Convivencia y anticipación de situaciones de acoso escolar

En el marco de la jornada de reflexión sobre convivencia y anticipación de situaciones de acoso escolar, llevada a cabo el 14 de agosto, los alumnos de quinto año han realizado producciones escritas y fotográficas con el propósito de promover prácticas institucionales que permitan visibilizar la problemática y aportar soluciones conjuntas para evitarla. 

 

 

PARA UNA BUENA CONVIVENCIA NECESITAMOS…

Convivencia escolar en los distintos niveles

“El bullying, la violencia, los adolescentes e Internet: las relaciones en el ambiente escolar de hoy en día son relacionadas con estos términos”

El tema de la convivencia escolar ha cobrado una visibilidad muy significativa en nuestro país y se ha constituido en un tema prioritario en la agenda de las políticas sociales y de las educativas en particular.

El clima escolar suele ser reflejo de las capacidades instaladas en las escuelas. Así, puede suponerse que en un colegio con buen clima escolar existe colaboración entre directivos, profesores, familias y estudiantes; y se promueve un trato respetuoso, de aprecio mutuo.

El bullying representa un fenómeno específico de comportamientos agresivos repetidos en los que existe una diferencia sistemática de poder entre abusador y víctima. Esto puede involucrar acciones físicas, verbales, de exclusión social o indirectas (como rumores) para afectar a una o varias personas. La violencia escolar entre pares propicia resultados académicos bajos y refleja un clima escolar negativo. Se ha comprobado que en escuelas y aulas con violencia frecuente existe un deterioro del capital social y falta de habilidades para solucionar conflictos pacíficamente.  La presencia de robos, peleas, agresiones verbales y vandalismo, por ejemplo, son situaciones violentas que tienen lugar en las escuelas y que afectan la vida de los estudiantes.

Un aula con alta organización permite a los estudiantes sentirse tranquilos y seguros, y genera un ambiente favorable para el aprendizaje. Esta incluye el manejo de conducta del profesor, la manera en que los estudiantes responden a las reglas y normas de la clase, y la productividad dentro de ellas. A su vez, el índice de convivencia entre profesores y estudiantes incluye las variables de cómo el estudiante se relaciona con sus profesores y cómo percibe su apoyo e interés.

En el colegio y en sus alrededores nunca tuvimos ningún conflicto relacionado con el bullying o la violencia entre pares. Consideramos que Loreto es una institución que nos enseña los valores necesarios como para que nuestras relaciones con los otros no sean nada conflictivas y siempre tengamos como protagonista al respeto, tan importante en cualquier relación. Sin embargo, conocemos historias de chicas que sufren bullying o agresiones en las afueras de sus colegios, en otras escuelas de la zona o en lugares en común: desde un insulto hasta una pelea callejera. Pensamos entonces que es deber tanto de los colegios como de los padres concientizar a los adolescentes y tratar de fomentar actividades de integración para que esto deje de ocurrir.

Además, una herramienta que hoy en día no siempre es utilizada de buena forma por los adolescentes es Internet. Las redes sociales, que posibilitan la comunicación con personas que están al lado nuestro o a kilómetros de distancia, son también facilitadores para enterarnos de las noticias más importantes y de nuestros temas de interés. Pero al mismo tiempo es un ambiente en el que hay mucha violencia y donde se ve la práctica del bullying más frecuente que cara a cara, ya que los jóvenes pueden expresarse más fácilmente, los desinhibe. Porque escribiendo detrás de un aparato electrónico no se mide el daño que se puede ocasionar a terceros. Muchos padres están al margen de las redes sociales y del manejo que sus hijos hacen de éstas. Esto termina siendo un problema para el colegio, el cual no puede encargarse del control de las redes de cada alumno.

En conclusión, la etapa escolar de cualquier adolescente debe estar acompañada por los padres y por la institución en conjunto. Es el primer factor que se necesita para disminuir el bullying y la violencia a futuro.

 

Sol Balbuena, Abril Cottet, Luna Italiano y Agustina Javorsky (5º “B”)

 

 

El acoso escolar

Cuando hablamos de bullying escolar no hay que poner el peso de un solo lado. Si bien los chicos pueden demostrar qué tan crueles pueden ser, en muchos casos esos actos son consecuencia de hechos que suceden en sus casas. Y se generan reacciones contra los más débiles. A su vez, los jóvenes que sufren el bullying no se quieren acercar a los directivos de las escuelas por miedo a que la tortura sea peor. En algunas oportunidades, solo se le da un reto al acusador y no un castigo. Por otro lado, los profesores son los que están todo el tiempo con los alumnos, los que ven sus actitudes y muchas veces dejan pasar por alto las agresiones para no “perder tiempo”. Si a un docente realmente le importa su profesión tiene que saber que educar no solo es comunicar contenido sino también valores. Por lo tanto, si no hacen nada ante las señales de acoso, se convierten en sus cómplices.

En casos peores se encuentran el rechazo, la discriminación y el acoso por parte de los directivos o de los profesores hacia los alumnos. Lo cual es sumamente traumático para los jóvenes y se transforma en una situación que reviste mayor complejidad.

Pero si nos referimos a nuestro caso particular, en nuestro colegio Loreto encontramos una posición bastante equilibrada en cuanto a lo que atañe al acoso escolar. Los profesores no solo no presentan rasgos de rechazo u hostigamiento hacia los alumnos sino que la mayoría de ellos suele establecer fuertes vínculos que perduran a lo largo de los años y permiten que la relación alumno-profesor sea más llevadera. Así, se consigue una mejor predisposición de ambos lados para realizar las actividades y tareas propuestas en clase.

El equipo directivo es también destacable ya que, más allá de haber tenido ciertas diferencias en ocasiones, siempre han sido lo suficientemente permisivos como para que la convivencia en la institución sea fructífera. Además, siempre le dan importancia a la temática del acoso escolar y buscan las mejores maneras para que la integración de todos los miembros de la comunidad educativa se concrete.

En este sentido, podemos decir que en el colegio no se encuentran graves casos de acoso escolar. Sí es cierto que los alumnos siempre presentarán leves rasgos de este tipo de actitudes, pero no es nada para preocuparse debido a que son características propias de la edad y la sociedad donde viven. Y que, a pesar de las situaciones que puedan llegar a generarse, siempre priman el afecto y la buena voluntad a la hora de resolverlas.

Para finalizar, concluimos que el bullying es un tema del que todos debemos tomar conciencia. Las consecuencias que conlleva pueden llegar a ser lamentables, pero es algo combatible. Debemos reconocerlo, ayudar al otro y luchar para que estas actitudes se frenen rápido. Tanto el acosador como el acosado son personas vulnerables en diverso sentido, por eso los dos necesitan y merecen nuestro apoyo. Todos somos parte del acoso, tanto si lo practicamos como si no hacemos nada frente a él. Sin duda, la mejor manera de solucionarlo está basada en el compañerismo y la ayuda mutua.

 

 

Camila Cabral, Nahuel Gutiérrez y Urko Mendiberri (5º “B”)    

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Comentarios: 1
  • #1

    Maria Rosa (viernes, 20 octubre 2017 14:57)

    Muy buenos testimonios.