche por falta de sueño y terminar quedándose dormido y si no llegaba recibiría un castigo por parte de su madre Clara.

Entre corrida Michael exhausto llegó al colegio encontrándose con su amigo Jeremy quien lo ayudó a tomar aliento para seguir.

Emocionado abrió su casillero para encontrar el mensaje de hoy que tanto le llenaba el corazón.

 

“Buenos días Mike, espero y tengas lindo día.”

ATTE: Admiradora Secreta

 

Sin darse cuenta una hermosa sonrisa se formó en su rostro, quien lo logró ver a la distancia por la pelinegra que admiraba desde lo lejos la reacción de su amor platónico, o eso cree.

Las semanas pasaban rápido donde Mike seguía encontrándose estas hermosas hojas con unas palabras que le llenaban el corazón de pura alegría, aunque la ubicación de las cartas habían cambiado por su banco, que al pensar bien dos veces tendría más ventaja de encontrar a la chica que le dedicaba tan bonitas palabras, sin duda esta vez no fracasaría.

–Hooo–Mostró sorpresa el chico por las palabras de la pelinegra, que al terminar de leer la carta giró su cabeza para guardarla en su lugar especial, al terminar se levantó para salir de su salón y al hacerlo se encontró con una chica de cabellera negra que corría rápido hacia delante.

El sonido de las manecillas del reloj girando se escuchaba por todo el aula, realmente ese sonido ponía nerviosos a todos los presentes en la habitación, incluyendo a Michael el cual se encontraba impaciente mirando a una de las muchachas de su clase.

Y si era la chica que había visto en el pasillo corriendo, su cabello era igual, el chico de orbes azules estaba seguro que era ella, pero este paró de mirar a la chica cuando el sonido del timbre indicaba que la hora de escuela había terminado.

El castaño no dudó dos veces en guardar las cosas en su mochila y salir corriendo detrás de la pelinegra. Este ya con sus cosas guardadas colgó su mochila en su hombro y salió detrás de la chica.

El ojiazul agarró la muñeca de la chica haciendo que ésta girase su cabeza para ver quién era, sus ojos color azul conectaron con los de Michael haciendo que esta se sonrojara.

–Hola–Habló el castaño. 

Ésta se sonrojó a más no poder y por la vergüenza salió corriendo con Michael siguiéndola, pero a los segundos se mezcló con los demás estudiantes dejando a Michel deseando ver una vez más su cara...

 

– Anónima 

 

El Último Bostezo

 

Un día en la oficina.

Era el 5 de febrero de 1961, el invierno frío seguía vigente, la nieve cubría todos

los techos de Inglaterra, yo la detective Scarlet Beckham tomaba mi café, tranquila

ya que ningún caso había sido investigado desde hace un largo tiempo. A las 5 de la

tarde, el secretario había abandonado la oficina y salí al jardín para respirar aire

fresco, mientras pensaba la razón por la que el crimen había bajado desde hace

mucho tiempo, podría ser debido al movimiento hippie o tal vez no recibía casos por

la subestimación como detective.

Cuando entré a la oficina, el teléfono sonó, atendí, una señora con voz ronca,

deprimida y en un toco bajo, hablaba apenas murmurando al teléfono.

-Buenos días- dije

-Hola, tengo un caso, es algo extraño, venga a mi casa- esta señora parecía haber

dejado de hablar aunque la voz parecía seguir hablando pero era imposible

entender -es un castillo alto y oscuro,

La casa Brown

Sin muchas instrucciones y un poco a ciegas, camine hacia el único castillo en

Manchester, allí vivía la familia Brown, una familia rica gracias a la explotación de

tierras y personas. Sus integrantes solían tener mal temperamento y no respetaban

a nadie, solían sentirse superiores.

Al llegar al castillo, una mucama abrió la puerta, al adentrarse en la estructura, la

oscuridad penetraba la sala, solo podía simplemente los ojos azules de los

familiares. La señora fue la primera en romper el hielo -Lamento llamarla a estas

horas, pero hubo una tragedia- la señora suspiró, como si estuviera agotada de

hablar y luego retomó- ayer en la noche, mi esposo, el señor Brown, murió en un

accidente en una camioneta- respiró de nuevo- pero el oficial de policía ha dicho

que le parecía sospechoso y nos recomendó un detective especializado- al terminar

su relato, casi que se desploma ,un suspiro salió de su boca, con un humo de

cigarrillo incluido. Luego vi a toda la familia y empecé a preguntar.

–¿A qué hora fue la muerte?

–Cerca de la medianoche

–¿Cuál era la camioneta?

–De las más viejas que tenemos, normalmente usamos esas para pasar desapercibidos por las calles de los suburbios.

–¿Quiénes viven en la misma casa que la víctima?–Pregunté

–No muchos, solo yo, mi hijo y las mucamas. También visitaba el club nocturno cada semana, apostando algo de dinero.

No necesito más datos, simplemente me dirigí hacia la cocina principal, donde una cocinera de alrededor de los 50, me atendió cordialmente. Me ofreció un vaso de agua y una torta, luego dije cordialmente ya que estaba muy satisfecha por la atención tan detallada que dió.

–¿Y cómo era el señor Brown?

–Era alguien amable, pero con las personas adineradas, con nosotros era una persona desagradable, nos gritaba y a veces pegaba–Respondió con un miedo entre las cuerdas vocales.

–¿Y con la señora Brown y su hijo?

–No había tanta diferencia, ella siempre trata de ocultarlo pero la verdad que era peor que con nosotros. Siempre se desquitaba con su hijo tras perder dinero en el club de medianoche.

–¿Y dónde está el club?

–En las afueras de Manchester, a una hora de aquí.

Me despedí de la cocinera, alquilé un auto y empecé a conducir hacia el club, las calles estaban nevadas y era difícil conducir. Cuando salí de Manchester, vi un cartel luminoso debajo del puente, las letras eran rojas con toques amarrilos y decía "Golden Club".

 

– Autor: Juan Ignacio Roca de 2ºA 

– Co-autores: Juan Cruz Viglienghi e Ignacio Vargas de 2ºA

– Artista: Lucía Escobar de 2ºA

 

¿Te gustaría seguir leyendo “El Último Bostezo”? ¡Pasá por 2ºA y decile a los chicos! 

Bucle azul de semicorcheas

 

Yo buscaba de todo para entenderme, buscaba dibujos, poesías, personas.

Me inspiré en los artistas que vi mientras crecía. Intenté pintar como en la época azul de Picasso, intenté componer las canciones de arrepentimiento de Chopin. Le lloré horas a los poemas de Pizarnik.

Intenté convencerme de que cada cosa que encontraba era la correcta.

Intenté, en serio.

Me distraía.

Me gustaba imaginarme cantando las canciones que aparecen en las películas de secundaria.

Y siempre cantaba con alguien, no sabía con quién.

Pero me salvaba.

Porque hay personas que siempre te salvan, aunque no quieran.

Te salvan, te tienen agarrado, te sueltan.

Hacen que te pierdas.

Te salvan hasta que no pueden más, capaz porque se dieron cuenta de que vos no podías salvar a nadie, de que siempre tenían que estar sosteniéndote, agarrándote.

Capaz porque te estaban salvando, pero te soltaste vos solo.

Porque no querías que te salven.

Querías todo menos eso.

Y vos sabes, que no importa cuán fuerte alguien te sostenga, vos vas a terminar soltándote, y vas a seguir buscando componer como Chopin, o pintar como Picasso.

Y te preguntas, ¿por qué?

Y seguís intentando convencerte de que cada cosa que encontrás es la correcta.

Pero siempre te queda la duda, ¿cuándo voy a poder salvar a alguien?¿cuándo voy a dejar que me salven?

Y te confunde, y crees que son lo mismo.

Te sueltan, o te soltás, no sabes.

Tampoco te sorprende mucho, intentás pintar en tonos azules tu dolor de garganta. Esperás que las semicorcheas igualen al sin fin de emociones que te invaden.

Alargas los poemas porque es lo único que podés controlar.

Volcás las palabras con lentitud para que dure más.

Y es que algo tan efímero puede ser tan lento.

Pero ni siquiera la lentitud te salva, ni el azul, ni las metáforas.

Y creés que después de todo ibas a encontrar eso que necesitabas para salvarte, pero no. Lo vivís persiguiendo con desesperación, pero no sabés qué estás buscando.

Y te volvés a perder en un bucle azul de semicorcheas.

 

– Casandra Cernjul de 5ºC 

 

Arcano

 

Pero era tan lindo el serpentear en la orilla de la cálida ilusión, que vagamente sabía que nunca iba a llegar a ser algo concreto.

No le he confesado, más de una o dos veces, a mi silencio, que siento arraigada la pasión del extravío del alma. 

No hablando de la muerte, sino más bien del cambio perpetuo de la manera en que escucho, siento y veo.

Como no existe propiamente dicho, es en vano personificar estas actitudes si es que hablamos de lo que no es el ruido.

Entiende lo que digo, no oye pero es atento. Pide socorro a través de mi mirada, cada que una pequeña muestra de emoción se precipita.

No lo llame torpeza; él vendrá por usted.

 

– Anonima de 6ºA 

 

1925

 

¿Y cómo fue ese día que partió? ¿Adónde fue? 

El olvido se apoderó de mí como agua ardiente que penetra mis sentidos.

¿Dónde fue aquella flor, que una noche de silencio se desvaneció? 

¿Dónde fuiste, y dónde tu amor? Porque te fuiste y con vos se fue mi vida. 

Porque de lejos me dijiste adiós, prometiendo acercarte. 

¿Adónde se fue aquella flor? A embellecer el cielo.

 

– Agustín Fernández de 6ºA 

 

Amarte

 

Y el receso invernal cesó antes de lo esperado,

jamás llegó la nieve que tanto había anhelado –

y antes de que me diera cuenta,

estaba de pie frente a tu puerta.

 

Me prometí que no lo haría,

que si te veía, correría –

Pero es como si tu fragancia me apaciguara

y en tu mirada una vez más me enredara.

 

Y fallo una vez más.

Me fallo, te fallo, les fallo.

¿Acaso no puedo mantener mi promesa

de que me mantendría alejado?

 

Pestañas aleteando como mariposas,

como si en mi corazón te posaras –

y yo ya no puedo pensar,

ni dejar de pensarte –

 

Ojalá pudiera culparte

y decir que las cosas que haces

las haces para lastimarme –

 

Pero sé que no lo haces,

porque entonces yo

no me arriesgaría a amarte – 

 

– Kiara Peloso de 6ºA

 

En defensa de la nuestra cruenta cultura

 

Pervertida por matices, la antiquísima estructura

cernía su gris sobre lo nuestro, lo terrenal.

Ese día, te juro, conocí yo al único mortal

que vio a los ojos a La Buenaventura.

 

Su nombre y quién era, irrelevante recurso poético. Por cuanto nos concierne,

bien podría haber sido Almotásim o Nadie o todos. O quizá fue Homero.

Su encuentro lo transcribo, más no lo comparto como quien ofrece una hojita de romero.

Si usted desea comprender este mi relato, no le queda otro recurso que el recuerdo.

 

I- Quién soy

 

Así te revelo mi esencia, que no es sino la de todos:

yo fui,

miserable manera de decir que soy,

colibrí de azulejos

escapando de su jaula.

Y a su lado,

o a su lejos,

arcoiris de infinitos espejos.

 

II- Lacan y Borges o Borges y Lacan

 

¿Cómo se es sino en la nulidad

de la dualidad de místicos espejos?

Más aún: ¿Se es sin aquella deidad

que se materializa en carácter de dos reflejos?

 

Y si somos fragmentos (o fragmentados),

meramente constituidos por la falta,

¿Inútil es la cuestión de los espejos?

¿O es su aparente esterilidad nada más

que otro espejo de la posverdad?

 

Aún parece pertinente preguntar,

al menos en cuanto a espejos y dicotomías refiere,

¿Somos imagen esperando al otro que nos interpele

o nuestra esencia es al Verbo informar?

 

III- Sujeto barrado

 

Desviviéndose han vivido,

buscando al edén en la defunción.

Más en vano fue su pensamiento, sin sentido:

el paraíso está en las bases de su constitución.

Sufrir, de eso se trata la gloria.

Desdichado quien no halla en su vida sinsabores.

Desdichado yo, primer motor inmóvil.

 

Se constituyeron en falta y falta son,

se constituyeron en símbolo y símbolo son,

y en lógica simbólica se perpetúan.

IV- Todo es natural

 

Existen quienes gritan,

y gritan de felicidad, de placer, de agonía, de dolor, de marginalidad.

Existen quienes callan,

y callan de felicidad, de placer, de agonía, de dolor, de marginalidad.

 

De esto infiero

que no hay más ruidoso que aquel que calla

pues si se habla no hay silencio

pero si hay silencio se habla en injusta medida.

 

V- Me excuso

 

No canto mis cantos

buscando que se descubra ningún significado relevante

en el delinear de sus trágicos significantes.

 

Y si bien deseo abocarme tanto

al canto de cantos más trascendentes

arropados en memorias cavernosas del Superyó, o quizás del Ello,

eclipsa mi escritura la propia trascendencia de mis emociones

que ciegan mis manos.

 

Pero, ¿cómo puede uno llegar a escribir

sino ciego?

 

VI- Agonía

 

Ay, de mí: de todos en el paraíso, yo, el más desdichado.

Pues ustedes, mi obra, a quienes he criado,

a quienes busqué moldear en condiciones materiales y superestructura,

no son sino discurso, de lo mío ruptura.

 

VII- Condena

A merced de sus pares los dejo ahora,

más no acepto mi derrota.

Pues Yo,

imagen de las imágenes,

movimiento de los movimientos,

forma de las formas,

soy, sobre todo,

falo de los falos.

Y por eso delego mis tablas, mis leyes.

 

– Andrés Beck de 6ºC

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