Reencuentro con los chicos del Instituto del Niño

Durante el mes de octubre los integrantes del grupo misionero del colegio Loreto, visitaron el Instituto del Niño para jugar y divertirse junto a los chicos que allí se encuentran. Cada uno de ellos posee diferentes discapacidades.

Fachada del Instituto del Niño, donde muchos chicos pasan la tarde y viven momentos de aprendizaje y de diversión.
Fachada del Instituto del Niño, donde muchos chicos pasan la tarde y viven momentos de aprendizaje y de diversión.

A lo largo de los últimos encuentros del grupo, los misioneros estuvieron organizando cómo se iba a llevar a cabo el día de la visita al instituto. En esta ocasión se decidió que el encuentro iniciaría con un sketch improvisado.

También se planearon los juegos que se realizarán: El primer juego fue armar diferentes torres de latas del mismo tamaño, que luego debían tratar de derribar con una pelota; el segundo juego  fue la carrera de obstáculos adaptada para aquellos chicos con discapacidad motriz, los chicos en silla de ruedas esquivaron los conos y los obstáculos acompañados por un misionero; el tercer juego consistió en ponerle la cola al burro con los ojos vendados, los chicos fueron guiados por los misioneros; como cuarto juego, se había decidido realizar un ta-te-ti humano, los dos equipos estaban diferenciados por distintas pecheras; y el quinto y último juego fueron los bolos, donde los chicos debieron arrojar una pelota y derribar con ella los pinos.
Para finalizar y darle un cierre al encuentro, hubo un show en vivo de la banda de sexto año, "Los Magios”.

En esta nota tuvimos la oportunidad de realizarle algunas preguntas a Marcos Palma, dueño del Instituto del Niño.

¿Cuál es la reacción de los chicos cuando se enteran de que los misioneros del colegio Loreto los visitarán para jugar con cada uno de ellos?

Los que tienen posibilidades de comprender que van a venir se ponen muy contentos, los esperan con alegría. Se sienten "importantes" de recibir visitas y también algunos se ponen muy ansiosos (hablan mucho de eso).

¿Ayuda que los misioneros del Loreto los visiten? ¿En qué? 

Ayuda mucho, principalmente en generar espacios de socialización. También en diversificar las actividades cotidianas, salir de la estructura regular del Instituto y de lo que ellos conocen para tener actividades diferentes. Por otro lado, constituye un espacio de recreación muy interesante para ellos, con todas las actividades y juegos que ustedes preparan.

¿Cómo se preparan los chicos para la visita de los misioneros del colegio? 

Desde el equipo se les anticipa que vendrán a visitarlos. Algunos de los concurrentes necesitan prepararse especialmente para las visitas (entender que se va a realizar una actividad diferente) en caso de que les cueste salir de sus estructuras. Esto es según el diagnóstico que tengan.

Por otro lado, se prepara junto a todo el equipo, para que suspendan las actividades planificadas y estén todos al tanto de que se realizará otra actividad.

¿Qué es lo que a ellos les gusta hacer habitualmente?

Les gusta realizar diversas actividades. Con cada grupo se trabaja de forma singular; esto tienen que ver no sólo con los intereses de cada grupo sino también con las posibilidades que tengan. En general se enganchan con actividades sensoriales (que involucren el tacto, la vista, el sonido). También con los deportes y con la música. A la mayoría de los concurrentes les gusta salir de paseo.

¿Cómo fue que eligieron esta profesión de ayudar a chicos con diferentes discapacidades?

En el Instituto hay muchos trabajadores con diferentes profesiones. Creo que cada uno eligió aplicar su profesión en este lugar por un interés personal. En lo personal me interesa mucho aprender sobre cómo acompañar y mejorar la calidad de vida de personas con discapacidad, desde mi profesión y en el trabajo en equipo con otras disciplinas.

¿Cómo viven ustedes el día a día con cada uno de ellos?

El trabajo es muy intenso. Personalmente disfruto el día a día, se aprende mucho de cada uno de los chicos y de sus familias. Aprendo a mirar las necesidades singulares de cada uno, a acompañar a cada familia y a buscar qué es lo posible para mejorar su calidad de vida, a trabajar en equipo entendiendo la importancia del aporte de cada compañero.

¿Qué sienten ustedes, los encargados de los chicos, al verlos jugar y divertirse?

La idea general es mejorar la calidad de vida de cada concurrente. Durante el tiempo que pasan en la institución siempre procuramos que estén bien, que pasen un buen día, que estén cuidados y acompañados. Nos alegra cada vez que juegan, se divierten, se ríen y manifiestan que están bien, que se sienten cómodos, recibidos y a gusto con la forma en que realizamos nuestro trabajo.

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