Entrevista a Viviana Bisonni

En esta entrevista conoceremos acerca de la actual profesora y ex alumna Viviana Bisonni, que nos contará sobre la educación en la época donde ella estudió, lo que se siente trabajar con sus profesores y actualmente también con sus ex alumnos, y por último, da un mensaje para los futuros egresados.

 

Foto tomada al final de la entrevista en el aula de 6°A. Michelle Fiorentini y Eugenia Díaz entrevistaron a Bisonni.
Foto tomada al final de la entrevista en el aula de 6°A. Michelle Fiorentini y Eugenia Díaz entrevistaron a Bisonni.

¿En qué año ingresaste al Instituto Loreto y en qué año finalizaste?

 

Como alumna, ingresé en 1977 y egresé en 1981. Soy egresada promoción orgullosa 1981.

 

¿Con qué profesor o profesora tenías más empatía?

 

Hay muchos, algunos lo cuales los sigo viendo y me encuentro estableciendo una amistad hermosa. Mi carrera un poco se la debo a Graciela Balducci, porque fue mi modelo. Otra persona a la que adoro, también por la formación que me dió, es a María del Carmen Pérez Crespo, que es con la que yo me veo habitualmente, una amiga a la que le tengo mucho amor y que curiosamente fue mi profesora de filosofía.

 

¿Qué consejo te dejó algún profesor del instituto que te sirvió para toda tu vida?

 

Creo que un poco Graciela, cuando supo que iba a seguir la carrera de profesora en matemática, me apuntaló y me dio muchos consejos. Un poco fue mi espejo, así que valoro mucho lo que me decía ella en ese momento. Elegí mi profesión cuando estaba en cuarto año de bachiller, en los ‘80. Ya estaba decidida ahí, y así fue, y acá estoy.

 

 

 

¿Qué viajes hiciste con el colegio, y qué experiencias tenés de ellos?

 

De estos viajes, ya llegando a la época de los ‘90, que había un grupo de viajes, no hice ninguno.

 

Siempre me han invitado en el equipo anterior, cuando estaban Darío, Alfredo, muchos ex alumnos, el Patito García, el Uru, me acuerdo de muchos. Siempre me han querido invitar y la verdad era que yo no podía, y en los últimos tampoco pude, lamentablemente.

 

Me encantan los viajes que se hacen y hubiera disfrutado mucho de haber participado de alguno.

 

¿Notás alguna diferencia de la educación actual comparada con la que vos tuviste?

 

Académicamente no, porque la exigencia siempre fue la misma. Un poco fueron los cambios del sistema, los que estamos desde los ‘90 para acá, como profesores vimos todos estos cambios que pasamos. El EGB, el polimodal, vuelta la secundaria única, ya no sé los cambios que se pueden venir ahora para el año próximo.

 

Como institución la exigencia académica es la misma, y la calidad de profesores prioriza mucho en la base del estudio.

 

¿Y qué opinas sobre esas exigencias que brinda el colegio?

 

Me parece que está muy bien. Todo es válido para que el alumno se sienta bien preparado para lo que viene.

 

Yo siempre teniendo sexto y los cursos superiores, que es lo que siempre me gusto tener, apuntaba a eso: formarlos para lo que viene.

 

No solamente académicamente en cuanto a matemática, sino también con valores, si uno puede aconsejar, bienvenido sea, también está cómo se lo toma el otro. Uno trata de ver siempre al futuro, y que los chicos salgan lo mejor posible para el camino que se les viene.

 

Hay una amplia gama, no todos van a la UBA, no todos van a una privada, hay bastantes carreras para elegir, todo se diversificó mucho, y está muy bueno que los chicos tengan un abanico de opciones.

 

Creo que tienen que estar preparados. Me gustan las integraciones, por ejemplo, yo soy pro-integraciones, me encantan. Pero bueno, no a todo el mundo le gustan.

 

¿Qué sentiste al terminar el colegio y saber que comenzabas una vida más independiente y adulta?

 

La secundaria es una etapa difícil de olvidar, uno siempre la tiene en su corazón. Siempre me puse como objetivo volver como profesora y el sueño se me cumplió, así que estoy contenta y orgullosa de eso.

 

Seguí un profesorado, por lo cual era muy como el secundario, porque teníamos al profesor y hacíamos clase de estudio dirigido, pero igual él venía y nos guiaba.

 

Era un grupo casi de secundaria, porque éramos, realmente, unas de las promociones que más llegaron al final. Y entonces me facilitó un poco, aunque no tanto, el cambio.

 

Entiendo sí que el que lo sufre es el que va a facultad, netamente a una universidad, donde sí ya hay otro trato con el docente, ya es un poco más individual la tarea de uno porque se tiene que guiar con la clase y si te arreglas con eso bien, y si no, ya tenés que acudir a un apoyo. Porque es verdad, es muy distante el trato en la facultad, no llegas nunca al profesor, o llegas muy poco, para discutir un parcial, o una nota.

 

En el profesorado tuve esa suerte, el clima lo fui manteniendo pero entiendo que se hace difícil. Sobre todo, acá, que lo vivimos de manera tan especial, más que nada en el último año, donde los sextos tienen muchas actividades, muchas convivencias, muchas cosas por hacer, porque son los referentes de la escuela. Entiendo que se extrañe todo eso, en la facultad es otra vida.

 

¿Qué sentís al ejercer tu profesión en el colegio que estudiaste?

 

Era el sueño, era mi sueño. Yo dije, quiero volver pero como profesora. Cuando se dio la oportunidad, vine, me anoté, tuve la entrevista, y a los tres días cuando me llamaron, la verdad, estaba muy emocionada, muy contenta.

 

La bienvenida de todos mis compañeros, que habían sido profesores míos, allá por el año 93’ fue un sueño hecho realidad.

 

Que es lo que está pasando ahora, pero al revés, yo tengo muchos compañeros que fueron alumnos míos, así que se va repitiendo un poco y eso me gusta, me enorgullece.

 

Y, por último, ¿qué mensaje le darías a los futuros egresados?

 

¡Qué difícil! Aunque lo pongo siempre en los actos de egresados.  Que no dejen de soñar, que no se rindan y que si lo sueñan lo pueden hacer.

 

Escribir comentario

Comentarios: 0