Los primeros pasos hacia el fin de estos años

Celeste y Lourdes Avaca Roggero, alumnas y hermanas, se animaron a compartir sus escritos con el equipo de la sección literaria. En ellos hablan sobre la secundaria desde diferentes perspectivas; desde el punto de vista de alguien que se está adentrando en esta etapa, y desde el de quien está a punto de terminarla. ¡No te lo podés perder!

El principio del fin 

Puedo traer a mi mente recuerdos de mis inicios en jardín y en primaria, donde no faltaron los nervios, la alegría y también el llanto.  Pero esta vez, todo es distinto y mucho. Haber iniciado la etapa de la escuela secundaria es empezar a darnos cuenta que estamos creciendo, es enfrentar un cambio en la manera de encarar el estudio. En definitiva, es iniciar una travesía de seis años que estará llena de sorpresas y desafíos.  Durante ese tiempo nos sucederán muchas de las cosas que marcarán nuestras vidas para siempre. Llegamos cargados de emociones, incertidumbres y nervios que de a poco van desapareciendo. 

La escuela es como una carrera de obstáculos, donde cada uno es un poquito más alto que el anterior. Pero la buena noticia es que también, año a año crecemos, cambiamos y cada vez somos más capaces de hacer cosas más complejas con la mente, el cuerpo y también con el corazón. Por todos lados se escucha que esta es la etapa más linda de la vida, y a poco de haberla iniciado, estoy totalmente convencida de que así será.

Habrá cosas que serán un poco más complicadas: tendremos que aprender a hacernos cargo de nuestras acciones y las consecuencias de las mismas, tendremos que ir adquiriendo cada vez más autonomía. Pero a cambio, iremos adquiriendo eso que hace que la vida tenga sentido: la independencia. Empezaremos a decidir por nosotros mismos y a convertirnos en lo que cada uno decida ser. Durante los próximos años aprenderemos a transformarnos en la persona que seremos para siempre. 

El objetivo de esta etapa es el de poder llegar a la meta, convertidos en adultos bien formados, personas de bien y, por sobre todas las cosas, cristianos comprometidos. Es cierto que esa es una tarea a ser cumplida por varios sectores, pero está en nosotros el recibir y aceptar lo que se nos da a lo largo de estos años de formación escolar que todavía tenemos por completar.

Por delante nos esperan seis años de viaje. Viajar es lindo, pero no es lindo hacerlo solos. Gracias a Dios no lo estamos. A nuestro lado hay un montón de chicos y chicas que están en el mismo camino que nosotros. Aprenderemos a conocerlos, aceptarlos y sentirlos compañeros; algunos incluso llegarán a ser nuestros mejores amigos.  También recorreremos este camino acompañados de personas del ámbito escolar, que llegarán a ser tan entrañables que marcarán nuestras vidas por siempre, como también ocurrió en las etapas anterioresy obviamente tenemos la compañía de nuestras familiasque son quienes en todo momento nos dan una mano para tomar fuerzas y seguir adelante.   

He dejado para el final lo más importante. En este nuevo y casi desconocido recorrido que hace poco iniciamos, y a lo largo del cual recorreremos lugares con hermosos paisajes y con zonas oscuras y difíciles, también vamos a tener un acompañamiento más que especial, porque a nuestro lado van a estar Jesús y la Virgen, quienes serán nuestros pilares en los mejores y peores momentos y nos guiarán y cuidarán siempre. Sin ellos, no tiene sentido ningún recorrido posible. 

Espero poder dentro de cinco años, volver a escribir contando la maravillosa experiencia vivida en esta etapa y agradeciendo por haber llegado al final de este camino con las valijas repletas de hermosos recuerdos.

Lourdes Magalí Avaca Roggero – 1° año “B” - 

El final del Camino


El tiempo ha pasado, ya no somos los mismos que comenzamos en el 2014 los seis años de secundaria. Maduramos, aprendimos cosas nuevas, crecimos juntos emocional, física, espiritual y personalmente.  Transcurrimos codo a codo la etapa más maravillosa de la adolescencia.  Y se va acercando el momento de terminar un ciclo, cerrar un capítulo, despedirnos de personas y lugares que tal vez ya no volveremos a ver ni recorrer, pero que han formado parte de nuestra vida por algún tiempo, y estoy segura que en cada uno de nosotros quedará grabado en nuestros recuerdos.... 

Parecía algo lejano que jamás llegaría, pero aquí estamos, a un paso de llegar a la meta.

Todas las experiencias compartidas a lo largo de estos años sirvieron para generar en nosotros el sentimiento de que formamos parte de una gran familia.  Y recordando cada experiencia compartida, siento que va a ser muy difícil seguir adelante sin tener a mi lado cada día a todos los que me acompañaron en este maravilloso camino que inicié en esta misma casa cuando tenía tres años.

Crecer duele. Pero al mismo tiempo no podemos evitar entusiasmarnos por la nueva etapa que vamos a empezar. Por eso no puedo dejar a agradecer a todos mis compañeros y amigos; los que me enseñaron que más allá de las diferencias, estamos juntos en esto y siempre serán una parte más que importante en mi vida. 

También debo agradecer a todos los docentes, directivos y aquellas personas que nos acompañaron en este recorrido, pues fueron los que nos ayudaron a llegar hasta aquí y nos guiaron haciendo de nosotros unas personas valiosas. Ustedes lograron hacer que estos años sean los más maravillosos que hemos vivido. 

La aventura continúa, es el comienzo de algo nuevo para todos y por eso nos vamos a tener que separar; algunos nos seguiremos viendo y otros no, pero todos serán inolvidables para mí, porque sin ustedes nada hubiera sido igual. Por mucho que nuestros caminos se separen, seguiremos teniendo algo que nos une: el haber formado parte de esta maravillosa familia de Loreto.  Y el día que salga por la puerta luego de haber terminado este ciclo, no me voy del todo, dejo parte de mí acá, porque los recuerdos de estas aulas y estos pasillos, vivirán en mi corazón por siempre.

Con una mezcla de alegría y tristeza; alegría por los recuerdos de todo lo vivido y tristeza por tener que dejar todo esto, siento la necesidad de decir gracias nuevamente a todos los que me acompañaron en cada paso que di, que me ayudaron e inculcaron en mí valores que me acompañarán toda la vida y me guiaron por el camino que me llevaba a Jesús y María. Con la compañía de ellos dos, en cada aventura que emprendamos, siempre tendremos el éxito asegurado.

Celeste Rocío Avaca Roggero – 6° año “A” -  

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