‹‹ ¡Qué hermosos son los pies de los que anuncian la buena noticia! ›› (Rom 10, 14-15).

Comienza un año nuevo y con ello los miembros del grupo misionero del centro educativo Loreto se ponen a trabajar para alcanzar todos los objetivos y desafíos que se presenten.

Se llena la biblioteca con viejos y nuevos miembros del Grupo Misionero en su primera reunión, en la que se explican los objetivos del año.
Se llena la biblioteca con viejos y nuevos miembros del Grupo Misionero en su primera reunión, en la que se explican los objetivos del año.

  Como todos los años, el grupo llevara a cabo distintas actividades, entre las cuales se encuentra el viaje a Añatuya, situada en Santiago del Estero, donde los niños y las familias esperan con ansias la llegada de nuestros misioneros para compartir junto a ellos momentos de alegría y diversión. Pero no solo es la única actividad propuesta, también se encuentra la visita de los niños del centro de discapacitados a nuestro instituto para pasar un día lleno de juegos y alegría; la visita al campito de Villa Corina, diferentes merenderos y un motón de actividades que se van a ir desarrollando durante el año, como la obra que llevaron a cabo los misioneros de 6to año del secundario para celebrar la pascua.

  Para este año se necesita la colaboración de toda persona que desee dar una mano, acercando a la institución juguetes, alimentos no perecederos, útiles escolares, productos de limpieza e higiene personal, entre otras cosas. Pero uno de los desafíos más grandes que tienen el Grupo Misionero frente a la Misión de Añatuya es el recaudo de dinero para poder costear el valor el micro que trasladará a los misioneros y los acompañará en las actividades que realicen allí. Además necesitaremos juntar dinero para la compra de los alimentos para los misioneros y para poder terminar de abonar los juegos de plaza que se instalarán en las diferentes escuelas. Parte de este dinero será recaudado mediantes bingos, ferias americanas, candy bar, rifas, entre otras cosas.

  Los invitamos a participar y a ser parte de esta experiencia, que en su primera reunión, el pasado 22 de marzo de 2018, tuvo un gran revuelo, ya que fue mucha la cantidad de nuevos estudiantes que se unieron por una buena causa: ayudar a los demás.

  Como manera de bienvenida, los nuevos han tenido que responder a los representantes del grupo, Rodrigo Martínez y Guido Bozzola, dos preguntas claves:

·         ¿Qué es ser misionero para vos?

·         ¿Por qué quieres formar parte del grupo misionero?

  En esta nota tuvimos la oportunidad de hacerle estas mismas preguntas a los catequistas encargados…

ü  Guido Bozzola:

- ¿Qué es ser misionero para vos?

-Guido: Para mí el ser misionero es anunciar la palabra y la experiencia de Jesús, que sería lo que vivió con Jesús, lo que Jesús le cambió, le enseñó, así como se lo regaló y poder transmitírselo a otros, gratis, comunicando el amor, esta experiencia recibida, esa palabra que es vida a otro, a través de muchas cosas, puede ser tanto de donaciones, de acompañar, de enseñar, de estar para ellos, pero más que nada es mostrar con la experiencia el amor recibido de Jesús”.

- ¿Por qué formas parte del grupo misionero?

-Guido: Formo parte del grupo porque estando con los chicos del colegio de Loreto me doy cuenta que puedo ayudar a que los demás experimenten lo mismo que yo experimenté con Dios, ayudar a guiarlos, a mostrarles como es la relación con Dios y que eso se manifieste en la misión de Añatuya y en todos los aspectos de la vida. Pero más que nada, mi misión es con ustedes, con el grupo en sí, por eso estoy en el grupo.

ü  Rodrigo Martínez:

- ¿Qué es ser misionero para vos?

-Rodrigo: Para mí misionar es llevar a otros la alegría del Evangelio. Es dar gratuitamente y compartir la vida con los otros donde la mejor retribución es una sonrisa.

- ¿Por qué formas parte del grupo misionero?

 

-Rodrigo: En el año 2012 mes de agosto, aún sin trabajar en la escuela La Anunciación ubicada en la localidad de Luis Guillón, me invitaron a participar. Se trataba de acompañarlos en la misión a Campo Gallo, Añatuya, Santiago del Estero para que conozca la modalidad y así poder traer la propuesta a Loreto debido a que dicha escuela pertenece a nuestra Congregación. Recuerdo que sin saber nada de cómo se desarrollaba solo me movía la curiosidad y el deseo de conocer una nueva experiencia. Fue allí donde me enamoré de misionar y desde ese momento y hasta el día de hoy sigo misionando.

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