El viernes 19 de marzo del corriente año, Solemnidad de San José, en la Parroquia San Felipe Neri, del barrio porteño de Mataderos, cuatro jóvenes (dos de los cuales provienen de nuestra comunidad parroquial y educativa) iniciaron su etapa de postulantado en la formación religiosa de la congregación de los Hijos de Santa María Inmaculada.
El Padre Eduardo Monje, Representante Legal de nuestro Centro Educativo y miembro del consejo de la delegación, presidió la ceremonia para recibir a los nuevos postulantes en nombre de toda la congregación, acompañado por otros sacerdotes provenientes de las distintas comunidades.
En su homilía, el padre Eduardo exhortó a los nuevos postulantes a reflexionar y profundizar sobre la promesa de Dios en la vida de cada uno y que, a ejemplo de San José, imiten el don de la fe, de la fidelidad y de la esperanza.
Además, los alentó a tener confianza en que es Dios mismo quien edifica y lleva a cumplimiento la vocación religiosa en cada uno de ellos, quienes deben responder a ese llamado con docilidad y fidelidad.
Mencionó, por su parte, tres aspectos a tener en cuenta en la primera etapa formativa hacia la vida consagrada: la llamada divina, la especial consagración y la futura incorporación al Instituto de Vida Consagrada; a fin de que logren configurarse a la persona de Jesús por medio de la profesión de los tres consejos evangélicos (la pobreza, la obediencia y la castidad).
En el transcurso de la ceremonia se les hizo entrega de diversos signos, tales como un evangelio y una cruz. Se los presentó a la comunidad a través del Padre Roberto Cancian, a quien le fue encomendada la tarea de ser el Formador de estos jóvenes durante la etapa de postulantado.
Dicha etapa se ubica al inicio del camino de la formación en la vida religiosa; donde se acompaña a los candidatos en su discernimiento vocacional, por medio de una experiencia en una comunidad y a través de diversas actividades en los ámbitos formativo y laboral. Todo esto con el objetivo de que puedan avanzar hacia la próxima etapa del noviciado, para encaminarse así a la profesión perpetua de sus votos religiosos, como a la formación hacia la vida sacerdotal.
Los directivos de nuestra institución junto a Guido, postulante proveniente de nuestra comunidad.
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