Yo mujer. Yo libre.

Durante el día sábado 03 de junio, en Plaza congreso, CABA, Buenos Aires, Argentina, se llevó acabo un acto en conmemoración al tercer aniversario de la fecha emblema contra la violencia de género, “NI UNA MENOS”. Es un movimiento femenino colectivo de protesta y lucha para erradicar la violencia y el abuso hacia las mujeres. Surgió con la necesidad de cambiar el hecho de que en nuestro país cada treinta horas una mujer es asesinada sólo por ser mujer.

En estos tiempos tan turbulentos, se busca concientizar acerca del problema con el que se está conviviendo. Por ello, alumnas del Centro Educativo Loreto realizaron producciones literarias en las que este tema es el eje principal, junto con sus propias reflexiones.

 

A continuación, sus escritos.

Te extraño.

"-Salgo a bailar, te dejo que voy a apagar el celular.

-Avísame cuando llegues, te amo."

Dos simples mensajes que pueden transformarse en ansiedad, desesperación y mucho miedo. Mucho miedo por lo que se ve en la tele, en la calle y en las redes sociales.

Chicas que desaparecen por todo el país. Incluso llego a pensar que conozco nombres de algunas zonas de mi país que creía inexistentes, por leerlas acompañadas de un "se perdió en..." o "fue vista por última vez por la zona de...".

Me despierto y prendo la tele para ver el noticiero. Cansada de las aberraciones que en éste pasaban, decido hacer zapping: "URGENTE: CRIMEN A LA SALIDA DE UN BOLICHE". Se me acorta la respiración y se me acelera el corazón, por un momento me bloqueo y, para mi mala suerte, olvido a qué boliche habías ido o dónde quedaba, aunque sea.

El camarógrafo enfoca la cara de una mujer llorando y me suena conocida, ya no sé por qué, pero escucho atentamente. Entre lágrimas y la voz quebrantada puede vociferar y pedir justicia por su hija. La habían matado. ¿Cómo?

La encontraron en un descampado; había sido violada a la salida del boliche y asesinada luego del acto. Fue raptada por un hombre, creyéndose impunemente dueño tuyo. Como si la que estuviera mal por resistirse fueras vos. Y no es sólo eso. También tenés la culpa por usar esa pollera, si sabías que lo ibas a provocar...

¡Por favor! Los medios se creen jueces y determinar la sentencia sobre tu cuerpo. Olvidándose de que sos un ser humano, que tenés 16 años. Se olvida de todo, pero como ya no estás, decide echarte la culpa y, así, permitir que el que está vivo pueda seguir caminando, tranquilo, sin culpas.

Se termina la noticia; desesperada agarro el control remoto buscando otro medio que contara algo de la noticia. Parpadeo y decido ver la hora, ¿en qué momento se hicieron las 20:18? No me di cuenta de que había pasado tanto tiempo, pero no es un obstáculo y sigo buscando noticias sobre el caso. Mis manos temblorosas y bastante sudorosas no me ayudan a manejar el control remoto; estoy muy torpe. O nerviosa. Tal vez negada, no quería que fueras vos. Desearía que no fuera nadie, pero menos vos, por favor.

Los demás noticieros repetían lo mismo que el primero; no daban más información. Cansada, angustiada y saturada apago el televisor. Son las 00:18; me cuesta mantener los ojos abiertos y mi cabeza no para de pensar.


Decido abrir las redes sociales para despejarme y poder dormir tranquila, pero esto no es posible: todas hablan de vos, pero curiosamente no ponen tu nombre. Sos un NN, como si te rebajasen no sólo por ser una menos sino porque no te dan entidad. Sos alguien que, simplemente, "se lo merecía". Cierro la aplicación y abro otra, también hablan y cuelgan tu foto por todos lados; está llena de RT’s* y corazones. Te buscan, aunque fuera en vano lo hacen. Porque saben que no es en vano.

Miro el reloj: 02:31, me quedé dormida un rato.

Decido abrir Netflix y buscar algo que no me hiciera pensar, necesitaba apagar mi cerebro para poder descansar.

Me vibra el teléfono: “no tenía batería, estoy bien. Llegué hace un rato”. Esbozo la sonrisa más grande que alguna vez pude haber hecho. 24 horas sin saber nada de ella, no aguantaba más. Todos los sentimientos ya mencionados habían desaparecido.

Miro la hora: 04:07, me había quedado dormida de nuevo.

Había sido un sueño.

Nunca llegaste a casa, pero sí llegaste a muchas personas. No estás ausente, estás viva en todas nosotras. No vamos a parar de luchar por vos, por ella, por todas.

Acá estamos.

Te extraño. Las extraño.

Vuelvan.

No nos maten.

No es un pedido, es un derecho y lo vamos a exigir.

 

*Rt’s: es la abreviación de “ReTweet”, una funcionalidad de la plataforma Twitter que sirve para re-postear o re-publicar un comentario.

 

 

 

    Arbios,  Aldana Verónica.

Escuchemos sus silencios.

 Mis lágrimas caen por mis ojos; como el mar que tiene principio, pero no un fin; son más que eso, son recuerdos de quien fue ella, de su elegancia con la que iba a comprar pan, de su personalidad, de cómo sus pómulos resaltaban con ese rosa tan apagado. En fin, de aquellos que aparentaban ser; porque detrás de esa hermosa dama, de una mujer perfecta con una familia perfecta, había una persona frágil, de cristal. Como era costumbre ella venía con los nenes todos los domingos a la tarde; y no puedo dejar de sentirme culpable de no haber preguntado más a que se debía la tristeza que reflejaba su mirada. Hoy ya es tarde, porque estoy en la Plaza de Mayo, al igual que muchas personas reclamando por una vida arrebatada, por la ausencia de un ser querido, por la pérdida de un ángel.


Veo la foto de su casamiento y me estremece verlo a su lado; como la abrazaba y la besaba. Aquella foto que muestra la felicidad y el amor entre ellos; y a un costado la imagen de mis nietos, los cuatro sonriendo. Pienso en aquella fachada que mostraban al mundo y me pregunto: ¿Cómo empezó todo? ¿Por qué nunca me contó? ¿Por qué nunca me pidió ayuda?

Recuerdo cuando Luciano, el más chiquito de solo tres años, me dijo al teléfono:

-¡Abuela! Mamá esta acostada en el piso rojo.

Inmediatamente fui. Creo que, como madre, una nota que pasa algo, percibe el terror en la forma de actuar de una mujer golpeada que calla, la manera en la que la trata, e incluso, la forma en la que exacerba la aparente felicidad. Lo más triste es que, antes de abrir la puerta, ya sabía cómo iba a encontrar a mi hija. El silencio de su sufrimiento se había roto; y con el más trágico.

Creo que no es necesario que cuente como vi a mi pequeña Olivia. Sus ojos negros como la oscura noche me miraban fijamente, su pelo radiante ahora era solo un velo, y su piel, blanca cual la luna llena, estaba helada.

Encerrado en el baño, Joaquín no dejaba de llorar. Cuando abrí la puerta encontré a un hombre, pero más que a un hombre, a un animal, cubierto de sangre, la sangre de mi bebé.

No se movía, solo lloraba y pedía perdón.

-911, ¿Cuál es su emergencia?

-Mi hija está muerta, y el asesino sigue en la casa.

Fueron las palabras más desgarradoras que tuve que decir.

Hoy se cumple un año de que ella se fue. Hoy estoy acá pidiendo justicia. Hoy vengo a luchar para que sus silencios sean escuchados.

 

 

Martínez, Miranda.

Luego de su escrito, Miranda nos cuenta su visión del tema.

E: ¿Cómo crees que estos hechos inciden en la sociedad?

M: En sí, creo que la historia es una mera representación de un hecho que, lamentablemente, está presente en nuestra sociedad actual y ya es habitual escuchar en las noticias.

E: ¿Te basaste en alguna historia particular para escribir esta historia?

M: La verdad es que no me base en nada puntual, sino en los hechos que puedo conocer por medio de diarios y noticieros.

E: En estos tiempos en donde es un tema de discusión constante, ¿qué crees que se puede mejorar o que se puede hacer para tomar conciencia?

M: Creo que es algo que empieza por nosotros como sociedad, que si bien es difícil cambiar, no es imposible. Debemos tomar conciencia de que el mundo cambió, ya no vivimos en esa sociedad del patriarcado, sino que ahora la mujer es independiente, y ese hecho debe ser aceptado y respetado.

Creo que el conflicto inicia cuando tanto un hombre como una mujer, que tienen una mentalidad más conservadora, no pueden adaptarse a esos cambios sociales. Por eso es algo que debemos trabajar en conjunto, porque un cambio de mentalidad en masa es muy complejo que ocurra de un momento a otro; pero no imposible. Es algo que empieza en casa, por lo que debemos educar a las nuevas generaciones en el hecho de que una mujer se debe hacer respetar y el varón debe respetarla y viceversa.

 

Por otro lado, las autoridades deben poder tener al alcance los elementos necesarios para poder frenar estos acontecimientos trágicos que ocurren, desde contar con los policías capacitados y entrenados para capturar al asesino, como a los jueces cualificados para dar una condena justa y certera.

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Comentarios: 2
  • #1

    Pablo (sábado, 15 julio 2017 16:35)

    Muy bien a las escritoras, felicitaciones a los alumnos que realizan este diario y al colegio Loreto por apoyar el potencial de los alumnos en las distintas areas.

  • #2

    Oscar (martes, 10 octubre 2017 17:42)

    Felicitaciones a las niñas que han escrito, pero en especial a Miranda Martínez. Realmente escribis tan bien y siendo tan jovén podes conmover con tus palabras. Que bueno que a los jóvenes los motive la lectura y la escritura. Les abre un mundo algo olvidado en estos tiempos...
    Mis felicitaciones al colegio por la iniciativa.