Se conocen diferentes tipos de familiares con comportamientos diversos durante las fiestas.
Los padres, anfitriones de la fiesta, que además de haber cocinado y preparado la casa para recibir a la sarta de familiares hipócritas que no agradecen nada, se ven obligados a hacerles la sonrisita para quedar bien. Son los mismos que se abstienen a contestarles a los invitados para no arruinar la fiesta y que esperan hasta que se vayan todos para criticarlos de arriba a abajo. Son los más atentos e histéricos con la casa, quieren que todo este impecable, aunque no soporten a la familia.
La abuela inmigrante, que cuenta en todos los encuentros familiares y cumpleaños la historia de cuando llegó de Italia, con un barco a los 14 años. Lo peor es que siempre cuenta lo mismo, con los mismos detalles y las mismas palabras y ya todos la conocen. Justifica todo y juzga a los demás diciendo “porque cuando yo era chica…”, “porque cuando yo llegué de la guerra…”, como si alguna vez hubiese hecho algo de todo lo que dice.
Los tíos a los que todos conocen por llegar tarde a las reuniones y que ponen siempre la excusa de “había mucho tráfico” o “calculamos mal el tiempo”. Son los mismos que tienen el último modelo de auto y se hacen los ricos, aunque hasta las polillas saben que tienen más deudas que ludópatas pobres.
La abuela apretujona, la que te abraza hasta sacarte jugo y que encima te da besos y te desparrama todo el labial berreta de supermercado en la cara. Es re intensa y está siempre apurada. Ella se cree la mejor, la más joven y la que puede hacer todo. Llama a los mayores de 70 años “viejos”, cuando ella tiene casi 75. Llama a sus amigas “las chicas” y están todas arriba de los 80. Es la misma egoísta que regala para los cumpleaños la típica bombacha de feria y ella se compra lo mejor, la que te escatima hasta el más mínimo centavo. Es ella la que, apenas escucha una chacarera, se larga a bailar y a saltar delante de todos los invitados para que piensen que se las sabe todas.
El tío envidioso, que mira todos los cambios nuevos de la casa y no dice nada haciéndose el distraído que no se da cuenta. Se ríe a carcajadas y cuenta chistes más malos que comida de presos.
Los hermanos macana, los que se la pasan todo el cumpleaños matándose a patadas, gritando y queriendo llamar la atención, aunque el cumpleaños no sea de ellos. Además de hacerte pasar vergüenza y quedar mal adelante de tus amigos, los entretienen con la cháchara de pavadas que viven diciendo y los terminan aburriendo a tal punto que tus amigos antes de ir a tu casa te preguntan si están. Uno de ellos es el serio y más grande que no le presta atención a nadie; y el otro es el chiquito comprador que vive sonriéndoles a las mujeres de la familia para manguearles algo o solo para que piensen que es más simpático que el hermano.
La madrina de las selfies, que se quiere sacar fotos con todos los de la mesa, aunque solo conoce a tres o cuatro, pero por las dudas las saca y las publica, aunque es más falsa que torta de vitrina. Es la misma que publica “Feliz cumpleaños, pásala excelente y que sea un gran día” en Facebook.
Camila Martino 6°to “A”
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