44° peregrinación a Luján: “Madre danos fuerza para unirnos como hermanos”

El sábado 6 de octubre, se realizó la 44° edición de la peregrinación juvenil a pie a Luján con el lema “Madre danos fuerza para unirnos como hermanos”. En esta noticia te contamos sobre el servicio que hicieron hermanos de nuestra parroquia para colaborar con todos los fieles que caminaron hacia la basílica de Luján.

Foto de la Basílica de Luján sacada por un hermano de la comunidad
Foto de la Basílica de Luján sacada por un hermano de la comunidad

El servicio comenzó desde muy temprano, 6:30 de la mañana ya estábamos trabajando. Tuvimos que madrugar para preparar todas las cosas elementales para llevar. Fuimos a la parroquia y todos ayudamos para subir las cosas al micro. Luego se convocó a los peregrinos a la iglesia y se les dio muchos consejos e indicaciones para el camino. Nos subimos al micro hicimos una pequeña oración para que salga todo bien y partimos hacia Luján.

 

El grupo del servicio estaba conformado por padres de catequesis, jóvenes de la parroquia, hermanos de perseverancia, exploradores y otras personas de la comunidad. Tuvimos que parar en General Rodríguez antes de Luján para que se bajen los que servían de allí ya que no todos íbamos a la misma parada.

Cuando llegamos a Luján comenzamos nuevamente todos a ayudar a bajar todo del micro y teníamos que instalarnos en el lugar y empezar a preparar la parada. Para esto también teníamos que limpiar, dejarla en un buen estado. Nos tuvimos que ocupar de conseguir los recursos como son la luz, el agua y el baño, debido a que todo esto estaba preparado en la calle. Luego de mucho trabajo, cuando casi todo estaba listo, íbamos siguiendo el paso de los peregrinos por las paradas telefónicamente.

 

Aprovechamos para preparar la comida, las colchonetas, y el equipo de sonido. Las colchonetas eran para los que estaban muy cansados que se podían acostar, también se les hacía a masajes en los pies o se curaban las ampollas.

Este año tuvimos la suerte de que una familia nos prestó la parte delantera de su local que nos permitió estar más cómodos y en un lugar más seguro, además de que nos súper ayudaron en todo lo que necesitábamos. Luego de mucha preparación, ya era el momento de ir a recibir a los peregrinos. Fuimos a la parada a esperarlos, que estaba a una cuadra de la basílica. Los recibimos con una alegría inmensa, a cada uno de ellos. Ellos podían decidir si querían caminar un poco más hasta la basílica para ver a la virgen o si preferían ir directamente a la parada, donde luego serían auxiliados en el caso de que sea necesario y finalmente irían al micro.

A partir de las siete de la tarde, recibimos a los primeros peregrinos. Algunos llegaron muy cansados, otros no tanto. Hubo a quienes les bajo la presión y tuvimos que ayudarlos.

Como providencia del señor, a la tarde se nos había roto la garrafa que necesitábamos para calentar el caldo para los caminantes y tuvimos que salir corriendo a una ferretería, debido a la hora lamentablemente todas estaban cerradas, fue ahí donde por casualidad entramos a una quiniela para preguntar dónde podía haber alguna ferretería y nos encontramos a un conocido de Varela que es gasista y justo había ido a esperar a un familiar, y sin ningún problema nos prestó aquello que precisábamos. Ahí donde vemos cómo Dios pone la mano cuando más lo necesitamos. Toda la noche nos íbamos turnando para decir en el micrófono: Loreto Sarandí, para que sepan a dónde debían ir. También los alentamos cantando canciones religiosas y dándoles la bienvenida.

Cuando otra comunidad necesitaba ayuda por ejemplo para llamar a la cruz roja, todas las parroquias ayudaban para que escuchen, y así solidarizándonos con otros. Finalmente, con el último peregrino a las seis y media de la mañana pudimos retomar camino a la parroquia, donde nos estaban esperando un grupo de jóvenes. Nuevamente tuvimos que bajar todo y juntos ayudamos a guardarlo.

 

A pesar de que todos estábamos muy cansados, no paramos de ayudar, el servicio nos hizo muy felices y es una experiencia que sin duda volveríamos a repetir.

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