Democracia.

Gobierno de la mayoría que respeta también a las minorías. Ni de todos, ni de unos pocos. No es un gobierno ni de pobres, ni de ricos. Es un gobierno en el cual todos los ciudadanos votan y en el que todos los votos valen lo mismo... y más. Porque un gobierno democrático no es solo aquel en el cuál un partido ganó un cargo de poder mediante el voto mayoritario. Un gobierno democrático es más que eso, pero la gente no lo sabe. 

Todos hablan de la democracia. Encendemos la tele, la radio o hasta cuando entramos a Facebook vemos campañas políticas que hablan a favor de la democracia, que dicen respetarla y que te invitan a luchar por ella. Después, escuchamos las opiniones del resto de los ciudadanos o vemos comentarios en las redes que hablan de ésta, pero que en realidad no comprenden el significado de la palabra. No voy a hablar de todos sus puntos ni de todas las características que debería tener un gobierno democrático, porque creo que me extendería demasiado. Pero sí quiero aclarar una cuestión que me parece importante y es que hoy en día, el concepto de democracia se distorsiona cada vez más. Ahora cualquier cosa es democrática, cualquier gobierno en el que se vote es democrático y cualquiera puede usar esa palabra como emblema aunque no la respete, porque lo que se busca es eso. Lo que se busca es tomar una expresión de gran significado y convertirla en un vocablo alegre que contente a todos los ciudadanos. Pocos son los que saben exactamente de qué se trata pero, a su vez, son muchos los que se aferran a ese término. 

La democracia se trata de igualdad, libertad, constitucionalidad, representación, participación. Un gobierno que beneficia solo a un grupo, no es democrático. Un gobierno en el que hay corrupción, no es democrático. Un gobierno en el que no se respeta la constitución, no es democrático. Un gobierno en el que la oposición no puede manifestarse, no es democrático. Un gobierno que no respeta otros partidos políticos, tampoco es democrático. Democracia no es solo un voto. No es solo la división de los poderes. 

Para exigir y defender, hay que conocer. No dejemos que conceptos con tanto peso se desvirtúen. No dejemos que la democracia sea solo una palabra bonita para hacer campaña política. Usémosla con conocimiento, porque al fin y al cabo nadie puede defender aquello que desconoce. 

 

Malena Lanzetta

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