Si hay algo que no sale de nuestra mente en este último tiempo es la pandemia y la cantidad de cosas a las que tenemos que sacrificar para no exponernos a un posible contagio. Durante mucho
tiempo muchas actividades comerciales estuvieron prohibidas.
Hoy entrevistamos a Leonel Ostapovich, un alumno de nuestra institución que junto a sus padres tienen una panadería ubicada en Wilde. Él nos cuenta cómo fue la experiencia que tuvieron y qué
medidas tomaron en el negocio por la situación de pandemia y aislamiento que vivimos hoy en día.
En la entrevista de hoy, tenemos un muy interesante punto de vista acerca de la situación sanitaria actual correspondiente a la pandemia global que azota a todos los países sin distinción de
región.
Esta situación extrema llevó a muchos países, en mayor o menor medida, a tomar precauciones que tal vez en una situación de normalidad epidemiológica, ni se pasaría por la cabeza de las personas.
Tomar estos recaudos se volvieron moneda corriente en un mundo que, sin un plan de acción contra un enemigo así de fuerte, demuestra su vulnerabilidad una vez más.
Teniendo en cuenta esto, entra en papel protagónico la situación particular de cada país. Muchas naciones pudieron soportar muy bien las consecuencias económicas, estructurales y humanas que
generó el virus covid-19. Pero otros, como el nuestro, en donde la crisis es cada vez mayor, una catástrofe de esta magnitud no hizo más que contribuir al desarrollo negativo de las pobres
políticas llevadas a cabo por el gobierno nacional en un intento de salvar la situación de un país con un rumbo desconocido.
En el contexto de un duro y estricto aislamiento social preventivo y obligatorio, muchos negocios, tiendas y emprendimientos se vieron obligados a no solo limitar sus actividades de todo tipo,
sino también directamente abstenerse de realizarlas. Esto, como se puede deducir, causó un duro impacto en el desarrollo habitual de la macro y micro economía.
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