ENTREVISTA A MARÍA ELENA GRONDONA

Nos encontramos el dia de la fecha con una entrevista a quien presentaremos en breve, con el fin de que nos cuente su trabajo y un poco de su vida.

− Hola, bueno para dar comienzo a la entrevista primero queremos que te presentes, que nos cuentes quién sos en pocas palabras…

− Hola, yo soy María Elena Grondona de Pérez, tengo 80 años y me considero una persona simple que trabaja día a día para poder vivir.

− Contanos más sobre vos, ¿actualmente trabajás?

− Sí, en el corralón. Te cuento, trabajo desde los 13 años aquí y quedé al frente del negocio como directora, junto con mis hijas y mi sobrina.

− ¿Cuándo se fundó?

− El corralón se fundó el 12 de junio de 1923; trabajo ahí desde que se abrieron las puertas.

− ¿Quiénes son los fundadores?

− Los fundadores son Emilio Lombardi y Humberto Grondona.

− ¿Qué parentesco tenés con ellos dos?

− Humberto Grondona era mi padre, y Emilio Lombardi era mi tío.

− ¿Cómo era el corralón en sus comienzos?

− Era como un almacén de campo, había desde un piquito para un calentador hasta, que se yo, lo que se te ocurra. Era chico pero teníamos todo lo que se necesitaba, bastante completo para la época.

− ¿Y cómo fue creciendo?

− Al principio era un negocio pequeño, nos encontrábamos en independencia 450. Después, en el año 42 se mudaron en frente, donde hicieron las reformas y se agrandó el corralón.

− ¿Cómo funcionaba en ese entonces el traslado de las cosas? ¿Había camiones?

− No jaja, no había. Era todo con caballos y carros. Se llegaba hasta Belgrano y desde ahí se cargaban las cosas al hombro hasta llegar al negocio.

− ¿Se encontraron con alguna dificultad a lo largo de la trayectoria?

− Las dificultades del corralón fueron muchas; se pueden comparar con las dificultades del país... Tuvimos nuestras subidas y nuestras bajadas según la época.

− ¿Te acordás cuál fue la peor dificultad que tuviste que afrontar?

− Sí, fue luego del fallecimiento de mi padre, Humberto.

− Y actualmente, ¿cuáles son los problemas que tiene que enfrentar el negocio?

− La mayor dificultad es que las entradas bajaron y los gastos fijos son los mismos. El número de ventas decreció muchísimo, casi podríamos decir que no hay. Como todo negocio, se está derrumbando.

− ¿Y cómo afrontan este problema?

− Vamos cubriendo los gastos poco a poco, un día uno y otro día otro. Desgraciadamente, tuvimos que despedir gente debido a la situación actual del país. También tuvimos que vender cosas nuestras, como un acoplado. Mucha gente dio un paso al costado cuando el monto de dinero que podíamos darle no les alcanzaba.

− ¿Realizaron alguna contribución?

− Sí, antiguamente repartíamos créditos a los vecinos para que puedan construir sus casas, también a los bomberos voluntarios, a la parroquia de Sarandí, al hospital, al club Arsenal.

− Los últimos que me nombraste... ¿contribuían con materiales?

− Sí, a veces también con dinero.

− ¿Qué me podrías decir si tuviéramos que hablar sobre algún error que cometiste en el negocio?

− Abrir la persiana del corralón el 4 de agosto y tener que hacerme cargo yo sola de esto. Es triste pero lamentablemente aunque tengas un carácter fuerte, ser mujer cuesta cuando tenés que pararte al frente del negocio.

− ¿Por qué decís esto último? ¿No te sentías capaz?

− Lo digo por el machismo que hay en el país, antes y ahora.

− Para finalizar, ¿querés decirle algo a todos los lectores?

− Que nunca bajen los brazos con lo que sea, no solo un negocio, y que luchen para que el país salga adelante. Es de cobarde quedarse acostado. Tengo fe día a día para lograr salir adelante.

− Muchas gracias por tu tiempo, María. Espero que te encuentres bien y logres prosperar en el trabajo.

− Gracias a ustedes, saludos.