El uso de las redes y la tecnología

Nuestras vidas cotidianas se basan en un ámbito de actividades rutinarias que vivimos repitiendo todos los días. Nos despertamos, desayunamos, vamos hacia nuestros respectivos trabajos y/o instituto educativo, hacemos labores de algún tipo, etc. 

Pero el asunto principal es que, durante todas esas cosas, hay un elemento que utilizamos muchas veces. El uso de las redes sociales y los aparatos tecnológicos, ya sea para comunicarnos o hasta por un simple círculo vicioso donde terminamos viendo desde videos hasta memes, no aportan nada interesante o que no tendría que afectarnos en nuestra rutina diaria. Suelen decirnos que todas las personas vivimos en una sociedad de consumo, pero nuestras necesidades se expandieron así como el mercado para satisfacer las mismas, así que podríamos decir que vivimos en la época del consumo digital o de la información.

El uso de las redes a través de nuestros celulares, computadoras, tablets e incluso televisores, es un tema tan complejo que tenemos varios puntos a los que, según nuestras perspectivas, podemos señalarle ventajas y desventajas. Pero nuestra principal atención será en cómo estos mismos dispositivos y sus funciones impactan en nuestro desarrollo social y cultural. También hay otras áreas que mencionaremos, pero trataremos de hacer énfasis en cómo las personas les dan su atención a las redes sociales y viceversa.

 

Santiago Niekrasas: La tecnología, como tal, es algo bueno y favorece al ser humano en su componente comunicativo y educativo. Pero lo malo es el uso inadecuado que podemos hacer de ella.

La evolución de la tecnología ha modificado nuestro concepto de persona y ésta condiciona incluso nuestro modo de pensar. También, muchas cosas que proponen las películas desde hace décadas han llegado a hacerse realidad. Cabe aclarar que el uso cotidiano de estos recursos provoca que tengamos una “doble personalidad”. Su mal uso puede perjudicar a la sociedad como, por ejemplo, a través de las Fake news, el bullying o incluso problemas físicos por la utilización excesiva de éstas. Todo ello es debido a que, a través de los medios digitales se comparten infinidad de datos personales, sin tener en cuenta que, una vez que suben esa información al espacio virtual, pierden su control y los puede colocar en situaciones de peligro.

 

Ricardo Quiroz: Sinceramente, el uso de las redes sociales es un tema un tanto delicado, por lo cual, no podemos hablar de sus aspectos negativos sin mencionar los buenos y viceversa. Pero la cuestión se centra en cómo las personas preferimos darle más importancia a una noticia, fake news, un meme, un video, o un mensaje de alguien que no conocemos, porque estamos perdiendo contacto con la realidad que nos rodea.

Estamos muy atentos a que se actualicen nuestras pantallas, obtenemos cantidades enormes de información basura y, si encontramos algo útil, es solo cuando nos piden buscar algo en especial o tenemos el deber de investigar sobre cierto tema de interés, ya sea por nuestro trabajo y/o estudio. Siendo una persona de la actual generación, debo admitir que me gusta pasar horas y horas divagando en la red haciendo nada, y no soy el único. Apenas compartimos un estado, subimos una foto o se nos escapa un “like”, estamos dejando un patrón de nuestro día a día; no es casualidad que al darle “like” a cierta publicación, nuestra pantalla se actualice y nos muestre más publicaciones de ese estilo o similares.

Debo resaltar un par de cuestiones positivas: el Internet es lo mejor que pudo pasar. No importa lo que digamos, siempre vamos a usar la red para buscar información, navegar de una forma libre sin que nadie nos juzgue por lo que nos gusta, dar nuestras opiniones defendiendo o atacando en asuntos que creemos buenos o malos, etcétera.

Irónicamente, parte de esta opinión es para compartirla en la red de igual manera. Pero aquí se forma el asunto, ¿cuándo está bien y cuándo es inadecuado el uso de las redes? Sí o sí, necesitamos de algún aparato tecnológico, ya sea un Smartphone, Computadora, SmartTV, etc, con un sistema que nos deje usar la red. Actualmente, casi todos tenemos uno y la mayoría es el celular, pero no todos lo utilizamos de igual manera.

Podemos diferenciar que la gente ya adulta y personas de tercera edad solo utilizan la tecnología cuando lo creen necesario, porque no la entienden y/o ellos saben que la gracia de estar con personas es compartir los momentos con ellos en la vida real, no estando conectados. Puede ser una cuestión de época o porque no se adaptaron a estos cambios y avances tan repentinos.

No obstante, las generaciones más jóvenes sentimos la necesidad de estar conectados, algunos para compartir sus actividades creyendo o pensando que a todos les importa, otros lo usan como una manera de querer hacer que se vean sus ideas, o solo porque así se sienten más cómodos que hablando o estando con más chicos de su edad. Sea cual sea la razón, cambiamos totalmente, porque somos una clase de persona en la vida y otra en la red. Nuestra personalidad y actitudes cambian de alguna manera haciéndonos más susceptibles, irritables y hasta molestos cuando vemos algo en internet que no nos gusta.

Como dije antes, estamos perdiendo contacto con la realidad. En cierto sentido, hasta se puede ver algunos casos de bullying cibernético donde nos planteamos: ¿Qué le pasa a la gente?, ¿qué necesidad tienen de decir o hacer eso?, y lo más importante es: cada vez que las redes y la tecnología avanzan y son más inteligentes que nosotros, teniéndonos pendientes de sus actualizaciones, ¿estamos perdiendo la humanidad que nos queda o que alguna vez tuvimos?

Es algo contradictorio decir que las redes son buenas, pero también que son malas. El propósito que tienen es utilizarlas como un medio a través de la tecnología en el cual podamos compartir y comunicarnos con todos y entre todos. Lo que verdaderamente está mal es cómo nosotros utilizamos dicha herramienta con un pretexto inútil de decir que estamos defendiendo nuestras ideas cuando terminamos lastimando a los demás por comentarios sinsentido e igual de hirientes. Así que, sin más que decir, todo depende de nuestro uso.

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