El drama de la deforestación

Uno de los desafíos más grandes del 2021 es actualizar el Ordenamiento Territorial de Bosques Nativos, esta ley establece los presupuestos mínimos de protección ambiental para el enriquecimiento, la restauración, conservación, aprovechamiento y manejo sostenible de los bosques nativos.  Asimismo, establece un régimen de fomento para la compensación a los titulares de bosques nativos por los servicios ambientales que éstos brindan, por medio del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos. 

 

Además de que obliga a cada provincia a categorizar sus áreas silvestres según su ecosistema (Categoría I. Rojo: Muy alto valor de conservación. No deben transformarse. Su uso queda limitado a ser hábitat de comunidades indígenas y ser objeto de investigación científica. Categoría II. Amarillo: Sectores de Mediano Valor de conservación. Su uso queda limitado a aprovechamiento sostenible, turismo, recolección e investigación científica. Categoría III. Verde: Sectores de bajo valor de conservación. Pueden transformarse parcialmente o en su totalidad), pero desde el 2007 no se ha puesto al día en la mayoría de las jurisdicciones del país. También se busca reformar la Ley de los Bosques, según Manuel Jaramillo, el actual director ejecutivo de Vida Silvestre, la ley antes de reformarse debe dotarse de financiamiento apropiado y buena gestión.

 La Doctora Verónica Quiroga , bióloga de la Universidad de Córdoba, uno de los máximos referentes en la conservación del yaguareté (jaguar) en el país y miembro del Instituto de Biología Subtropical (IBS) sede Iguazú (UNaM y CONICET), exclamó que hay que ir hacia una deforestación cero a través tanto de un buen manejo de los bosques como de un consenso científico y social que brinde sustentabilidad a los métodos de producción agro ganaderos, algo de lo cual estoy de acuerdo, además piensa q si no se frenan los desmontes e incendios, la conservación de especies será cada vez más problemática.

El problema de la deforestación no solo se limita a la Argentina, sino que se extiende por todo el mundo y esto se demuestra con la reciente pandemia que la propagación y el surgimiento de enfermedades zoonóticas como el COVID-19 es un indicador de la presión acelerada que estamos ejerciendo sobre los sistemas naturales con nuestros actuales modelos de desarrollo no sostenible. La deforestación y la degradación forestal son los principales factores impulsores de las enfermedades zoonóticas. Cuando están sanos, los bosques son un amortiguador. Pero cuando los bosques son atacados, sus defensas se debilitan, ocasionando la propagación de enfermedades.

Según Marco Lambertini, director general de World Wide Fund for Nature International, Los bosques son un elemento vital de nuestras economías y nuestra salud, desde el aire que respiramos hasta la madera que utilizamos. Los bosques, que cubren casi un tercio de la superficie terrestre del planeta, albergan más de la mitad de las especies terrestres del mundo y son la fuente del 75% del agua dulce del mundo. 

El mal manejo de los bosques del mundo está aumentando las emisiones de carbono, devastando la biodiversidad, destruyendo ecosistemas vitales y afectando los medios de vida y el bienestar de las comunidades locales y de las sociedades a nivel mundial, alertó Lambertini. Y la situación está empeorando.

Se identifican 24 frentes de deforestación, lugares que tienen una concentración significativa de puntos críticos y donde grandes áreas de bosque remanente se encuentran amenazadas. La mayor parte de la pérdida de bosques se concentra en estos frentes en América Latina, África subsahariana, el sudeste de Asia y Oceanía, y cubren un área de 710 millones de hectáreas. Actualmente, la mitad de esta superficie está cubierta de bosques y los bosques primarios o intactos representan alrededor de dos tercios. Más de 43 millones de hectáreas se perdieron en estos frentes entre 2004 y 2017, un área aproximadamente del tamaño de Marruecos.

 

En nuestra opinión, estamos a un punto muy avanzado de nuestra sociedad como para tener que seguir talando árboles, acabar con los bosques y reservas naturales solo por intereses personales, además que ya se han encontrado muchos sustitutos de la madera, de manera la cual ya no sea necesaria la tala de árboles, siento que se podría hacer una reforma en la ley que proclame a la deforestación como un delito penal porque ya se implemento el sistema de multas pero parece ser que no ha quedado muy claro lo grave que es la deforestación.

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