¿Cómo nos hace sentir la música?

En este artículo hablamos y relatamos sobre cómo nuestras emociones se ven afectadas al momento de escuchar música.

¿Cómo nos hace sentir la música?

Por Jimena Ferreiro, Ailyn Corti y Azul Rosselli

 

La música nos pone tristes, nos alegra, nos hace recordar a una persona querida, nos hace ir a lugares a los que deseamos o, a veces, nos ayuda a enfrentar aquello de lo que queremos huir. 

Es decir, produce sensaciones, emociones, nos hace sentir. Pero… ¿Cómo? ¿Por qué una canción nos recuerda a determinada persona, si hace mucho que ya no pensamos en ella? ¿Por qué hay canciones que no podemos dejar de escuchar debido a que nos remueven por dentro?

En las melodías se utilizan muchos tipos de estímulos condicionados; por ejemplo, los acordes repetidos en bucle “recuerdan” a determinada cosa o persona. Este recuerdo es una asociación. La repetición de acordes similares que hacen sentir de una forma particular no es algo aleatorio, sino que son configuraciones de estímulos que están previamente condicionados y que al reproducirlos buscan una respuesta similar, de generalización, en el oyente.

Es por eso que decimos que hay canciones tristes, las cuales son estímulos condicionados de respuesta relacionada a la tristeza para nosotros. Ya sea porque el tipo de melodía, acordes o palabras utilizadas en esa canción generan una determinada reacción en nosotros, o porque la escuchábamos con nuestra expareja y se produjo una relación mental (canción–pareja) que ahora nos provoca una respuesta de desazón. Hay canciones que utilizan recursos que usualmente están asociados con el malestar, haciendo más fácil generar en todo el mundo la misma sensación. Por ejemplo, usar palabras como muerte, desamor, etc.

También está la música que consideramos feliz porque emplea elementos como las palmadas, las risas, palabras como fiesta, alegría, etc., que están emparejadas con situaciones positivas y por eso nos producen emociones similares. Y hay composiciones o actuaciones que nos aburren, de las que decimos que no nos “llegaron”. Es decir, no nos han producido ninguna respuesta condicionada de malestar o de bienestar, no consiguió causar una réplica emocional positiva o negativa en nosotros, sino que resultó en aburrimiento. Las mismas son muy raras, ya que resulta casi impensable que un artista no ponga algo de sí mismo en su obra, con lo que el espectador se pueda conectar e identificar. Sin  embargo, son posibles.

Siguiendo con esto, pasamos a preguntarles a diferentes personas cómo les hace sentir la música, y estos fueron los resultados:

Persona 1: “La música en general me hace sentir bien, relajada y a gusto, porque la mayoría de las canciones que escucho tienen una melodía muy pegadiza y alegre. Eso hace que me active y quiera seguir haciendo muchas cosas, por eso me gusta escucharla cuando hago tarea, actividad física, manualidades o cualquier otra cosa. Pero cuando escucho canciones con melodías más tranquilas o con letras tristes que me recuerdan a cosas y situaciones que pasé, me generan tristeza o anhelo”.

Persona 2: “Dependiendo de lo que escuche, me hace sentir feliz o triste. Creo que la música también es parte de nosotros y nos da una mano en los momentos difíciles, por lo menos a mí me tranquiliza y me ayuda”.

Persona 3: “Las sensaciones que me causa la música dependen del tipo que esté reproduciendo en el momento. Escucho todo el día porque me ayuda a cambiar mi humor, a sentirme activa y poder hacer cosas como la tarea, limpiar mi cuarto, estudiar, entre otras actividades. También me da una mano cuando necesito ponerme mejor, ya que considero que la música es un buen sanador”.

Persona 4: “Si escucho canciones tristes por lo general recuerdo algo que me pone mal, no necesariamente de mi vida, puede ser de una novela, una serie etc. Pero también me gusta escuchar ese tipo de música porque es interesante cómo los cantantes muestran sus sentimientos a través de ella. Después, cuando escucho melodías alegres, como el rap, que me genera muchas emociones, me empiezo a sentir muy eufórica. Cuando escucho pop o reggaeton me dan ganas de bailar y también me pone feliz, pero lo que siento con el rap es una sensación de adrenalina muy fuerte”.

En la imagen podemos observar un recital en el que la gente se siente feliz, porque la música que están escuchando en ese momento las hace sentir alegres y eufóricas, ya sea por la letra de la canción o por el ritmo que tiene.


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