Entrevista a Yamila González Jadrosic

 

 

En esta ocasión nosotros, los participantes de la sección “Egresados y exalumnos”, decidimos llevar a cabo algunas entrevistas con egresados de nuestra    institución. Estos mismos son hoy en día profesores de nuestro colegio. Las preguntas para las tres personas que fueron elegidas son las mismas, con el fin de poder comparar su trayectoria por el secundario, sus gustos, proyectos, etc. Procedemos con las preguntas que le realizamos a la primera entrevistada, Yamila González

Jadrosic, quien es exalumna de la institución y actualmente profesora de Historia,

 

Trabajo y Ciudadanía, y Política y Ciudadanía.

  

     - ¿Qué significa para vos haber formado parte de la institución como exalumna?

 

- Para mí significa mucho, porque al haber empezado en la institución desde los 3 años, uno se

encariña con las personas y también con el colegio en sí, yo pienso que tiene un alma

particular y un espíritu especial, el cual me fue acompañando a lo largo de toda mi vida y en mi formación, y ahora tener la posibilidad de desarrollarme en el mismo ámbito como profesora

me parece todo un privilegio.

 

-¿Tuviste algún profesor en la secundaria que ahora mantengas como referencia? ¿Quién y por

qué?

 

- Sin dudas, la profesora Patricia Piñeiro, que se acaba de jubilar, me marcó muchísimo, sobre

todo en mi pasión y mi gusto por la Historia, que fui descubriendo mientras fui alumna. Además

de hacerlo profesional y académicamente, me marcó mucho como persona, sus virtudes, su

llegada al alumno, sus exigencias, todo.

 

-¿Por qué elegiste dar clases en el colegio donde alguna vez fuiste alumna?

 

- Vinculado un poco con lo que dije en la primera pregunta, es un espacio muy cómodo al cual

Quiero; conozco mucho la institución. Muchos de los que trabajan acá fueron profesores míos

anteriormente, mantengo vínculos afectivos y muy importantes con mis compañeros.

 

-¿Cómo fue tu paso por el Loreto? ¿Qué era lo que más te gustaba de venir al secundario?

 

- Bueno, sin dudas, no voy a mentirles, lo que más me gustaba de venir al colegio era estar con

mis amigas y mis compañeros. Siempre fui muy “nerd” y de estudiar muchísimo, me iba bien, no tenía problemas en la parte académica y hacía todo con gusto. Pero la parte social fue lo que más me atrajo y también lo que más disfruté. Me gustaban mucho los viajes que se hacían y las idas

a la quinta.

 

- En relación a la anterior pregunta, ¿tenés alguna anécdota que quieras contar?

 

- Algo que nos encantaba hacer era comprar medialunas, y creo que mi curso se acuerda mucho de esto. Cuando estábamos en sexto, le pedíamos a los profesores si podíamos comprar

medialunas, entonces llamábamos a “Las medialunas del abuelo”, era algo muy divertido ya que hacíamos toda una estrategia con Omar, el portero, para que recibiera al señor que venía a

traernos las medialunas. Luego las compartíamos con el curso, incluso hubo veces que las

compartíamos con los profesores, lo que generaba un ambiente amigable y flexible.

 

-¿Tuviste algunos proyectos que hoy en día pudiste cumplir? ¿Tenés proyectos nuevos o

pendientes que te gustaría compartir?

 

-En relación al colegio, tengo muchísimo para decir, me ha servido mucho para crecer

profesionalmente, más con todas estas movidas nuevas del “Buenos Aires Debate”, que me

permite acercarme más a los alumnos y aprender juntos de otra manera porque son temáticas

que yo no manejo necesariamente en profundidad, no todo es sobre Historia o Ciencias Sociales. Me encanta cómo voy aprendiendo a la par de ellos, y a su vez puedo aportar cuestiones sobre

la metodología o sobre la formalidad de la exposición oral, y los veo a ellos entretenidos con

temáticas que no están vinculadas con las materias que tienen en la secundaria, cosa que les

permite un aprendizaje mucho más autónomo. Yo, con el tiempo, aprendí muchísimo más sobre

cómo manejar el tema de la autoridad, no todo pasa por imponer respeto a través del miedo,

sino hacerles entender a mis alumnos que todo esto pasa por un crecimiento académico a

futuro, y generar vínculos de cariño que muchas veces sirven mucho para enseñar. Además, me

han ayudado otros proyectos que tuve en la institución en diferentes ámbitos, como las

veces que vamos a la quinta, todo se puede dar en un contexto mucho más descontracturado,

creo que en ese sentido tengo muchas oportunidades; la interacción con otros docentes también me ha enseñado a trabajar en equipo. Pero proyectos concretos la verdad que no tengo.

 

-¿Si volvieras en el tiempo a tu época de alumna, cambiarías algo? ¿Qué?, o ¿por qué no?

 

-Bueno, en mi época no respetábamos tanto el uniforme, me gusta que ahora se respete porque le da una formalidad y seriedad a la institución muy buena. A su vez, ayuda a aprender que en la

vida hay normas que uno tiene que respetar, entonces que haya cierta disciplina que nos forma

como ciudadanos a futuro me parece muy valioso. Esto quizá en mi época no estaba tan

vigente y hoy en día cambió; es muy bueno. Y en cuanto a cuestiones positivas, yo

siempre marco el trato del docente al alumno, creo que en el colegio se da una conexión, un

diálogo personalizado muy enriquecedor.

 

-¿En qué te gusta aprovechar tu tiempo libre?

 

-Me gusta mucho pasear, ir a conciertos, ir al cine, que no lo hago tan seguido, pero lo disfruto mucho. El tema de los conciertos es lo que más me gusta. Bueno, obviamente está en paralelo el

desarrollo de mi vida de fe parroquial que me encanta. También leo. Tengo una vida social muy

activa con varios grupos de amistad, me junto con mis amigas, con mi gente querida, y puedo

organizar programas en torno a eso. Y me gusta viajar también.

 

-¿Cómo cambió tu rutina luego de terminar el secundario?

 

-Un montón, porque si bien yo hice la facultad sin trabajar, la terminé a tiempo; me había

puesto ese objetivo. Ya que no trabajaría, iba a dedicar mi tiempo al estudio. También cambió

muchísimo porque la exigencia, la cantidad de cosas que había que estudiar, era mucho más que en el secundario y desde ya que a uno eso le exige más tiempo y dedicación. La complejidad de las evaluaciones cambió bastante, y bueno, a la par obviamente que uno sigue manteniendo sus

vínculos de amistad. Yo salía y demás, pero creo que la rutina cambió en cuanto al estudio y mismo la cursada, ya que tenía más cantidad horaria en la facultad. Llegué a hacer nueve materias por

cuatrimestre, que es muchísimo. Tenía más tiempo libre en el colegio desde ya.

-Pensando en tu recorrido por el secundario, tus frustraciones, tus esfuerzos por el estudio,

comparando la etapa que tuviste con lo que hoy en día sos, como profesora, llevándote un

montón de cosas como experiencia, ¿qué pensás sobre la educación? ¿Creés que los alumnos

reciben motivación alguna para poder estudiar? ¿Cómo se los puede motivar? ¿Tratás de

darles una mano o simplemente es un tema de ellos?

 

-No, yo soy consciente de eso; intento ayudarlos. Me sale algunas veces y otras no, también es una cuestión donde la afinidad se juega mucho, uno puede intentar acercarse al alumno pero si ese mismo no tiene afinidad el docente, es complicado. En líneas generales creo que tengo buenos vínculos con mis alumnos y exalumnos. De hecho, he formado lindas amistades con exalumnos míos y pienso que el docente debe involucrarse más allá de la parte académica.

La vida es complicada, tiene problemas y cuestiones que son a veces más difíciles de afrontar que

otras, y entonces pienso que eso también es educación, porque en definitiva el fin de la

educación es que el alumno se conozca a sí mismo, conozca todo su potencial y que lo pueda

desarrollar. Entonces, para educar, el profesor debe explotar el potencial del chico para que

este lo conozca. Para eso, no basta sólo con lo académico, sino que hay que acercarse como

personas, es algo que genera un gran clima de trabajo, a mí me gusta este intercambio, me 

parece muy bueno.

Profesora Yamila González

Jadrosic junto con dos de los alumnos que realizaron esta

 

 

Exitosa entrevista.

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