“El Perfeccionista”

Con “El perfeccionista” Agustina González de 5ºA nos describe con suma precisión las sensaciones que inundan a aquel que vive en un "falta algo" eterno, llevándonos desde la desesperación de explotar unas burbujas hasta el anhelo de liberarse de sí mismo.
Para el perfeccionista la respuesta ambivalente es un drama excesivo, una tirada de pelo desenfrenada, hasta, me atrevería a decir, un parásito.
Porque desde chiquito cuando soplaba los burbujeros y se creaban mil burbujas, intentaba explotarlas todas.
Si alguna tenía la gracia de irse con el viento del sur, de irse bien bien lejos, la detestaba.
Uno piensa que el perfeccionista puede ser cruel, hasta destructor en cierto punto; que si no están las cosas como él las quiere, se vuelven torres de naipes colapsadas en guerra.
En realidad, es, dudosamente - para estresarlo, de manera más subjuntiva -, como una margarita arrancada de su tierra, a la que le sacaron los pétalos por estupideces, piensa, por amor.
Nunca faltó en sus sueños el deseo comerciante de explotar todas las burbujitas de la Seven-Up, a ver si ahora, prensadas al vacío, iban a ir a jugar con ese viento.
Yo sé muy bien que anhela, como si fuese una especie de quimera, dormir tranquilo, por una vez en su vida, en la cadera de lo que se llama la libertad.
Que nunca pierde la esperanza de, algún día, volver a su tierra.
De, por fin, sentarse un rato a llorar.

Agustina Lucía González (5ºA)

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