Una mirada del barrio

Entrevista a Viviana Julia Pérez

-Nos encontramos en el domicilio de nuestra querida entrevistada, Viviana Julia Pérez, para que nos cuente un poco acerca de su día a día y también para que nos ilustre un poco cómo fueron cambiando los tiempos en el barrio y sus costumbres. Dicho esto daremos comienzo a la entrevista con una leve presentación.

-Buenos días, Tomás. Primero que nada quiero decir que me alegra compartir este tiempo con vos y que estoy agradecida de que me hayan elegido para realizar la entrevista. Yo me llamo Viviana Julia Pérez, tengo 52 años, tengo dos hijos: uno de 18 (años) que está terminando la escuela y una chica de 23 (años) que ya termino la facultad y ahora está trabajando. Por mi parte me encuentro trabajando de contadora pública en un corralón de materiales.

-Muchas gracias a vos por tomarte este tiempo. Contanos un poco cómo es tu día a día.

-Bueno, mi día comienza a las 6:00 a.m. Me levanto, me preparo para ir a trabajar y despierto a mis hijos para que vengan a desayunar para después llevarlos al colegio. Luego de dejarlos, voy hacia mi trabajo y allí me quedo hasta las 3 de la tarde. Cuando llego a casa, si no hay nada para hacer, me siento a tomar mates y mirar la tele hasta que llegue mi esposo para comenzar a preparar la cena. Luego, por lo general con la familia hacemos un poco de sobremesa y contamos lo que nos ocurrió en el día.

-¿Dónde es tu lugar de trabajo y cuál es tu función como contadora?

-Yo trabajo en el corralón Lombardi y Grondona desde julio de 1987; ya son 32 años en este lugar. Mi función es llevar los registros de las operaciones diarias, liquidación de sueldos y de impuestos, cálculo de costos y cálculos de flujo de efectivo y rentabilidad.  Además de manejos de pago a proveedores y cobranzas de clientes.

También me encargo del manejo de las cuentas bancarias. Es un montón porque lo hago desde la empresa. En nuestro caso hay un estudio contable externo que prepara el balance. Toda la información y registros se le entregan para que los confeccione, también ayudó cuando se lo necesita en atención al público atendiendo.

-Una vez jubilada, ¿pensás seguir trabajando? ¿Pensaste algún tipo de emprendimiento?

-Realmente nunca lo pensé, tal vez seguiría realizando mi trabajo en forma independiente. Por el momento no tengo ningún emprendimiento propio, acompaño y comparto con mi esposo una pequeña pyme, aunque no estoy comprometida de lleno en eso. Igualmente, luego de que me jubile creo que como todos quiero descansar y cuidar de mis nietos, vivir una vida tranquila y relajada.

-Ya que nos contaste bastante acerca de tu vida, ahora te queríamos preguntar ¿Siempre viviste en el mismo barrio? ¿Hace cuánto vivís donde estás actualmente?

-Por suerte durante toda mi infancia y hasta hoy en día pude vivir en el mismo barrio, en Sarandí. Desde que nací hasta los 26 años conviví con mis padres; luego me casé y me mudé con mi esposo muy cerca de ellos, a 1 cuadra y sigo aquí hasta hoy en día.

-¿Cómo consideras que cambió el barrio en el que vivías cuando eras chica y ahora? ¿Es igual?

-El barrio realmente cambió bastante. No solo en su aspecto, ya que hay muchas más edificaciones, nuevas calles,  plazas, algunos edificios desaparecieron y en su lugar hicieron nuevos. Por ejemplo, en donde hoy se ubica el Alto Avellaneda antes había un frigorífico conocido como La Negra; era un lugar lleno de corrales en donde había ovejas y luego desapareció. Aunque debo reconocer que el progreso es importante, añoro a mi barrio de niña. Era más tranquilo,  conocíamos más a los vecinos; se vivía a otro ritmo.

-¿Considerás que tu infancia es igual a la de tus hijos? ¿Por qué?

-Desde ya que no. Por desgracia la realidad hace que mis hijos no puedan disfrutarlo demasiado. La inseguridad que nos acompaña desde hace casi 30 años y que fue incrementando con el paso del tiempo hizo que ellos no pudieran conocer los famosos amigos del barrio, los hijos del vecino que se convertían en esos amigos entrañables de la infancia.  

En mi niñez nos quedábamos en las noches de verano hasta tarde andando en bicicleta o patinando mientras nuestros padres sacaban la silla a la puerta a tomar fresco y conversar para pasar las noches de calor, porque en casi ninguna casa contaba con aire acondicionado, a gatas un ventilador o dos. Me entristece que mis hijos no la hayan podido hacer.

No digo que la infancia de mis hijos no haya sido linda porque los amiguitos de la cuadra se reemplazaron por los del cole o el club al que los teníamos que llevar para que tuvieran una actividad recreativa en un ambiente seguro que los mantuviera alejados de los peligros que se encuentran en la vereda de su propia casa.

-Para ir cerrando, ¿considerás que aportás algo a la sociedad de hoy en día?

-Se podría decir que sí, con mi trabajo diario o con la educación de mis hijos. No solo aporta aquel que está realizando un trabajo al servicio de la comunidad. Cumpliendo mis obligaciones como ciudadana, respetando y educando a mis hijos en el respeto y el sentido de la responsabilidad que cualquier ciudadano tiene para con sí y para con el prójimo. Puesto que así, a futuro, lograremos vivir en una sociedad mejor.

-Finalmente, ¿qué te pareció esta entrevista? ¿Nos podrías dar una reflexión acerca de lo hablado en la misma?

-La entrevista me pareció interesante y muy útil para que los jóvenes conozcan  que cada época tiene sus pros y sus contras. Para que entiendan por qué a veces los papás somos tan sobreprotectores. Que es bueno el progreso pero que siempre tiene que ir de la mano del respeto por el ser humano y en beneficio de éste.  Si no es así no vale la pena.

-Muy linda reflexión. Gracias por tu tiempo Viviana

 

-Gracias a vos.

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