Supersticiones: Creer en lo increíble

Este artículo trata sobre las supersticiones y sus orígenes. Si la gente cree en ellas, ¿por qué lo hace? ¿Trae consecuencias? Explicamos las supersticiones positivas y negativas y cómo estas pueden afectar en la vida de las personas, y vos, ¿crees en las supersticiones?

Supersticiones: Creer en lo increíble

Por Rosenfeld Lucia, Diaz Florencia y Ruggero Melina.

 

    Aunque no existe una definición concreta de superstición, en general significa una creencia ciega en fuerzas sobrenaturales (como el destino), el deseo de influir en factores impredecibles y la necesidad de resolver la incertidumbre. Las creencias y experiencias personales impulsan las supersticiones, lo que explica por qué son generalmente irracionales y a menudo desafían la sabiduría científica actual.

    Aunque se trata siempre de creencias sin ningún tipo de prueba científica, el concepto no siempre engloba todo lo que no es científico. Algunas definiciones del término excluyen, por ejemplo, a las creencias de la fe religiosa, las cuales no son científicamente probables, pero según esta delimitación del concepto, tampoco constituyen supersticiones. 

 

¿Qué consecuencias trae ser supersticioso? 

    El comportamiento supersticioso sirve para regular la tensión psicológica que sentimos al querer alcanzar un objetivo, creando un sentimiento de control y predictibilidad ante situaciones percibidas como caóticas y fuera de control.

    Dependiendo del alcance y del tipo de creencia, la influencia de una superstición puede generar desde un comportamiento más leve, hasta comportamientos más perturbadores (como evitar situaciones), generando alteraciones en las rutinas y costumbres de la persona. En este sentido, las supersticiones se pueden distinguir entre positivas y negativas, según sus efectos en los comportamientos de la persona.

 

Supersticiones positivas: 

    Las supersticiones positivas, como “tocar madera” o “cruzar los dedos”, alimentan conductas para tener mejor suerte. Generalmente son un reforzador externo de las acciones individuales y están dirigidas al logro de metas funcionales para la persona.

   Además, creer en la buena suerte puede asociarse a optimismo, esperanza y confianza, dimensiones personales estrictamente relacionadas con la autoeficacia. Como consecuencia, las supersticiones positivas permiten experimentar mayor confianza en las propias capacidades para manejar una situación, influyendo positiva y directamente en el desempeño de la persona. Estas supersticiones, puede permitir a la persona convertir este tipo de creencia irracional en algo beneficioso.

 

Supersticiones negativas: 

    Las supersticiones negativas, como “romper un espejo” o “cruzarse un gato negro”, suelen relacionarse con resultados negativos y menos controlables, por lo que pueden reforzar comportamientos de evitación de la mala suerte y de situaciones que son percibidas como amenazadoras por la persona.

   Ante este tipo de creencia irracional, la persona puede justificar que su comportamiento de evitación se debe a que «no quiere arriesgarse o tentar a la suerte» a pesar de que, enfrentarse a ella conlleva un beneficio concreto y directo, como ocurre en las supersticiones positivas.

 

 

Supersticiones y sus orígenes: 

  • El gato negro. 

    El gato negro es considerado un símbolo de mal agüero en Occidente desde siempre ya que se lo suele asociar con las brujas y la magia negra y, en muchas culturas, se cree que si un gato negro cruza tu camino, tendrás una tragedia. Los apostadores también le temen a la superstición de los gatos negros, ya que muchos creen que si se cruzan uno de camino al casino, deben ir a apostar a otro lado. Sin embargo, no todos creen que el gato negro es malo. En algunas culturas, entre ellas la japonesa, la británica y la irlandesa, se cree que los gatos negros traen buena suerte.

  

 

 

 

  • Tocar madera.  

    La superstición que más se utiliza actualmente y que tiene más fuerza a la hora de evitar la mala suerte es la de tocar manera. No son pocas las ocasiones que alguien nos cuenta algún hecho de mala suerte y que nosotros queremos protegernos de esa mala suerte buscando algún sitio donde poder tocar madera. Incluso si no tenemos algún mueble cerca donde tocar madera, a modo de comodín utilizamos la cabeza por el dicho que dice "tienes la cabeza más dura que la madera".  Su origen  procede de una explicación mitológica de la creencia de las propiedades y cualidades naturales del material del roble. El roble es un árbol que da una madera fuerte, robusta, gruesa y con diferentes tonalidades. Todas las cualidades positivas de la madera de roble hacen que alrededor de éste se tenga la creencia de que posee un gran poder de atracción de la buena suerte y que repele a la mala suerte.

 

  • Cruzar los dedos.

   Cruzar los dedos para la buena suerte (o, a escondidas, para evitar cumplir una promesa) es una costumbre muy conocida en todo el mundo, pero el origen de esta tradición no está confirmado. Por un lado, se cree que es una forma de hacer la santa cruz. Por otro lado, se cree que es un antiguo símbolo pagano o nórdico para la buena suerte creado por los arqueros durante la Guerra de los Cien Años, entre Inglaterra y Francia (los arqueros utilizaban los dos dedos para abrir el arco).

  • Romper un espejo.

    Es común creer que romper un espejo traerá siete años de mala suerte y se cree que esta superstición data de la idea de que los espejos toman parte del alma. Por eso, cuando se rompe un espejo, también se rompe parte de tu alma. Es por eso que, en varias culturas, se acostumbra cubrir los espejos en el lugar donde murió alguien, así su espíritu puede salir del lugar y no quedar atrapado en el espejo.

 

  • Pasar por debajo de una escalera.

     Pasar por debajo de una escalera es considerado de mala suerte. Si bien muchas teorías sostienen que esto tiene que ver con el triángulo que se forma y que representa a la Sagrada Trinidad, la explicación más plausible es la más sencilla y obvia: pasar por debajo de una escalera es muy peligroso, por lo que esto no es más que un consejo de seguridad disfrazado de superstición.

    En conclusión, vivimos en una era de culturas mixtas. De generación en generación nuestras familias nos han inculcado desde valores hasta supersticiones que, por muy insignificantes que sean, marcan una gran parte de nuestra personalidad.

    A través de este artículo presentamos los diferentes miedos y temores contenidos en las supersticiones y creencias.

    Mala suerte, buena suerte, mal agüero, buen agüero, mal de ojo, prosperidad, etc. son expresiones arraigadas en nuestro inconsciente que se relacionan a recuerdos, experiencias y deseos. Algunos aterradores que prefieren contrarrestarse eligiendo otros caminos. 

    Aunque muchas supersticiones son demostrablemente falsas, la gente se aferra a ellas, ya que alivian angustias ante situaciones que se encuentran fuera de su control.

    En resumen, hemos observado que existen supersticiones socialmente compartidas, creencias e ideas transmitidas de generación a generación y que en ningún momento han perdido su vigor, es más, se han radicalizado cada vez más. Así como algunas prácticas de protección como, dejar derramar la sal, recibir mal de ojo, tocar madera, hacer hechizos, poseer talismanes, etc. 

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