La vida de un sacerdote

El Padre Roberto nos abrió las puertas de su casa para contarnos sobre su vida sacerdotal, cómo fue que encontró su vocación y cómo se decidió sobre la misma.

 

-          ¿Qué te llevo a ser cura y cómo fue que lo decidiste?

 

-          Bueno yo lo decidí justamente trabajando en un colegio de nuestra congregación que es San Felipe Neri. Ahí empecé a trabajar con los chicos, en la catequesis, en los campamentos. Yo hacía trabajo administrativo, pero  me gustaba acompañara los chicos en esas tareas. Poco a poco fui descubriendo algo interior que me movía cada vez más, lo podemos decir como una sensación de que esa era una forma en que yo quería vivir, estando entre los jóvenes, en las cosas pastorales.

 

Lo mío vocacional empezó a los 21 años, luego de terminar el  servicio militar. De pronto, me di cuenta qué era lo que yo quería hacer, estar cada vez más metido en esas tareas. Le pregunté a un sacerdote que estaba conmigo y me acompañabaqué podía hacer y  me dijo que si me gustaba tanto esto empezara en el seminario. Junto con otro muchacho que era compañeromío de la secundaria, el Padre Roque, empezamos una experiencia de seminario, en Devoto.

 

-          ¿Nunca dudaste a causa de comentarios ajenos?

 

-          Las dudas fueron antes de entrar al seminario. Me acuerdo cuando se lo conté a mi mamá, yo volvía de bailar y le dije lo del seminario y ella no entendía mucho. Le pedí que se lo diga a mi papáporque me daba vergüenza decírselo y  él vino a la mañanadel otro día a despertarme a la cama, diciéndome que me quede tranquilo. Me dejó una carta, que tengo como recuerdo, que era la carta de un sacerdote que escribe un día domingo. Es una carta muy vieja que habla de la vida sacerdotal.

 

Una vez que entré al seminario las cosas se me fueron confirmando. Me gustaba mucho la universidad, estudiar lo que estudiaba, trabajar en la parroquia pastoral. Empecé con grupos de artesanía, grupos de exploradores, con distintos movimientos que me iban  acercando cada vez más a confirmar esta decisión que había tomado.

 

-          ¿Hace cuántoestás en nuestro colegio Loreto?

 

-          Bueno, en este colegio estoy hace 12 años, pero antes yo fui alumno de este colegio, así que lo conozco desde hace más de 50 años. Estuve acá como alumno desde el últimoaño de primaria y toda la secundaria, hice perito mercantil. Luego me fui, hice todo esto que les he contado, y más tarde volví al tercer año de sacerdote. Después me fui a Chile y luego pasé por otros lados hasta que volvíacá.

 

-          Luego de hacerte sacerdote, ¿creés que cambió algo en tu vida?

 

-          (se repregunta) ¿El hacerme sacerdote? ¿Si cambio algo en mi vida? Sí, sin duda. Yo puedo decir que soy el mismo de siempre humanamente, o mejor dicho como persona, pero hay cosas que van cambiando con el tiempo. Como cuando uno se casa, no puede decir que después de que se casó es el mismo de siempre. Es la misma persona, pero algo cambio en él. Y en el sacerdote pasa lo mismo, es el mismo de siempre pero algo cambió, hay una relación con Dios y con la gente distinta que te va cambiando. Te va haciendo ver las cosas distintas, las miradas a las personas distintas, a las situaciones. Uno trata de vivir el Evangelio como cristiano y el sacerdote, con más razón, tiene que vivir el Evangelio porque además tiene que predicarlo. Entonces la fuerza, ese contacto con la palabra, nos va cambiando. Es el Espíritu Santo que va haciendo eso, no es un mérito personal, es el Señor quien lo hace. Nosotros somos conscientes porque el sacerdote sabe, yo lo sé, de mi humanidad, de mis miserias, de mis pecados y séque lo otro, lo bueno, lo hace Dios en mi vida. Pero sí, sin duda que siento que me ha cambiado.

 

-          ¿Qué opinás del Papa Francisco?¿Estás de acuerdo con sus ideas?¿Cambiarías algo?

 

-          Yo al Papa Francisco, personalmente, como tantos otros, lo quiero mucho. Imaginate que yo lo conocíacá en Buenos Aires, tuve la oportunidad de hablar privadamente con él, me hizo un acompañamiento espiritual en un momento muy importante en mi vida, y por eso yo le guardo mucho cariño.

 

Con respecto a sus mensajes, siempre, ya cuando estaba en Buenos Aires, me llegaron mucho, porque eran cortos, concretos y claros. Mirá, las 3 C, como habla él. A mí siempre me dejó algo cuando lo escuchaba, siempre construyó y con mucha misericordia. Yo ese mensaje lo conozco de siempre y lo sigo viendo ahora.

 

Como Papa me parece un respiro para la Iglesia, másallá que nos cueste mucho aceptar algunas cosas,  y quiero ser en esto claro, ¿Qué es lo que nos cuesta aceptar? A veces la verdad del Evangelio, porque el Papa es muy claro y fíjense que él comenzó sanando y corrigiendo desde el mismo vaticano, o sea, desde la misma casa, desde la misma vida de la Iglesia y de los sacerdotes. Asíque por eso uno podría decir que le duele alguna cosa que dice, pero ¿le duele por qué? Y le duele porque nos hace cambiar y cuando uno nos hace cambiar siempre nos duele un poquito pero al final nos termina haciendo bien.

 

Bueno, por eso yo creo en el mensaje, veo todo el esfuerzo, que se está matando y está dando la vida por la unidad, por el encuentro entre la gente, por la paz y yo creo que es la imagen de San Francisco moderno, del hombre pobre que quiere la unidad.

 

-          ¿Tuviste alguna vez la posibilidad de visitar El Vaticano?

 

-          Sí, hace poco que estuve en El Vaticano justamente porque nosotros como congregación tenemos cada 6 años el encuentro entre los religiosos, donde eligen a las autoridades. Ahora justamente se dio en julio. Tuve la oportunidad de estar en una audiencia del Papa, que era la última que hacía en julio, porque después se toma vacaciones ahí mismo en Santa Marta.

 

-          Para finalizar la entrevista, ¿nos podes contar alguna anécdota que te haya marcado en toda tu vida como sacerdote?

 

-          Sí, hay muchas. Lo que pasa es que hay muchas experiencias que son pastorales y personales, tiene que ver con el encuentro con la gente, gente que en algún momento viene y te dice “Gracias Padre, ¿se acuerda de lo que hablamos?” y que uno no se acuerda lo que habló y te agradece y vos te das cuenta que es obra de Dios.

 

Yo las experiencias que tuve las tuve más por ese lado. Yo tengo algunas muy bonitas de celebraciones con jóvenes, en un viaje de estudio, de egresados, de un quinto año de un colegio nuestro, cuando nos quedamos con un micro en la zona de los Siete Lagos. Y como teníamos que pasar un par de días ahí, celebré la misa a la orilla del lago. Eso fue algo que me marcó mucho y lo recuerdo siempre cuando celebro la misa. Esto pasó cuando recién me había ordenado, hace 34 años ya.

 

También te puedo decir alguna visita a enfermos que están en el hospital o están en terapia, que muchas veces ellos me avisan y otras tengo yo la intuición de pasar a verlos, y que luego fallecieron. Esa intuición a mí me hace sentir mucho la presencia del Señor.

 

Otras experiencias para mi muy fuertes son las de conversión, cuando hablando con la gente, chicos, adultos, jóvenes, ellos descubren a Dios, y yo como sacerdote no soy el que está haciendo nada ahí, pero estoy presenciando la obra de Dios en la otra persona. Como Él toca el corazón del otro.

 

También recuerdo una con el Papa Juan Pablo II, cuando fue a Chile. Estábamos en el parque intercomunal, en donde hay un estadio nacional, y justamente hubo una manifestación dentro de este donde estaba la misa. La policía intervino con gases lacrimógenos y veía al Papa como se secaba la cara por el gas. Nos habían pedido a los sacerdotes que vayamos a parar a la gente, entonces ahí nosotros salimos del altar y fuimos a serenarlos. Para mi fue duro eso de estar entre la policía y la gente, no por miedo, sino que es algo que como sacerdote uno hace en la vida, hacer de mediador.

 

Así como esas tengo millones de experiencias lindas para compartir.

 

-          Bueno, muchísimas gracias por colaborar con nosotras.

 

-          De nada, fue un placer.

 

 

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