90 años de la congregación hijos de Santa María Inmaculada

Alumnos y ex alumnos del San Felipe Neri, La Anunciación y Nuestra Señora de Loreto salieron de misión hacia Villa Ventana, del día 8 al 13 de octubre, con el propósito de celebrar los noventa años de la congregación.

La idea de esta misión surgió con el motivo de conmemorar  el nonagésimo aniversario  de la congregación Hijos de Santa María Inmaculada. Alumnos y ex alumnos de los tres colegios, San Felipe Neri, Nuestra Señora de Loreto y La Anunciación, emprendieron viaje hacia su misión en Villa de la Ventana. El objetivo de esta misión era poder llevar el mensaje de Dios por todo Sierra de la Ventana, visitando lugares como Saldungaray, Villa Ventana y el centro de Sierra de la Ventana.

Días previos a la misión los chicos tuvieron dos encuentros, uno en San Felipe Neri y el otro en  La Anunciación, quedando pendiente el que se iba a realizar en Nuestra Señora de Loreto para luego del viaje. En uno de ellos, los misioneros pasaron el día y se quedaron a pasar la noche en esa institución.

Los misioneros fueron al lugar de la misión en micro, el cual pasó por las tres escuelas y en la última, Loreto, se bajaron todos los que se encontraban allí para

poder recibir la bendición y la entrega de un prendedor.

Terminada la ceremonia los chicos subieron al micro y emprendieron su viaje. Los viajeros se asentaron en la Casa San José que posee la congregación en Villa Ventana.

Al llegar, los alumnos nos contaron que pudieron notar que había muy pocos católicos. En las primeras misas, si bien no participó mucha gente, a lo largo de los días las personas se fueron sumando. La congregación formó una banda con algunos de los alumnos, exalumnos y curas. Ellos tocaban para la gente y así también mostraban cómo vivimos los de la congregación, el amor de Dios.

Algunos de los misioneros que entrevistamos nos transmitieron que la misión fue un tanto difícil ya que nunca habían hecho nada parecido. Les preguntamos también sobre la convivencia con las personas de los demás colegios y todos hablaron sobre la buena predisposición de cada uno y el buen clima que había. Todos se pudieron relacionar y hasta lograron hacerse amigos.  Se formó un gran grupo y esta misión pudo llegar a muchos corazones.

Antes de las misas, jugaban con chicos que se acercaban, repartían volantes con los horarios de las mismas e informaban que tocaría una banda a su término. También, hicieron visitas de casas, que consiste en pasar por los hogares contando lo que es vivir con el amor de Dios, escuchando a las personas y pidiendo por sus intenciones; fueron  por colegios, plazas. Pero, por sobre todo, hicieron reír y dieron amor. Ese era el sentido de esta misión y pudieron cumplirlo.

Dios estuvo presente en cada paso que dieron los misioneros. Los alumnos se encargaban más de invitar a la gente a pasar un rato con Dios en la misa, los exalumnos daban un gran servicio, ellos debían ocuparse de preparar la comida para los misioneros y acompañarlos en las etapas de la misión. Sin embargo, únicamente ellos no viajaron, los profesores tambien se encontraron presentes, acompañando a los alumnos en las visitas de casas y en las largas caminatas para invitar a la gente.

 

Esta misión fue un una buena oportunidad para reflexionar, encontrarse con Dios y compartir momentos con los demás, conociendo gente nueva. Al terminar la misión, contaron que diez alumnos se inscribieron en una de las escuelas católicas luego de hablar con los misioneros y que muchos dialogaban con otros de la felicidad y alegría que transmitían.

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Comentarios: 1
  • #1

    Manuel cartagena jessen (sábado, 13 enero 2024 12:21)

    Hola cónoci sierra la ventana gracias al padre bracco por siempre recordado y agredecido en mi memoria y que he trasmitido a mis hijos sus enseñanzas y las 4 estaciones de vivaldi escuchadas durante todo el recorrido desde la plata a la sierra. De ella recuerdo la noche, de esa madrugada donde solo comencé a ver en la amenecida y donde mis pasos a ciegas me llevaron a un paisaje qué nunca olvidaré el viento soplando y su sonido golpeando en el pasto alto y frente a mi los caballos en el fondo del cerro con sus cabelleras levantadas por el fuerte viento. Más tarde de vuelta a la cabaña del cuidador donde dormí como nunca debido al calor que despedía la chimenea prendida, y una vez ahí tomé tal vez el mejor desayuno que he tomado una leche con café calentito recién servido y un pan blanco tan rico que el señor compartió conmigo. Espero algún día regresar recorrer respirar ver y sentir nuevamente sierra de la ventana en mi memoria y mis sentidos.
    Vivo en Chile y recuerdo a la Argentina y su gente querida.