LA REFINERÍA SHELL Y SU PROYECTO

La Refinería Buenos Aires, ubicada en la ciudad de Dock Sud, Provincia de Buenos Aires, única en América Latina compuesta de manera íntegra por capitales del grupo Shell, ha decidido llevar a cabo un proyecto el cual tiene como fin la reducción de azufre en los vehículos.

Imagen de la refinería Shell de Dock Sud.

La refinería se ha destacado a lo largo de los años por liderar procesos de mejora en su gestión, además de ser la primera empresa refinadora de Argentina que produce localmente todo el gasoil con bajo contenido de azufre. El proyecto Product Qualty consiste en lanzar una serie de requisitos a nivel mundial para reducir la cantidad de esta sustancia en los vehículos a través de, por ejemplo: La instalación de estaciones de monitoreo en las refinerías, el uso de gas natural en el proceso de refinería para reemplazar los combustibles pesados, la instalación de una planta de desulfurización de Gasoil (permitiendo producir uno que produzca menor impacto ambiental) y la más importante, incorporar las nuevas unidades de recuperación de azufre (SO2). Se espera que, gracias a su reducción en la gasolina, el proyecto logre bajar en un 52% las emisiones de SO2 en los vehículos.  

Los controles ambientales son importantes para la reducción de azufre en los combustibles, es por ello que la refinería Buenos Aires cuenta con un equipamiento de primera línea para observar la calidad del aire, incluyendo 4 estaciones propias de monitoreo.

Este proyecto es una buena medida con vistas hacia el futuro, ya que el uso de combustible fósil produce la emisión de una serie de sustancias excesivamente contaminantes para el medio ambiente. Para ubicarnos un poco en el tema, entre las consecuencias más trascendentes podemos mencionar la lluvia ácida y el calentamiento global. El viento puede provocar que este nocivo elemento recorra miles de kilómetros logrando que precipite en lugares como bosques, lagos, canales y ríos.

Asimismo, hay otros compuestos de este elemento que provocan efectos negativos en la naturaleza. El hexafluoruro de azufre, por ejemplo, es conocido como uno de los gases de efecto invernadero causantes del cambio climático.

También es altamente perjudicial para la salud humana; la inhalación de éste gas incoloro originado durante la combustión del carbono y el petróleo estimula el aumento de problemas respiratorios y cardiovasculares. Los niños, ancianos, y adolescentes que padecen de enfermedades como el asma y la bronquitis son los más sensibles a este elemento. Diversas investigaciones han relacionado el incremento de la concentración de este gas en el medio ambiente con el aumento de enfermedades y la tasa de mortalidad en personas mayores. Se sabe que, por cada 10 microgramos por metro cúbico de SO2, los registros por enfermedades cardiovasculares se incrementan un 3%.

En su mayoría, los contaminantes son emitidos durante el "arranque en frío" o en los minutos que tarda el automóvil en calentarse.

 

Es imposible limpiar el aire, o reducir la contaminación generada por un transporte sin eliminar o reducir el azufre de los combustibles. Existen diversos sistemas para limitar su impacto en el entorno, como la hidrodesulfuración en los derivados de petróleo. La tecnología de los motores Diésel, por ejemplo, ha mejorado en los últimos años, de forma tal que sus emisiones son cada vez menos nocivas.

Descripción gráfica de la contaminación dada por gases tóxicos. 

En cuanto a los consumidores, estos deben ser conscientes del impacto del azufre en el  medio ambiente para poder reducir la polución. También pueden denunciar las posibles irregularidades en las refinerías o fábricas con el objetivo de que tomen algún tipo de medida. 

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