Nuestra Luz en medio de la oscuridad

La pandemia del COVID-19 ha hecho que múltiples actividades se restrinjan, entre ellas, la celebración de la Eucaristía. Como consecuencia, varias parroquias han optado por transmitir la celebración de la misa en diversos medios, entre los cuales YouTube y Facebook han sido los más comunes. Pero Dios sigue presente, sobre todo en los momentos de angustia y de tempestad.

Nuestra Luz en medio de la oscuridad

Por Morena Martínez.

 

Como es de conocimiento público, el sábado 22 de mayo del corriente año, por decisión del Presidente de la República Argentina, Alberto Fernández, se retomó la fase 1 del confinamiento social; quedando suspendidas las actividades sociales, económicas, recreativas, educativas, deportivas y religiosas. 

Ante esta situación, la parroquia Nuestra Señora de Loreto solo pudo transmitir la misa en vivo por medio de las plataformas de YouTube y Facebook para que sus feligreses no se queden afuera de dicha celebración diaria. 

En el período del 22 al 30 de mayo inclusive, tiempo que permanecimos confinados en fase 1, los sacerdotes han llevado adelante las misas en la capilla del Centro Educativo Loreto, en compañía del acólito Nicolás Pérez. A los pocos días, una mujer les dio la idea de exponer al Santísimo Sacramento todos los días; y así se hizo. Antes del rezo de la Coronilla de la Misericordia y el Santo Rosario, el sacerdote colocaba al Santísimo sobre el altar para adorarlo por una hora cada día. 

Este acto, el cual se sigue haciendo hasta el día de la fecha, es el que nos da fuerzas para seguir adelante, ya que en tiempos de grandes dificultades, como lo es este terrible asunto de la pandemia del virus SARS – CoV – 2, la gente suele alejarse de la Iglesia y su fe comienza a decaer. Quizás por temor o por sentimiento de desamparo, pero en una de las homilías el Padre dijo: “Cuando el miedo, el temor, golpea a tu puerta, sale la fe y se encuentra con nada. Porque la fe disipa todo. La fe destruye todo. La fe es muchísimo más fuerte que cualquier temor que la vida pueda presentarte”. 

La verdad es que no hay nada más cierto que esta sabia reflexión, nuestra fortaleza debe estar puesta en Jesús, porque como se expresa en el salmo 121: “Mi ayuda vendrá del Señor, creador del cielo y de la tierra. ¡Nunca permitirá que resbales! ¡Nunca se dormirá el que te cuida! No, él nunca duerme; nunca duerme el que cuida de Israel. El Señor es quien te cuida; el Señor es quien te protege, quien está junto a ti para ayudarte. El Señor te protege de todo peligro; él protege tu vida. El Señor te protege en todos tus caminos, ahora y siempre”. 

Así que, ¿de qué debemos temer si es Dios quien guía cada uno de nuestros pasos? Puede ser que hayan circunstancias que nos lleven a dudar de si es verdad o no, pero es necesario recordar que los planes de Él son perfectos. 

Otra reflexión que quiero compartir del Padre, dicha durante la Santa misa, es la siguiente: “En nuestra vida, ¿Cuáles son nuestros tesoros? ¿Qué cosas consideramos que en nuestra vida cotidiana son verdaderamente valiosas? Y de acuerdo a la respuesta que obtengamos a dichas preguntas, nos vamos a dar cuenta si nosotros queremos, o no, pertenecer a Dios. Como dice el evangelio: “Tu corazón va a estar en donde este tu tesoro”. ¡¿Y qué mejor tesoro que estar en la presencia de nuestro Señor, que lo dio todo por nosotros sin pedir nada a cambio?! No existe una mayor gracia que  poder ir a contemplarlo y dejar a sus pies todas nuestras preocupaciones, tristezas, cansancios físicos y mentales, angustias, alegrías, logros personales, metas, sueños, absolutamente todo; y confiar en que si lo dejamos actuar en nuestras vidas día a día, seremos realmente felices. Por este mismo motivo, los invito a participar de las adoraciones eucarísticas que se llevan a cabo diariamente, pero en particular a la de los días miércoles, las cuales comienzan luego de la Santa misa y se cantan alabanzas a su Santo nombre. Ahí, en la Eucaristía, está Jesús presente en medio nuestro, es el alimento del alma y sostén de la vida. El encuentro con Cristo debe ser el centro y corazón de cada uno de nosotros. Y termino con una frase de Santa Isabel de la Trinidad que dice: “Creo que nada refleja mejor el amor del Corazón de Dios que la Eucaristía. Es la unión, la comunión, es Él en nosotros y nosotros en Él. Y ¿no es esto el mismo Cielo en la Tierra? ¡Qué bello es contemplarte mi amado Jesús!”.

Adoración Eucarística en la Parroquia Nuestra Señora de Loreto.


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