P.C.C.

Para aquellos que no lo conozcan, el P.C.C. (Proceso comunitario para la confirmación) es una propuesta que realizamos en nuestra institución para todo aquel que esté dispuesto a compartir esta experiencia con otras personas. 

Pudimos contactarnos con algunos miembros del PCC donde nos compartieron sus experiencias: “Soy Celeste, tengo 18 años e hice el PCC el año pasado (2019). Me venían invitando desde hacía varios años anteriores, hasta que al fin me animé. A lo largo del año pude ver a Dios obrar en mí en muchísimas cosas. La más llamativa, en mi opinión, fue que me ayudó a superar la timidez que impedía hacer un montón de cosas y es el día de hoy que veo como eso me impulsa a hacer cosas que antes no me hubiera imaginado. Ahí me di cuenta que para Dios no hay imposibles. También lo pude ver obrar en otras personas que me acompañaron en el proceso, y eso fue hermoso. Empecé con un montón de prejuicios, que con el tiempo me fui dando cuenta que estaba totalmente equivocada. Pensaba que la tenía re clara hasta que caí en que me faltaba conocer varias cosas de Dios, que ayudaron a que hoy tenga una relación mucho más cercana a él. Cuando llegó fin de año, me puse a hacer memoria de todo lo que había pasado y me di cuenta que el PCC fue lo más lindo. Esto me animó a invitar a mucha gente este año, como habían hecho antes conmigo, porque quiero que cada vez sean más los que vivan esta experiencia tan linda que tuve la suerte de vivir”. No se trata simplemente de ir un rato a rezar (quizás esta es la idea que tengan muchos, pero podemos asegurar que no es así), es una oportunidad para poder conocer mejor a Dios, conocer a otras personas y llevarse un gran recuerdo de lo vivido. 

A continuación, veremos otro de los testimonios sobre su experiencia en el grupo: “Soy Ariadna y tengo 23 años. Hice el PCC, el proceso comunitario para la confirmación, en el 2012 cuando estaba en cuarto año del secundario. Al principio no tenía muchas ganas de hacerlo, pensaba que no tenía sentido ir al colegio un sábado cuando ya pasaba el resto de la semana ahí.  Pero el día que arrancaba me animé y fui a ver qué onda. Cuando llegue y escuche a una catequista darnos la bienvenida sentí que tenía que estar en ese lugar. Esto lo fui descubriendo un poco más durante el año que duró el proceso. Conocí a Dios y al amor que me tiene, me sentí acompañada por personas que se volvieron muy importantes para mí y que es el día de hoy que sigo conservando esos vínculos. También encontré mi lugar de Iglesia, el PCC  me mostró las opciones que tenía en la parroquia para seguir encontrándome con Dios y así conocí el Movimiento de la Palabra, donde formo parte de una comunidad. Y como Dios es muy generoso, en el 2016 pude volver al PCC como catequista. Es un lugar donde disfruto mucho estar, y me siento muy agradecida de poder acompañar a otros en esta experiencia, como lo hicieron conmigo hace unos años. El PCC es un lugar hermoso, es para personas valientes, que se animan a más, y que buscan encontrar algo para sus vidas, en compañía de otros.  En el PCC se descubre un amor tan grande que es difícil de explicar, hay que conocerlo y vivirlo.”

Para cerrar, los invitamos a todos a participar de esta maravillosa experiencia, para más información contáctenos a la página de Instagram “pccloreto”, ellos ya se animaron, ahora te toca a vos.

Fotos de los integrantes del PCC.